Autor: Sebastián Figueroa Esquivel de formación del Programa Sociólogo y coordinador de Apoyo ala Convivencia Escolar, PUCV
Columnas de Opinión: Reflexiones sobre salud mental en las escuelas
Columnas de Opinión: Reflexiones sobre salud mental en las escuelas Columnaa salud mental ha cobrado una relevancia creciente en nuestra vida diaria, especialmente desde la pandemia. Según el Termómetro de Salud Mental de Achs-UC, en ju-lio de 2020, más del 34% delas personas consultadas manifestaron problemas de salud mental. Este año, en la novena edición del informe, la cifra ha disminuido a un 13,4%, lo cual resulta alentador. Sin embargo, la situación no es tan favorable cuando se tra-ta de niños, niñas y adolescentes. Distintas investigaciones hancimientos, siendo reactivos ante los distintos hechos que quebrantan lo cotidiano. La convivencia escolar y el bienestar colectivo se vuelven cada vezmás urgentes. En estemarco, es fundamental apoyar y sostenerlas políticas públicas que promueven la convivencia como una pieza clave en el desarrollo de estudiantes y funcionarios, y entenderla como parteesencial del currículo. Siendo fundamental el trabajo docente quese puede realizar a nivel de aula, junto con el apoyo sostenido delas familias. Programas como “A convivir se aprende” han ayudado a organizar redes educativas que permiten identificar necesidades y articular apoyos entre establecimientos, e incluso con instituciones externas.
Sostener estos programas, así como la nueva Política Nacional de Convivencia Educativa, son claves para fortalecer laimportancia de la convivencia y no puedan quedarsujetos únila voluntariedad del gobierno de turno, debemos ver camente a en esto una vía hacia la mejora. A pesar de estas propuestas, y potenciando la autonomía de las escuelas, es clave promover prácticas de cuidado y bienestar colectivo, tanto en las condiciones laborales como en las relaciones personales en los establecimientos.
Sólo así lograremos instalary sostener prácticas de bienestar colectivoenlascomunidades educativas. revelado preocupantes cifras de pensamientos suicidas, depresión y consumo problemático de sustancias, afectando principalmentea las mujeres (Crockett y Martínez, 2023; Defensoría dela Niñez, 2024). Un factor que podría ayudar a explicar este panorama es la pandemia, que nos mantuvo encerrados por unlargo periodo, exacerbando carencias y desigualdades preexistentes.
Actualmente, como parte del equipo que implementa el programa “A convivir se aprende”, del Ministerio de Educación, he sidotestigo delimpacto quetiene en los establecimientos educativos: estudiantes sobreexigidos por la presión de un sistema estandarizado, desregulaciones y aumento dela violencia escolar. Además, funcionarios que se muestran agotados por la presión dela rendición de cuentas y el impacto potencial en sus estable-.