Autor: Por Juan Paulo Iglesias
Elevando la discusión: Los debates que marcaron la semana
Los debates que marcaron la semana Elevando la discusión: Los debates que marcaron la semana La hora de la CorteEn los años 50 se popularizó en Estados Unidos una teoría geopolítica que sugería que los cambios políticos en un país podían generar un efecto en cadena.
“Escomouna fila de fichas de dominó”, decía en esos años el Presidente Dwight Eisenhower, “siderribas la primera tendrás la certeza de que caerá hasta la última muy rápidamente”. Era la lógica de la Guerra Fría y Washington temía el avance del comunismo. Pero más allá de eso, lo del efecto dominó es aplicable también aotros ámbitos.
Es lo que pasa por acá, por ejemplo, con la crisis de las instituciones, porque como si de un guion muy bien dosificado se tratara, ha pasado de la Iglesia, alas FEAA., a Carabineros, a los partidos políticos, y llegó ahora a la Corte Suprema. “No desperdicies nunca una buena crisis”, decía Churchill.
Y razones para no desaprovechar la actual para impulsar cambiosno faltan, especialmente, según Ascanio Cavallo, en lo “que se refiere al funcionamiento de la justicia y (... ) los tribunales superiores”. Hay ahí, dice, “algún tipo de falla estructural, no sólo por lo que Hermosilla haya hecho o dejado de hacer, sino porque los propios altos magistrados parecen atrapados en una asfixiante red de influencias”. Es verdad que la historia noes nueva, ya en 1993 “el Senado destituyó por primera vez” a uno de sus miembros, recuerda Cavallo.
Pero como entonces, “la Corte debería tener el máximo interésen despejar esa fronda”. Al final, “están en juego su autoridad ante la sociedad y su funcionamiento cotidiano”. Y si bien la Suprema, en parte, reaccionócon la apertura de un cuaderno deremoción a Ángela Vivanco, el tema para Carlos Correa va más allá de un caso puntual o de las más de 700 mil páginas de conversaciones de WhatsApp extraídas del celular de Luis Hermosilla.
El asunto de fondo, dice, “es cómo se designa a losjueces”, porque “el mecanismo actual es una invitación a las malas prácticas”. Hay que “diseñar un sistema que no genere incentivos perversos”. Una opción son “postulaciones de los candidatos en concursos abiertos” y “un sistema de evaluación conocido a priori”. Pero también se debe eliminar “el incentivo a empatar” que compromete *a jueces con una cierta afinidad política”. Un viejo dicho decía que “el poder más sensible al poder es el Poder Judicial”. Sea así o no, el hecho es que como escribe Javier Sajuria, las cortes son políticas y sostener lo contrario es iluso. Basta leer The Nine, ese extraordinario libro de Jeffrey Toobin sobre la Corte Suprema de Estados Unidos. Pero más allá de disgregaciones literarias, “decir que las cortes son políticas no es lo mismo que decir queson corruptas”, apunta Sajuria.
Losjueces no son “eunucosideo-realidad, la de “un malestar que vencer y villanos a quienes apuntar”. Pero la ausencia de una “lectura crítica”, dice, la lleva a olvidar que el malestar es también con ellos y puedearrastrarla “hacia una mayor villanía”, donde el héroe”, aún sin rostro, “huele a lo lejos a populismo”. En la semana del debate presidencial más decisivo en una generación en EE.UU., comosugerían con esa grandilocuencia habitual de algunos analistas norteamericanos -que dejó líneas memorables, como la de que los inmigrantes se comen a los perros y gatos en Springfield, Ohio-, el mundo siguió girando. No sólo murió Alberto Fujimori, cerrando un capítulo dela política peruana, sino llegó al espacio la primera misión especial completamente privada de la historia. Son tiempos de cambio, donde, además, como apuntaba Pedro Maldonado en una reveladora entrevista, la IA podría acabar reduciendo nuestras competencias cognitivas. Y si bien él tiene una mirada más optimista y esperanzada de lo que viene, no deja de ser. Y si de esperanza se trata, ese fue el título de la columna de Ernesto Ottone.
