Autor: EFE /L.R. C.
CAMBIO CLIMÁTICO DUPLICÓ RIESGO DE LLUVIAS EXTREMAS Y ELEVÓ EL CALOR AL MAYOR NIVEL EN MIL AÑOS
CAMBIO CLIMÁTICO DUPLICÓ RIESGO DE LLUVIAS EXTREMAS Y ELEVÓ EL CALOR AL MAYOR NIVEL EN MIL AÑOS OMEDIO AMBIENTELAS LLUVIAS EXTREMAS SE HAN INTENSIFICADO EN EL PLANETA, INCLUIDO EN CHILE. DSjo Bogdan Chojnicki, científico del clima dela Universidad de Ciencias dela Vida de Poznan, de Polonia, que participó en elestudio. “Silos humanos siguen llecon emisionando la atmósfera nes de combustibles fósiles, la situación será más grave”, agregó. Las precipitaciones, provocadas porel paso dela tormentaBoris, convirtieronalosarroyos en ríos descontrolados, lo que desencadenó inundacionesque destruyeron viviendas. “Estas inundaciones indican lo costoso que está resultando el cambio climático”, añadió Maja Vahlberg, asesora técnica del Centro Climático de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y coautora del estudio.
CALOR AL ALZAAlinforme de la WWA se suma otro estudio publicado enlare-vista Nature npj Climate and AtmosphericSciences, realizado por científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales(MNCN-CSIC) de España, encolaboración con investigadores de la Universidad de Zaragoza (España), el Instituto deGeociencias (IGEO-CSIC) y lasuniversidades Johannes Gutemberg (Alemania) y de Cambridge (Reino Unido). El grupo concluyó que las olas de calor registradas en 2022 y 2023 en el Mediterráneo occidental, con veranos que alcanzaron anomalías de temperatura de+3,6y +29 gradosrespectivamente, llegaron asuperarlas variaciones climáticas naturales de los últimos1.000 años. El trabajo revela que el cambio climático está intensifi-cando estos fenómenos extre-mos y adelantando su aparición, ya que las prediccionesapuntaban aque noibana ocurrir hasta finales del siglo XXI.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación ha combinado los datos obtenidos a partir de reconstrucciones históricas basadas en la dendrocronología, que analiza los anillos de crecimiento delosárboles, y queen este estudio les ha permitido llegar hasta 1119, los datos de temperatura y precipitaciones delos que se tienen registros (desde el año 1890), y la información que arrojan las proyecciones futuras basadas en diferentes modelos predictivos. «Estasolas decalor, quehasta ahorase consideraban extremadamente raras porque se producían con una cadencia de unos 10.000 años, podrían ocurrircon una frecuencia deentre 4y 75 años en las condiciones que está provocandoel actuales cambio climático antropogéni-co, dependiendo de los escenariosfuturos de emisiones de gases de efecto invernadero”, ha alertado el investigador del MNCN Ernesto Tejedor.
Uno de los factores clave que impulsaron las olas de calordeambosaños fue el rápido aumento de las temperaturas del océano Atlántico y también del mar Mediterráneo, donde las temperaturas subieron el doble de rápido que la media global, agravando las olas de calor y las sequíasen la región.
De hecho, las condiciones climáticas de esos dos veranos, enlos que hubo menor nubosidad proveniente de las Azores, favorecieron la llegada de aire caliente del Sáhara a Europa y marcaron récords en el número de horas de máxima radiaciónsolar, la reducción del hielo delos glaciares del Pirineo y los Alpes y la disminución del caudal de los ríos debido a laos nuevos estudios multinacionales dan cuenta deque en la actualidad la probabilidad de lluvias torrenciales se duplicó y que las temperaturas máximas hanoscilado de maneras en que nolo hacían hace un milenio. Ambos fenómenos serían efecto del cambio climático en el planeta.
El primero fue realizado por una colaboraciónacadémicaenla que participaron varias instituciones, entre ellas el Imperial College de Londres, y que fue divulgada por World Weather Attribution (WWA, en inglés). El trabajo tomó datos de las precipitaciones europeas de este mes. Deacuerdo a susconclusiones, las lluvias torrenciales que afectaron grandes áreas de países como Rumanía, Austria, Hungría, República Checa y Eslovaquia fueron al menos un 7% más fuertes por el cambio climático. Loscientíficos compararon las precipitaciones registradas en Europa central durantecuatro días en septiembre con las cantidades simuladas para un 'mundo1,3 grados centrígrados más frío. No obstante, los resultados son “conservadores” porque los modelos pueden subestimar las lluvias. Los expertos estiman que cada grado centígrado de calentamiento permite queel aire retenga un 7% más de humedad. Las lluvias en Europa central se desataron cuando el re frío del Ártico se encontró con elairecálido y húmedo del Mediterráneo y el mar Negro, resaltan los expertos. Según la investigación, se producirían precipitaciones más intensas de cuatro días si el mundo se calienta 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. “La tendencia es clara”, di-sequía extrema que provocó la escasez de lluvias del invierno yla primavera. “En el caso concreto de España, la anomalía de las temperaturas nos permite marcar 2022 comoeel año conlosregistros de temperaturas más elevadas desde 1890”, ha apuntado Tejedor.
“Más allá de lo llamativo de las cifras, el impacto delascondiciones provocadas por las olas de calor prolongadas y las sequías han afectado gravemente alos ecosistemas, servicios hídricos y la biodiversidad, así como a sectores clave de la economía, como el turis" mo y la agricultura”, ha puntualizado el investigador Gerardo Benito, del MNCN.
Las condiciones extremas de 2022 provocaron que fuera elsegundoañoen elrankingde superficie quemada en el mediterráneo occidental; la pérdida de capacidad de absorción de carbono y más de 60.000 muertesrelacionadas con el calor en Europa, especialmente en países como Italia y España. El estudio concluye que los fenómenos extremos que antesse proyectaban para finales delsiglo XXI ya están ocurriendo, lo quesubraya la necesidad urgente de adoptar medidas de adaptación y mitigación al cambio climático. Según los investigadores, las economías mediterráneas, dependientes del turismo y la agricultura, son cada vez más vulnerablesa estos cambios, lo que afectará al desarrollo de estos sectores en el futuro.
“Debemos tomar medidas significativas de adaptación y mitigación, ya quelasolasdecalor previstas para el futuro ya estánocurriendo y probablemente serán más frecuentes en los próximos años, con las consecuenciassociales, económicas y ambientales que esto implica”, 0% haconcluido Tejedor..