El estreno del refugio en EL TUPUNGATO
El estreno del refugio en EL TUPUNGATO último kilómetro del recorrido se asoma la imponente cima del Tupungato. Son las cuatro de una calurosa tarde de viernes. Mochila, saco, carpa, comida para 4 días, buenos zapatos de trekking, jockey, harto bloqueador para protegerse del duro sol de enero. Son los elegidos para enfrentar el fin de semana, que comenzará en la localidad de Los Maitenes, Cajón del Maipo. Para ser sincera, es mi primera vez en el sector: el entorno cautiva. Cuesta creer que estemos a un par de horas de Santiago. Aquí, rodeados de montañas, el aire parece más transparente, y el ambiente es más bien campestre.
Lo que nos convoca es un hito histórico en el turismo de montaña nacional: la inauguración del primer refugio de montaña a los pies del imponente volcán Tupungato, uno de los picos más altos en la Región Metropolitana con sus 6.570 metros sobre el nivel del mar, una infraestructura que ha sido empujada por el Gobierno Regional metropolitano y la Fundación Deporte Libre. El proyecto es parte de la iniciativa Los 16 de Chile, que busca construir refugios de montaña que sirvan de acceso a la cumbre más alta de cada región del país. Era el sueño del destacado montañista Juan Pablo Mohr Prieto que, a su muerte, ha sido continuado por sus cercanos. Y para la inauguración del refugio del Tupungato se han reunido miembros de la fundación, autoridades, representantes de la comunidad local, guías de montaña y aficionados, que esperan llegar al base camp.
En total, alrededor de 100 personas que, durante cuatro días, nos adentramos en los paisajes andinos con dos grandes objetivos: conocer la ruta del imponente valle del río Colorado y, segundo, cortar la cinta del moderno refugio ubicado a 3.100 metros, que facilitará el acceso de otras personas a este mundo, todavía lleno de paisajes poco conocidos, aún menos explorados, y tan cercanos a la ciudad.
Día cero“Los cajoninos tienen que asumir que son de alguna manera cuidadores de un tesoro que pertenece a todos”, dice uno de los integrantes del grupo, el gobernador metropolitano Claudio Orrego, y agrega: “La verdadera tarea para los próximos 50 años es transformar al Cajón del Maipo en el primer y principal destino turístico sustentable de la Región Metropolitana”. Vayamos por parte.
La tarde del viernes, cuando llegamos a Los Maitenes, en una sede social, las diferentes partes involucradas en la apertura del refugio firmaron un compromiso de gobernanza para la administración de este y, por supuesto, de la entrada al valle. Luego, recibimos las indicaciones de lo que será el itinerario para los próximos días. La primera noche será en el sector del Chacayar, al que se puede acceder aun en vehículo. Luego vendrá la subida al base camp en Aguas Claras, en una caminata de 12 kilómetros aproximadamente, para al tercer día subir en un trekking más bien corto (6 kilómetros) al refugio mismo. Todo muy fácil de decir. Listos y dispuestos, nos ponemos en marcha. A Chacayar vamos en la camioneta del coordinador del proyecto, Enrique Luco, Quique. En esta etapa nos envuelven montañas rocosas que pintan paisajes alucinantes, sobre todo bajo los colores del atardecer que se asoma. Ya sorprendida, luego podré ver que solo es la primera de muchas postales inolvidables que regala el valle del Colorado. Entre saltos de la camioneta, Quique y su equipo repasan todo lo que tuvieron que sortear para llegar a este momento. Recuerdan las primeras caminatas para conocer el valle, para elegir luego el lugar donde instalarían el refugio y las decenas de vuelos en helicóptero para transportar los materiales de construcción. Cuando enfrentamos la bifurcación de caminos que llevan a los valles del Olivares y del Colorado, tomamos el camino a la derecha y llegamos a la barrera de control de AES Andes. “Sus carnés, por favor. Deben inscribirse y firmar en esta lista”, indicó la chica a cargo, y listo. Ya estábamos dentro. “Qué fácil fue esta vez el acceso”, dice alguien y se escuchan las risas. Aunque el valle del río Colorado es terreno público, su acceso está limitado. Para visitarlo, es necesario solicitar un permiso especial en el Ministerio de Bienes Nacionales para pasar por el portón ubicado en El Alfalfal, última localidad a la que se puede llegar en auto. Este acceso es manejado por la hidroeléctrica AES Andes (antes llamada AES Gener), que controla un código QR que permite la entrada.
