Autor: Rodrigo Escribano
Columnas de Opinión: Bomberos porteños, un patrimonio histórico
Columnas de Opinión: Bomberos porteños, un patrimonio histórico ColumnaAcadémico Facultad de Artes Liberales, UA! H oy escribo -por mi condición de españolen nombre de todos los europeos que se han quedado asombradosmientras recorren las calles de Valparaíso. Uno delos hi-se-tos que más nos llaman la atención sonsus compañías de bomberos, salpicadas porla ciudad como un mosaico variopinto debanderasextranjeras, camiones y mangueras. Las guías y letreros del puerto casi no las mencionan. Nos vemos entonces impelidos a consultarles a los chilenos. ¿Por qué estas “bombas” cuentan con edificios históricos y exhiben pabellones de otros países? Sus explicaciones nos sorprenden sobremanera.
Nos cuentan que las compañías de bomberos quecombatenel fuego en Valparaíso están compuestas por cuerpos de voluntarios que se remontan muy atrás en el tiempo. ¿Bomberos voluntarios? Paraun europeo occidental elarquetipo de un bombero es el de un aséptico funcionario que nos brinda seguridad y que, oca sionalmente, es fotografiado para algún calendario de tono subido.
Sin embargo, los chilenos que nos describen la función bomberilremiten a una figura muy distinta: un ciudadano común que, por vocación de servicio y amor asu localidad, sacrifica su tiem po ocioso, se forma, se integra en la disciplina de una Compañía y acude a enfrentar las llamas donde quiera que estas se hagan presentes. Nuestra primera interpretación rebosa soberbia: guro queel modeloneoliberalobligó adesmantelar elservicio público de prevención de incendios para ahorrarse costes y ahoralos vecinosseven forzados por las circunstancias a este quehacer ingrato. Afortunadamente, la sociedad chilena no ha perdido su memoria bomberil. Nuestra culpabilización del neoliberalismo es, según nos sugieren varios interlocutores, una soberana estupidez, que queda desmentida por dato muy simple: la asociaciónde bomberos voluntarios de Valparaíso vio la luz en 1851. Escru-tando sus orígenes, comprendemos mucho mejor la idiosincrasia de los bomberos porteños. No, el cuerpo bomberil de esta Babilonia austral no es voluntario por necesidad nipor imposición, sino por una elección cívica quese remonta al auge decimonónico de la ciudad. Las compañías surgieron porque los vecinos, propietarios y colonias de inmigrantes de Valparaíso decidieron espontáneamente organizarse para proteger sus bienes de los desastres ocasionados por el fuego.
La convergencia entre los intereses materiales privados y el patriotismo cívico engendró la primera organización de bomberos voluntarios de Sudamérica. ¿No debiera revalorizarse este patrimonio material e inmaterial?, ¿no sería adecuado que emergiese un plan público-privado para historiar y musealizar este legado vivo, tan atractivo para vecinos y turistas? Yase han dado algunos pasos valiosos en este sentido, como la creación del Centro de Memoriae Historia “Bomba España” de Valparaíso, que pueden visitar en la web del mismo nombre..