POLÍTICA: ¿MUNDO DE HOMBRES?
POLÍTICA: ¿ MUNDO DE HOMBRES? Académica, Escuela de Gobierno UAL Directora Doble Titulo Ingeniería Comercial y Sociología. i bien parece ya casi un cliché poselectoral, sigue siendo relevante cuestionar por qué, si las mujeres somos la mitad de la población, hay tan pocas en cargos de elección popular. Solo el 17% de los municipios será encabezado por una mujer, y ninguna región. En el caso de los concejales y los Consejos Regionales, la situación es un poco mejor, pero sigue estando muy por debajo de nuestros parámetros poblacionales. Como todo fenómeno complejo, no existe una única causa, pero se pueden contrastar algunas hipótesis. A nivel comunal, hay una relación clara (y obvia): a mayor porcentaje de candidatas, mayor es el porcentaje de votos que reciben las mujeres. Esto nos muestra que no hay un sesgo sistemático a favor o en contra de candidatas mujeres por parte de la ciudadanía, y que un factor fundamental es, simplemente, que haya candidatas. La ausencia de candidatas no parece deberse a una falta de interés en par-ticipar: un 49% de la militancia de los partidos son mujeres. Entonces, ¿qué puede explicar esta situación? Por una parte, es claro el rol de los partidos en incorporar candidatas, y en esto están en deuda. En el caso de Gores, solo un 23% eran mujeres, y de ellas, casi la mitad pertenecía a partidos pequeños, sin posibilidades reales de ganar. Sin embargo, también hay otros factores estructurales que pueden incidir. La carga desproporcionadamente mayor en labores de cuidado limita las posibilidades de hacer redes, darse a conocer y el tiempo disponible para campañas, así como desincentiva la permanencia en los cargos. El foco en su apariencia física y la agresividad pública en torno a esos rasgos también puede alejarlas de la política. Ambos factores están asociados a roles y estereotipos de género, y no al interés intrínseco ni a las capacidades de las mujeres. En suma, estamos perdiendo candidatas capaces y disminuyendo la competencia, lo que, al final, perjudica a la sociedad en su conjunto. Por Carmen Le Foulon.