Tras sortear ese primer “obstáculo”, queda otro antes de llegar al Chacayar, el estero Las Vacas, cuyo nivel varía según la hora y la época del año, porque se nutre directo del deshielo de glaciares que alimentan al río Colorado. Esta vez, no presenta gran dificultad, así que lo sorteamos rápido, y así llegamos, luego de 20 kilómetros desde la hidroeléctrica, al sector del Chacayar. En este lugar se hace evidente que los verdaderos anfitriones de la experiencia son los arrieros, antiguos conocedores de la montaña.
Nos recibe en su casa don Chelly, quien junto a Manuel, Ismael y Marcelino guiará las mulas con el equipo de quienes decidieron pagar para subir sin peso. (Tome nota: para hacer este circuito al refugio, puede llevar todo en los hombrosSETNEUFICOGAITNASSETNEUFICOGAITNASSOÍRREBSOMARAICNEROLFSETNEUFICOGAITNASincluyendo comidas y equipo para cuatro días, o contratar a estos arrieros, que se encargan del acarreo por unos 50 mil pesos. ) Apenas nos instalamos en el campamento en Chacayar, el sol comienza a esconderse. Pronto la noche nos cubre. Hace demasiado tiempo que no veía tantas estrellas, pienso. Así que, antes de dormir, me quedo de espaldas, con la cabeza fuera de la carpa, mirando un poco embobada hacia arriba. Alrededor, una paz que solo la inmensidad de las montañas entrega. Otra vez, imposible creer que estemos todavía tan cerca de Santiago. Campamento baseCon algo de frío en la noche, un poco desvelada, a las seis de la mañana ya estamos en pie para caminar. Desayunados, con las mochilas listas, vemos a los arrieros acomodar la carga en las mulas. Un consejo antes de empezar. Aparte de buenos zapatos y bastones de trekking, equiparse con pantalones que eviten que la estepa de altura y las diferentes plantas a lo largo del camino nos pinchen es fundamental. También sombrero o gorro, bloqueador y una buena primera capa o cortavientos que deje respirar el cuerpo mientras esquivamos el sol. Aunque el sendero al refugio Tupungato está calificado como de baja dificultad técnica, es un buen desafío. Son aproximadamente 20 kilómetros, con un desnivel positivo de 1.200 metros, que se pueden completar en una o dos jornadas, según la experiencia y capacidad física de cada uno. La caminata puede resultar exigente. Por eso, si hace esto con cierta frecuencia, tresESTERO MUSEO. Al fondo, en las laderas amarillas, se ubican losdías para subir y bajar con tranquilidad pueden resultar suficientes. Si quiere algo más recreativo, mejor considerar cuatro días, al menos. Continuemos. La primera mitad del recorrido es más bien tranquila, sin muchas subidas ni terrenos con mayor dificultad. Además, nos tocó un sábado bastante agradable. A pesar del calor pronosticado, unas amables y esponjosas nubes resguardaron nuestro camino.
Más adelante, Soledad, experimentada esquiadora y conocedora de las montañas, me explica que las benditas nubes que nos protegían del sol se producen porque, cuando hace calor, el aire caliente y húmedo sube por la montaña y, al encontrarse con capas frías, el vapor se condensa formando estas nubes densas.
En este tramo, nos orienta el cauce del río Colorado (que desemboca en el Maipo y es uno de los afluentes que, tratados en El Canelo, abastecen de agua a la Región Metropolitana), que debe su nombre al aporte que le hace el río Azufre, cargado de minerales, que tiñe las aguas de ese color. Mientras avanzábamos por el valle, la inmensidad del lugar nos envolvía con sus parajes de vegetación con tonos café y verde oscuro, salpicados de pequeñas flores amarillas. Había adesnias, cadillos, pingopingos y chuquiraguas (ojo con estas, que si las pasa a llevar ay que duele), además de la morada flor de la cuncuna que aparecía a ratos. Alrededor, los primeros cincomiles enmarcan la escena.
