Joven utiliza ropa de los vertederos del desierto de Atacama para cultivar hongos comestibles
Joven utiliza ropa de los vertederos del desierto de Atacama para cultivar hongos comestibles En los 90, Daniela Guzmán visitó la zona y la marcó la gran cantidad de prendas botadas. Veinte años después dejó Santiago, se radicó en San Pedro y creó “Casa Fungi Atacama pyme con la que produce hongos con textiles. Ignacio Arriagada M. Durante Durante su adolescencia, adolescencia, hace unas dos décadas, Daniela Guzmán visitó Iquique en unas cuantas ocasiones. En su memoria no quedaron grabadas las postales de las playas ni las zonas tusisticas de la ciudad, sino las miles de toneladas de ropa usada que atestaban el desierto de Atacama.
Veinte años después, después, esta santiaguina, cansadade cansadade la iurina laboral yen “búsqueda de la felicidad es. pisitual”. volvió al sitio más árido de la Tierra para monlar monlar un emprendimiento con el que pretende acabar con los vertederos de textiles que proliferan. Yo. como ingeniera en marketing. trabajé nueve años en muy buenas empresas. empresas. Tenía mi departamento y ganaba un buen sueldo. pero nada de eso me hacia feliz. POr croen 2018 agarre mis cositas y mc vine a San Pedro de Atacama. Aquí comencé comencé a trabajaren turismo. como guía. porque hablaba inglés e hice unos CULSO5 de geología”, relata. La vida de Daniela había experimentado un vuelco “mágico”. como lo define. Pasó de estar ocho horas dialías dialías ante un computador y en reuniones a recorrer y exhibir los atractivos del desierto desierto a turistas nacionales e internacionales.
En el apogeo apogeo de su nueva realidad en el norte, cuando había hallado hallado su “felicidad espiritual y laboral”, e incluso el amor, el covid-19 se dejó caer como el invierno boliviano, que por sus estragos paraliza cada año a San Pedro. “Cuando partió la pandemia pandemia dejó de haber trabajo en la ciudad, así que babia que reinventarse. Se me ocurrió estudiaryme fui unos meses a vivir a Papudo (Región de EL INICIO Controlada la crisis sanitaria en el país, a mediados de 2022. esta joven retornó a su zona de confort.
Con ánimos y ambiciones renovadas, se tsazóel desafio de ielribuira la zona todas las alegnas y la paz mental que le había brindado brindado hasta ese momento. ¿De qué manera? onflibuycndo a que el desierto de Atacama dejara dr ser un basurero mundial de la ropa usada, “Los hongos y el cultivo de los mismos fueron la cia. ve para cumplir ese objetivo (... ) Comencé a averiguar y en un texto había un estudio hecho, al parecer, en Holanda. Holanda. que detallaba que los champiñones podian comer se el algodón. Esto fue importante importante porque mucha de madera y trozos de ropa. Resultó.
El micelio del hongo, que es como la estructura estructura del hongo y de apariencia apariencia similar a una raíz, se comió comió el algodón de la ropa y produjo después la flor, que en este caso es el champiñón que se come. Efectivamente, secultivó con sopa”, detalla. Del proceso de prueba, la pareja cosechó dos cepas comestibles comestibles excepcionales: os u-a Peila y ostra Gris, “Estos tipos de champiñones tienen tienen mejor adaptación a los cambios climáticos. Por ejemplo, acá, donde hay frío y calor extremo, crecen es. pectaculares”. asegura. Con el método probado y con los dos champiñones en mano, Daniela fosinalizó su emprendimiento, al que llamó llamó “Casa Fungi Atacama”. Al poco tiempo buscó recur. sos económicos para iniciar una producción mayor. Con entusiasmo y esperanza postuló postuló al Semilla Inicia, de Cor. lb. y logro obtener el dinero. DANIELA GUZMÁN EMPRENDEDORA Los recursos le permitieron coniprar utensilios y maquinaria. maquinaria. además de adaptar un espacio de su patio para Ilevar Ilevar adelante las labores de producción. “El año pasado 120231 comcncéacultivary comcncéacultivary los prime ros champiñones se los vendí vendí a mi familia, a mis amigos, amigos, y les gustó demasiado. Luego comencé a hacer más publicidad y la gente de acá. de San Pedro, y de algunos restaurantes me comenzaron comenzaron a comprar”, dice. “Casa Fungi Atacama” terminó el 2023 consolidan. dose en el exigente rubro gastronómico y hotelero de la zona, cuyos chefyjefes de cocina destacan que los champiñones tienen un exquisito exquisito sabor y buena calidad. calidad.
El volumen de compra de estos clientes le significó a la pyme alcanzar cifi-as positivas positivas en el plano financiero: sien 2022 el total de las ventas ventas genero ganancias por 200 mil pesos el 2023 fueron 3 millones de pesos. Este año se buscara aumentar esos números y comercializar a otras regiones.
Aunque el camino transi todo ha sido relativamente corto, este empesndimietsto avanza en pos de cumplir con el ambicioso objetivo inicial, que es reducir lacantidad lacantidad de ropa acumulada en el desierto de Atacama, “Lo lograremos (... ) Esta mos usando sopa en desuso. muerta, para darle vida a es tos alimentos”, sostiene. El micelio del hongo, que es como la estructura del hongo, degradó el algodón de la ropa. Valparaísol y muy celta, en Quillota. hacían clases de cultivo de champiñones.
Luego de terminar el curso me puse a cultivarya vender parajuntar plata. rocuenia. (Esas “A 1 :, s,J v. a ygerenta general del isegoc,o. la ropa que está en los verteMÁS DE UNA TONELADA detos tienen grandes poseende prendas han sido tajes de algodón”, asegura. rescatadasdesde el desierto Confirmar o descartar si para los cultivos, los champiñones degradaban el algodón de las prendas de 120 KILOS vestirfueel pnmerpaso. Para de hongos produce la pyme eso. Daniela junto a su parerosnsualrnente. parerosnsualrnente. El proceso ja. Vicente Litvak, hicieron tarde un mesy medio, un experimento que consistió consistió en colocar semillas de hongos comestibles en una superficie y mezclarlo con paja de cereal, despuntes de.