“Cuando se corta la luz en la economía global”
“Cuando se corta la luz en la economía global” DINOS [ opinionEestrellaarica. cl QUE PIENSAS [E] Otstrelladearica E] La Estrella de Arica larmente expuesto a esta tormenta, es el energético. ¿Por qué? Porque vimientras el ve en una paradoja: mundo entero se lanza con fuerza hacia la electrificación, las cadenas de suministro que hacen posible esa transición se pueden ver más afecta das. El litio, los semiconductores, los transformadores, los inversores solares, las baterías: todos son productos altamente globalizados, con piezas que cruzan varios continentes antes de llegar a destino. Cualquier barrera arancelaria -especialmente si viene desde Estados Unidos o Chinaafecta, no sólo el precio final, sino también los plazos y la viabilidad misma de muchos proyectos. Por ejemplo, la imposición de tarifas a componentes eléctricos fabricados en Asia ha encarecido entre un 10% y 25% el costo de sistemas solares residenciales en algunos estados de EE. UU, según la Asociación de Industrias de Energía Solar. Además, la incertidumbre está frenando inversiones en infraestructura energética crítica, justo cuando más se necesita escalarla para cumplir metas de descarbonización. En medio de este escenario convulso, las empresas que operan con una red logística global tienen un rol clave. Aunque no pueden evitar la tormenta, sí pueden navegar mejor si el barco está bien preparado.
Si una compañía ha invertido por años en construir una red de proveedores y fábricas repartidas por el mundo, esDicen que cuando se corta la luz en casa, uno corre al supermercado a comprar seis bidones de agua, aunque probablemente no los necesite, El pánico, la incertidumbre, esa sensación de no saber qué viene, nos hace reaccionar más con el estómago que con la cabeza. Algo parecido -pero a gran escala: está ocurriendo en la economía global con el retorno de las guerras comerciales. El Estados Unidos de Trump ha decidido jugar con las tarifas aduaneras comosi fueran fichas de dominó y vuelve a agitar la idea de castigar con aranceles a productos chinos, y el efecto es inmediato. No hace falta que las medidas se apliquen formalmente para que el mercado comience a apretar el botón de pánico. Basta con el ruido para que las empresas se replieguen, ajusten precios, reconfiguren sus inventarios y, en algunos casos, empiecen a sobredimensionar Sus Compras, como quien llena la despensa por si acaso. El cobre, por ejemplo, llegó a su precio histórico hace apenas unas semanas. ¿La razón? Ni más ni menos que el miedo. La demanda anticipada por sobrestockeo hizo lo suyo. Y el fenómeno no termina ahí: los costos del transporte internacional también suben, y con eso, el impacto se traslada al consumidor final. La inflación global podría venir en camino, disfrazada de decisiones unilaterales y políticas proteccionistas. Y si hay un sector que está particuto le permite mover piezas como en un ajedrez logístico: si una fábrica colapsa, otra entra en juego; si un país acumula inventario, se redistribuye. Pero más allá del músculo industrial, lo que marca la diferencia es la digitalización. Hoy las cadenas de suministro no sólo deben ser rápidas y resilientes, también deben ser transparentes. Saber en tiempo real dónde está tu pedido, cuándo va a llegar y si ese compromiso se va a cumplir, no es un lujo, es una necesi dad. Y ahí es donde tecnologías como los ERPs interconectados y los portales de trazabilidad permiten dar ese salto desde la oscuridad a la visibilidad total. Porque sí, la incertidumbre puede cortarla luz en la economía global. Pero también es cierto que hay empresas que están instalando linternas potentes y baterías de respaldo para que, aunque no veamos el futuro con claridad, al menos sepamos cómo movernos mientras tanto. Las guerras comerciales no son nuevas, pero la manera en que las enfrentamos sí puede serlo. Y ahíes donde las empresas con visión logística, y sobretodo, energética, pueden marcar la diferencia. No evitando la tormenta, pero síenseñándonos a no entrar en pánico... y a dejar los seis bidones de agua donde estaban. Por Ricardo Pacheco Gerente de Logística Schneider Electric.