Luego de una hora en dirección noreste, pudimos apreciar el espectacular cerro Catedral de Polleras (5.335 metros), y a las cuatro horas, vimos cómo el valle se corta por el morro Pan de Azúcar, que parece una verdadera pirámide rocosa que marca el inicio del valle del estero Museo hacia el sureste. Justo antes de llegar al estero están unos extraños pozones naturales repletos de minerales y conocidos como Baños Azules. El hito marca la mitad de nuestro primer día de ascenso, que estábamos sorteando sin mayores dificultades. Una media hora de descanso, snacks y quitarse los zapatos. Pausa perfecta. El estero se cruza sin complicaciones gracias a una gran roca que está unos 50 metros antes del paso usado por los arrieros. A partir de ahí, el sendero comienza a ascender, y después desciende al valle del estero Azufre. Sigue por una meseta detramo del recorrido antes del refugio. material volcánico y, tras girar al este, bordea el río Colorado. Todavía queda la segunda mitad del camino.
Opinión generalizada, la parte más difícil, porque hay subidas y bajadas intensas, un verdadero desafío para quienes cargábamos nuestro propio equipo (los bastones fueron imprescindibles). Cerca del kilómetro 10 había una cuesta en forma de V, que tenía en medio un puente para cruzar el estero Museo: bajarla era tan exigente como subirla. Y luego, otra subida. Difícil, pero no tanto. Finalmente, era parte del remate del sendero, antes de llegar al segundo lugar de descanso.
Después de unas largas siete horas de marcha desde Chacayar, alcanzamos la confluencia con el estero Aguas Claras, a 2.630 metros sobre el nivel del mar, donde se establece el primer base camp, con el mismo nombre, lugar donde el equipo de The North Face nos espera con galletitas, té, café y un tentempié. Más que necesario. Tras acomodarnos y comer algo (por fin), nos reunimos alrededor de la fogata que hicieron los arrieros, que recurrentemente usan este sitio para pasar la noche cuando andan con sus animales en la montaña. Luego de una jornada agotadora, el ambiente es de puro compañerismo: todos hemos sufrido por igual. Hay bromas, risas, historias de arrieros, cuentos de montañistas con larga trayectoria Manuel, uno de los arrieros, conversa. Me cuenta que su primera vez en estos valles fue cuando tenía siete años. Vino con su tío. Dice luego que él y sus colegas están contentos con todo lo que se está haciendo: muchas veces, explica, la ganadería ya no es suficiente para ganarse la vida luego de jubilados. Y este tipo de actividades debieran traer beneficios para ellos. “Queremos empezar a capacitar y a educar a los que vienen a la montaña, para que la amenSETNEUFICOGAITNASSETNEUFICOGAITNASOIBMARAMEGRERBILETROPEDNÓICADNUFcomo nosotros y ayuden a cuidarla”, dice. El atardecer es uno de los más lindos que he visto. Al fondo, las montañas se tiñen de un anaranjado incomparable. El lugar da la sensación de perder la noción del tiempo, una paz que solo en sitios así se puede alcanzar. El día de la inauguraciónSiete de la mañana. Desarmamos carpas, ordenamos mochilas, recogemos toda nuestra basura. Desayuno: el pan con mermelada da el golpe de azúcar necesario para encarar el día final para llegar al refugio. Este trayecto es más bien sencillo. El sendero, bien marcado. Seis kilómetros, aproximadamente, que a paso lento se extiende máximo por tres horas.
Cerca de mí caminan Jaime, experimentado guía de montaña y oriundo de Los Maitenes, que nos enseña mucho acerca del entorno natural del sector, Marco, un amigo que me acompaña en esta aventura, y gente de Rescate Andino, que van contando cosas y anécdotas de la montaña. El paisaje, casi plano como una pradera, sirve para poner en contexto las cumbres y la estepa de altura. De fondo, el sonido de aves. Dicen los conocedores que es habitual ver por aquí a la dormilona fraile, al cometocino y la bandurria de la puna. En esta ocasión, un picaflor se acercó a saludar. También hay vizcachas, liebres y zorros, y hasta se han avistado pumas. No tenemos tanta suerte, pero elijo creer.
