¿Mistral o Baquedano? Discusión bizantina
¿ Mistral o Baquedano? Discusión bizantina ¿ Mistral o Baquedano? Discusión bizantina Zenón “Cheno” Jorquera, concejal de Los Angeles En los últimos días de octubre de 2O2 comenza ron las obras de remodelación de la plaza Baquedano y al mismo tiempo resurgió la polémica acerca del monumento que estaba allí y que fue retirado debido al vandalismo que sufrió, El miércoles pasado el diario La Segunda tituló en su portada: “Gobierno sondea cambiar a Baquedano por Mistral”, lo que revivió la discusión. ¿Y por qué brotó otra vez el nombre de la poeta? Lo que no deben saber sus mentores, o no recuerdan, es que a ella no le interesaban esos homenajes. Sus estudiosos lo han confirmado, Siempre los rechazó, Hay testimonios. Un monumento (del latín “monumentum”) significa recuerdo, erección conmemorativa, ofrenda votiva, y obedece a la instalación de un recordatorio perma nente de una figura que tuvo una importancia en su momento. Todo monumento tiene un significado y un lugar preciso para ser instalado, allí y no en otro lugar.
Pretender levantar un monumento a Gabriela Mis tral es saber muy poco de ella, Tal vez han leído sus poemas, quizás han comprado algunos de sus libros, probablemente se han emocionado con los “Sonetos de la muerte”, o con “Tala”, el poemario considerado como un hito dentro de su labor literaria, a la vez “uno de sus trabajos más maduros” y “una de las obras más importantes de la poesía chilena e hispanoamericana”, según la crítica especializada. O, tal vez, “Desolación”, considerada su primera obra maestra. Posiblemente no han leído alguna biografía de ella, Allí se puede apreciar su verdadero pensamiento.
En alguna oportunidad, Gabriela supo que se estaba organizando una colecta para colocar una estatua suya en Vicuña; ella escribió a su amiga, la escritora Isolina Barraza, química farmacéutica jubilada (quien murió el domingo de febrero de 2008, a los 10 años de edad), diciéndole que a ella no le importaba nada verse en yeso o en metal, en una auténtica demostración de total falta de vanidad. No se sentía símbolo de ninguna cosa, expresó al escritor costarricense Joaquín García Monge. Su grandeza no estaba en actos vanidosos, sino en su obra. Méritos tiene de más para serhomena, jeada con un monumento, pero hay que reiterar: a ella no le gustaba ese tipo de homenaje. Cada cierto tiempo se insiste en cambiar nombres a calles, avenidas, plazas, edificios. ¿Para qué? Han intentado varias veces con los aeropuertos de Santiago y Concepción, sin éxito felizmente. Cuando se cambia un nombre con la intención de distinguir a uno, se menosprecia a otro. Se ofende su memoria y se daña el prestigio de aquel que por algún motivo especial fue loado. El 10 de diciembre de este año, se conmemorarán 80 años desde que Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel en Suiza. Es una efeméride digna de resaltar.
Tal vez el mejor homenaje (en vez de pensar en ubicar una estatua donde corresponde que continúe el general Baquedano), es lo que opinó nuestro coterráneo, el poeta Jaime Quezada: “lo que necesita nuestra Mistral Mistral son lectores y lectoras, que editen sus libros y sus publicaciones, sobre todo en este 2025”. El Ministerio de Educación debería impulsar una reedición de sus libros para que lleguen a todos los establecimientos educacionales, y que hayan más lectores de su poesía. El monumento al general Baquedano representa no solo al triunfador de las batallas de Chorrillos y Miraflores, simboliza muchas virtudes que todo chileno chileno debe emular. En vez de reconocerle todos sus atributos, desconocemos sus cualidades para bajarlo del pedestal en una típica actitud tan propia de nuestra idiosincrasia.
Un afamado escritor, muy llevado a usar muchos adjetivos, y elevado al grado de gran historiador historiador en décadas anteriores, dijo del general Baquedano en 1951 cue era “tartamudo y de una extraña pobreza de ideas, sin reconocer su genio militar innato. El lugar más apropiado para erigir el monumento al general Baquedano es la plaza Italia, rebautizada Baquedano.
Por ese lugar pasaba montado en su caballo caballo Diamante” para ir a La Chimba cuando semana a semana se reunía en camaradería con sus veteranos. ¿Volverá el general Baquedano al lugar que ocupó por 93 años? Poco importa que incomode a quienes no conocen su historia. A 1;1].