Con estímulo al carbón, Trump profundiza su agenda contra las políticas ambientales en EE.UU.
Con estímulo al carbón, Trump profundiza su agenda contra las políticas ambientales en EE.UU.
TRUMP anunció su impulso a la industria del carbón rodeado de mineros, a quienes llamó "grandes patriotas estadounidenses". EFE C onocido por ser un escéptico del cambio climático, el Presidente estadounidense, Donald Trump, firmó esta semana una serie de decretos para "potenciar la minería del carbón" --un recurso energético contaminante, en declive los últimos años--, con el propósito de "duplicar" la producción de electricidad en el país y responder al crecimiento de la inteligencia artificial (IA). La orden es una de las medidas más recientes de la nueva administración contra las políticas medioambientales, que han llevado al mandatario a sacar a EE.UU. del acuerdo climático de París, a eliminar el subsidio a los autos eléctricos, o incluso, a aumentar la potencia de las duchas. "Estamos poniendo fin a la guerra de Joe Biden contra el carbón limpio y hermoso", anunció el mandatario al firmar el decreto en un evento rodeado de mineros, a quienes tildó de "grandes patriotas estadounidenses". Las políticas levantarán las barreras regulatorias a la extracción de carbón, suspenderán los cierres previstos de numerosas centrales eléctricas de este combustible y agilizarán los arrendamientos de tierras para su minería.
Otro de los puntos clave, además, es una "garantía" legal para asegurar que las compañías del sector puedan seguir operando sin importar quién ocupe la Casa Blanca, y evaluar si el carbón utilizado en la producción de acero puede ser clasificado como un mineral crítico.
Investigaciones respaldadas por Naciones Unidas, no obstante, señalan que la producción de carbón a nivel mundial favorece el cambio climático, ya que junto con el dióxido de carbono, la quema de este elemento contribuye a la lluvia ácida, el esmog y a las enfermedades respiratorias, según información de la Administración de Información sobre Energía de EE.UU., e incluso puede ser más caro que otras fuentes de energía como el gas natural, frente a lo que los expertos creen que más allá de sus beneficios económicos, el mandatario podría estar buscando obtener réditos políticos con esta medida. "Trump recibe un fuerte apoyo político de las zonas del país donde se extrae carbón.
Al mismo tiempo que la industria del carbón ha sido un firme apoyo financiero para Trump y el Partido Republicano", dice a "El Mercurio" Michael Gerrard, director del Centro Sabin para la Ley del Cambio Climático de la Universidad de Columbia.
Se estima que las compañías de combustibles fósiles destinaron unos 96 millones de dólares a la campaña de reelección de Trump y a sus comités de acción política, luego de que este se comprometiera a reducir las regulaciones ambientales. "Estos sectores, junto con sus trabajadores, además son una parte importante de su coalición política", añade Richard Bensel, profesor del Departamento de Gobierno de la Universidad de Cornell. "Al tiempo que desconfía de los científicos que trabajan en temas políticamente sensibles como el cambio climático, ya que cree que son parte de combinaciones institucionales generosamente apoyadas por intereses y políticos de izquierda", apunta.
Cambio climático: "gran engaño" Las medidas en favor de estas industrias, en ese sentido, eran esperables, dicen los expertos, ya que incluso en campaña no ocultó su intención de revertir los compromisos del país en materia medioambiental, al tildar de "estafa" los esfuerzos por impulsar la energía verde y calificar de "gran engaño" el cambio climático.
Es por eso que apenas regresó al poder sacó a Estados Unidos --el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo-de los acuerdos de París, lo que eliminó su obligación de reducir sus emisiones, al tiempo que ha desmantelado una serie de políticas climáticas que datan de la era de su antecesor, Joe Biden (2021-2025). Esta semana, la administración republicana firmó una amplia orden ejecutiva titulada "Proteger la energía estadounidense de los excesos del Estado", que instruye al Departamento de Justicia "detener la aplicación" de cualquier ley climática estatal destinada a limitar el uso de combustibles fósiles, así como la revisión de leyes estatales que mencionen términos como "justicia ambiental" y "emisiones de gases de efecto invernadero". A modo de ejemplo, el Presidente apuntó contra Nueva York y Vermont, que han aprobado leyes que obligan a las grandes empresas de estas energías a ayudar a pagar los daños causados por eventos meteorológicos extremos, lo que Trump calificó de "extorsión". Y ha dicho que sus órdenes buscan responder al aumento en la demanda de electricidad en el país, para satisfacer el crecimiento de la inteligencia artificial, así como los esfuerzos de su gobierno para expandir la manufactura de alta tecnología. "Duchas estadounidenses, grandes otra vez" En su primer día en el cargo, el republicano firmó una orden ejecutiva que revocó el objetivo establecido por Biden de que los vehículos eléctricos representen el 50% de todos los autos nuevos vendidos en EE.UU. para 2030, lo que buscaba descarbonizar este sector, reducir la contaminación y contribuir a reducir la huella de carbono del país.
Al mismo tiempo que ha tomado otras medidas más pequeñas pero que también apuntan en la misma dirección, como volver a permitir la producción y distribución de bombillas de plástico --en lugar de las de papel--, revocar todas las órdenes que favorecen las luces led, y eliminar la restricción a la presión del agua en las duchas (que limitaba la salida de agua a 9,5 litros por minuto). "En mi caso me gusta tomar una buena ducha, cuidar mi hermoso cabello", declaró Trump a periodistas cuando firmaba la orden el miércoles en la Casa Blanca, una medida que según su administración, "hará que las duchas estadounidenses sean grandes otra vez". "Trump ha ordenado a sus altos funcionarios que deroguen muchas de las regulaciones climáticas.
Para ello, deberán pasar por largos procesos administrativos (... ) En el caso de las medidas contra los estados, su administración tendría que recurrir a los tribunales y convencer a los jueces de que estas leyes climáticas estatales son ilegales. Aún no lo han intentado.
Si lo hicieran, los estados --o la mayoría de ellos-se opondrán con firmeza", plantea Gerrard. "Pero si lo logran, esto resultará en una mayor emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos convencionales a la atmósfera, con efectos negativos para el clima y la salud pública", finaliza el experto. El mandatario ha avanzado en la materia mediante órdenes ejecutivas: Con estímulo al carbón, Trump profundiza su agenda contra las políticas ambientales en EE.UU. EVA LUNA GATICA La nueva administración busca fomentar la industria de combustibles fósiles, un importante apoyo político para el Presidente.
La administración de Donald Trump, según informaron ayer medios estadounidenses, tiene la intención de pedir al Congreso --encargado de aprobar el presupuesto asignado a las agencias federales-que recorte la financiación de los laboratorios de investigación y las oficinas encargadas de estudiar el clima en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). Según CNN y el medio especializado Science, alrededor del 75% de la financiación de la rama de investigación podría reducirse en el presupuesto de 2026.
Las consecuencias de este plan podrían ser de gran alcance, ya que la NOAA desempeña un papel crucial no solo en Estados Unidos, sino también a escala mundial en la previsión meteorológica, el análisis del clima y la conservación de los océanos. n Recortes en investigación.