Esperanza no sólo, según él, por los nuevos aires que trajo la irrupción de Kamala Harris a la campaña en Estados Unidos, sino también, dice, “a todos los demócratas del mundo que enfrentan con angustia el devenir de un planeta turbulento”. Vivimos “tiempos difíciles” y los resultados de la elección de EE.UU., asegura, “no son ajenos a nuestro futuro, porque “el sistema político democrático (.. ) requiere cada vez más esfuerzos para que sus valores sobrevivan”, escribe.
Algo que vale también por acá, donde “llevamos más de 10 años cometiendo demasiados errores y extravíos” y ya es tiempo, apunta, de dejar de lado “mezquindades y trifulcas”. Después de todo, como recuerda Lucía Dammert, hoy vivimos por estos lados un “déficit de esperanza”. Maquiavelo decía que no hay nada más difícil de planificar y peligroso de manejar que un nuevo sistema. Y algo de eso hay en estos tiempos. Pero falta también, según María delos Ángeles Fernández, “romper las visiones tipo “silo' que suelen caracterizar los procesos de reforma” y que hoy dominan el debate político. Se olvida, por ejemplo, el “potencial impacto” que la necesaria reforma al sistema político tiene “en la crisis de seguridad.
“Estamos en manos de una clase política ensimismada”, apunta Cristián Valdivieso, incapaz “de asumir los costos para salir del estancamiento”. Y mientras eso no suceda, las fichas del dominó seguirán cayendo. lógicos”, pero eso no es razón para que sus decisionesse basen “en intercambios de favores o mal uso de potestades jurisdiccionales”. La solución pasa por una reforma completa al sistema de nominaciones, dice, “desde notarios a la Corte Suprema”. Habrá que ver si es posible. la década anterior a 2014 la formación bruta de capital fijo -principal indicador de la inversiónaumentaba sobre 9% anual promedio”, “mientras que en la década siguiente” creció “menos de 1% anual”. Pero pesea ello, apunta, algunos siguen creyendo “que es posible subir el salario mínimo, reducir la jornada laboral y aumentar en seis puntos las cotizaciones.
“Somos una sociedad de magos”, dice Colodro, “de niños queinsisten en el país de “Nunca Jamás””. Pero si de economía se trata, el último informe del BC trajo una buena y una mala noticia, según Hernán Cheyre.
“La buena”, dice, “fue el anuncio de que la tasa de interés de política monetaria va a continuar su trayectoria descendente a una velocidad mayor que la prevista inicialmente”. Pero la mala, y noes poca cosa, son “lasrazones” de “este cambio”: una lenta recuperación del consumo y la inversión que llevaron a ajustar a la baja el rango de crecimiento para este año, y también el PIB tendencial.
Salir de ahí, apunta, requiere “un Estado muy activo, facilitando la creación del contexto requerido para el despegue de la actividad privada”. Mientras no se asuma eso, dice, “no será posible salir del pantano”. Al final, siempre es “la economía, estúpido”, como decía James Carville y también sugirió el reciente informe del PNUD al mostrar, como recuerda Cristóbal Osorio, que “el malestar hoy mutó a una demanda por seguridad y prosperidad”. Y si bien la izquierda hoy en el poder “no dispone de una caja de herramientas creíbles”, dice, “igualmente convirtió el informe en “una carta de navegación”. Ofrece una fácil lectura de laLa economíaot. ra.. ve zY como muchas veces los problemas no vienen solos, a los efectos aún impredecibles del caso Audio, convertido de pronto en una muñeca rusa que no deja de esconder nuevas revelaciones en su interior, una suerte de Historia interminable del tráfico de influencias, se sumaron en los últimos días nuevas malas noticias para la economía.
Lo delestancamiento sigue ahí, inamovible, a la luz de las proyecciones del Banco Central, que pronostican un PIB tendencial de 1,8%, lejos del 5% quese proyectaba a inicios de la década pasada y aún más lejos de ese 7,3% promedio de crecimiento de los 90.
Para Max Colodro, Chile sufre del síndrome de Peter Pan, somos “un país que no quiere crecer”. Y como siempre hay un origen para todo, según Colodro el problema comenzó hace una década, cuando “la Nueva Mayoría impulsó muchas de las transformaciones que la izquierda sentía como asignatura pendiente”. Y, “casualidad o no”, dice, el hechoes que “en.