Autor: Nelson Cárcamo Barrera profesor
Columnas de Opinión: Chile en la encrucijada: crimen, narcotráfico y la sombra de la ingobernabilidad
Columnas de Opinión: Chile en la encrucijada: crimen, narcotráfico y la sombra de la ingobernabilidad o es exageración. No es alarmismo. Es la cruda realidad: Chile atraviesa una de sus peores crisis de seN guridad conocidas. El crimen organizado ya no opera en las sombras y, lo más grave, sembrando el miedo en barrios que antes eran sinónimo de tranquilidad. El narcotráfico ya no es un problema marginal: controla territorios y desafía al Estado con una impunidad que asusta. El estallido social marcó un punto de inflexión, pero no por las razones que algunos predican. Más allá de las legitimas demandas ciudadanas, aquel octubre fue también el inicio de un proceso de desgaste acelerado de las instituciones. La violencia callejera, la retórica incendiaria y la permisividad frente a la anarquía generaron un terreno fértil para que el crimen organizado encontrara su momento. Hoy, ese mismo desorden se ha institucionalizado. No hablo de conspiraciones, sino de hechos concretos: jueces que liberan narcos con argumentos inverosimiles, policias sobrepasados por bandas mejor armadas que ellos, y autoridades que, en lugar de actuar, se enredan en discursos tibios. Mientras tanto, las mafias avanzan. Las rutas de la droga ya no circulan exclusivamente por el norte; ahora atraviesan el país entero, desde los puertos del sur hasta los barrios acomodados de Santiago. La normalización de los "narcofunerales" con fusiles al aire ya no sorprende a nadie. Los ajustes de cuentas en plena luz del dia tampoco. Ni hablar de los secuestros.
Pero lo más grave no es la violencia en si, sino la normalización de esta plaga. ¿ Cómo explicar que un extranjero acusado de homicidio sea liberado en horas, sin que nadie -ni jueces, ni fiscales, ni ministrospueda dar una explicación coherente ?. Ante este panorama, las próximas elecciones presidenciales no pueden ser un ejercicio más de polarización estéril.
No se trata de elegir entre "izquierda" o "derecha", sino de responder una pregunta básica: ¿ Qué candidato está dispuesto a enfrentar con determinación al crimen organizado? ¿ Quién propone poner fin a la impunidad? ¿ Quién dará a Carabineros y a la PDI los recursos, la tecnología y el respaklo legal para enfrentar a mafias que operan como ejércitos? ¿ Quién dejará de lado la retórica y actuará con mano firme contra el narcotráfico y los funcionarios corruptos? Chile necesita una coalición amplia contra el crimen, que trascienda los colores politicos. Porque si algo ha demostrado esta crisis es que, divididos, solo le hacemos el juego a los verdaderos enemigos: aquellos que ya han infiltrado el Estado y que hoy rien ante nuestra descoordinación. El Chile de hoy no es el de hace diez años. La seguridad ya no es un tema más en la agenda; es la piedra angular sobre la que se sostiene -o se derrumbatodo lo demás: la economia, la educación, la salud. No habrá empleo estable en ciudades tomadas por las bandas. No habrá futuro para los jóvenes si el narcotráfico sigue siendo el empleador más eficiente de las poblaciones marginadas. Las elecciones que vienen no son sobre ideologías, sino sobre supervivencia nacional. Y ante eso, no caben medias tintas. O los candidatos entienden la magnitud de la crisis y actúan en consecuencia, o Chile seguirá descendiendo en esa espiral de violencia que, hasta hace poco, creíamos exclusiva de otros países..