Cuando llevamos unos cinco kilómetros recorridos, se alza, en dirección norte, el impresionante cerro Chimbote (5.630 m), y a las dos horas de caminata, vemoshacia el este el cordón del Gran Bizcocho, inconfundible punto de referencia; hacia el noreste, el cerro Polleritas, y al sureste, el primer avistamiento del Tupungato. “Oh”. Las exclamaciones se escuchaban por todos lados. Imponente, su blanca cumbre sobresalía en el paisaje. Tres horas más tarde, por fin en el refugio. Desde adentro, a través de los amplios ventanales, el imponente Tupungato El volcán sigue siendo el verdadero protagonista del entorno. La panorámica deja sin aliento. La arquitectura del refugio está inspirada en los bloques de roca que se ven en el valle. Hecho con madera contralaminada, tiene 60 metros cuadrados y capacidad para 22 personas, que encuentran aquí comedor, cocina, sala de estar, segundo piso y dos zonas de boulder al aire libre.
Más tarde, luego de la ceremonia de inauguración (discursos, corte de cinta, también un par de talleres de capacitación en habilidades de montaña, y hasta la presentación de un nuevo mapa de la cordillera de la Región Metropolitana, hecho por @andesprofundo), comenzó la celebración. Se prendió el fuego, armaron choripanes y las malayas con los costillares se lanzaron a la parrilla. Max Zegers fue el encargado de poner la música de ambiente en vivo. Para cuando cae la noche, y los más agotados se han ido a las carpas, el festejo continúa cerca de la parrilla (todavía con carne), y ahora hasta con unas cuecas.
“Quién me ayudaría /A desarmar tu historia antigua /Y a pedazos volverte a conquistar /Una ciudad quiero tener /Para todos construida /Y que alimente a quien la quiera habitar”, se escuchaba a coro, melodías que se perdían entre medio de las montañas. Y vinieron otras, como El co-rralero y Arriba en la cordillera, que escu-chadas aquí parecían cobrar otro sentido. El Tupungato, en silencio, de fondo, asistía al momento. La inauguración del refugio que acercaría esta cumbre a los aventureros tenía un entorno perfecto. Al día siguiente, habría que recorrer 20 kilómetros de vuelta. La ciudad nos esperaba al final. Pero ahora una imponente luna llena salió a las espaldas del volcán. Iluminaba el valle, sin opacar el brillo único del cielo estrellado. Había que hacer durar este momento. DLO QUE VIENEEl enorme potencial turístico y para deportes de montaña del valle del río Colorado tendrá en este refugio una herramienta clave. Ahora lo que viene es la implementación de los protocolos para su uso. Mientras, laFundación Deportelibre trabaja enun sistema de inscripción a través de su sitio web (los16. cl), para agilizar el acceso al refugio. La parte final del proyecto, que comenzó hace un poco más de un año, contempla implementar señaléticas a lo largo del sendero, para facilitar el recorrido. “El 68 por ciento del territorio nacional es montaña y nunca la hemos mirado como merece. Debiese ser parte de nuestra identidad. Crear cultura de montaña en Chile es muy necesario y era el gran sueño de Juan Pablo Mohr, y es nuestro principal objetivo con el proyecto Los 16 de Chile.
Claramente, este refugio será un soporte para muchas personas que ya operan el turismo en la zona y abrirá nuevas posibilidades de acceso a este tremendo valle”, dijo Enrique Luco, director de Los 16 de Chile.
VALLE DEL RÍO COLORADO:. A mediados de enero se inauguró el primer refugio de montaña a los pies de este volcán emblema de la Región Metropolitana, que servirá para acceder a una enorme superficie de montaña que podría convertirse en un enorme hito turístico. En una expedición de cuatro días, nos internamos por el valle del río Colorado para conocer la ruta y los impresionantes paisajes andinos que la rodean. POR Florencia Ramos Berríos. VALLE DEL RÍO COLORADO Baños Azules. VALLE DEL RÍO COLORADO. VOLCÁN. BOULDERS. El refugio cuenta con estas paredes de ALTERNATIVA. Una opción de carga del equipaje para ESTRENO. La inauguración, se realizó el día domingo 19 de e AGUAS CLARAS. En ese sector se levantó el primer ca O J AGUAS CLARAS. En ese sector se levantó el primer ca ESTRENO. La inauguración, se realizó el día domingo 19 de e