Yasmani Acosta relata los duros días que vivió tras abandonar Cuba
Yasmani Acosta relata los duros días que vivió tras abandonar Cuba El luchador grecorromano obtuvo la nacionalidad por gracia el 2018 Yasmani Acosta relata los duros días que vivió tras abandonar Cuba Arrancó desde un hotel santiaguino a la una de la madrugada. Lo ayudó un amigo, consiguió trabajo y, tras un largo camino, comenzó a pelear por Chile.
Si les pudiera decir algo a los atletas que se escaparon la semana pasada, "les diría que al final vale la pena". ISABEL LAMOLIATTE fines de septiembre Yasmani A Acosta (35) volvió a Cuba tras ocho años y siete meses sin pisar la isla. "Estaba nervioso, emocionado. Hasta el último minuto pensé que me iban a tirar para atrás y no me dejarían entrar", recuerda. Ocho años después de haber abandonado su país natal, Acosta regresaba como parte del Team Chile para entrenar en la previa de los Juegos Panamericanos.
A las dos semanas de preparación en La Habana arrendó un auto y viajó hacia AgraTeam Chile en monte, su pueblo natal. los últimos "La hierba estaba más alta y el caJuegos mino era más pequeño de lo que rePanamericanos. cordaba. Tenía los ojos mojados mientras manejaba y miraba el paisaje. Fue muy emocionante". Hoy su historia cobra relevancia porque hace una semana, casi una decena de atletas isleños abandonaron su delegación para buscar un futuro en Chile. Tal como lo hizo él. turo en Chile. Tal como lo hizo él. Yasmani Acosta fue parte del Sin mirar atrás Acosta comenzó a entrenar en su disciplina -lucha grecorromanacuando tenía 10 años. Estaba internado en una escuela deportiva en La Habana, a la que llegaba los domingos en la noche y de la que se iba los sábados a las 13 horas. El 2014, cuando tenía 26, decidió dejar Cuba. "Empecé a decirle a mi mamá para probar cómo reaccionaba.
Pero ella hacía como que no me escuchaba y se iba". escuchaba y se iba". escuchaba y se iba". escuchaba y se iba". lo) 5 z 5 o 3 o z Z z z z z En 1840, un grupo de argentinos ilustres llegó huyendo de una dictadura. Gabriel Ocampo, Domingo de El asilo y la opresión opresión n 1840 llegó a Chile una numerosa inmigración argentina huyendo de la dictadura de Juan Manuel de Rosas. Crónicas de la época refieren el penoso cruce de la cordillera de centenares de argentinos escapando de la tiranía. Eran, en lenguaje contemporáneo, refugiados políticos. Acá se les recibió generosamente, con auxilios médicos y materiales, alojamiento y empleOS. Los emigrados argentinos respondieron de manera contundente a la hospitalidad chilena, en palabras de Borges, "grande como sus patios". Muchos se insertaron en la vida política y cultural chilena. La lista de los expatriados era ilustrisima. Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, Juan Bautista Alberdi, Oro y muchos más.
Fundaron periódicos y escuelas, participaron de encendidos debates en la prensa defendiendo el liberalismo y el romanticismo y colaboraron de manera decisiva en la conformación de la generación literaria chilena de 1842 y de una robusta esfera pública. Sarmiento, por ejemplo, fundó en Santiago la primera escuela normal de preceptores del continente y publicó en El Mercurio de Valparaíso su "Facundo", quizás la obra literaria más importante del siglo XIX hispanoamericano. En 1852, con la caída de Rosas, un buen número de estos refugiados volvió a su patria. Mitre sería elegido Presidente de la República, Sarmiento lo sucedería en el cargo y Alberdi sería el autor de la Constitución que los rige hasta hoy.
Llama la atención que la Canción Nacional de Chile, escrita en parte por un argentino, declare en el coro que sostenemos "el asilo contra la opresión". Los emigrados argentinos llamaban al régimen de Rosas, precisamente, "La Opresión" y fue acá donde recibieron el asilo que de manera tan brillante correspondieron. to. Y el miedo siempre estaba presente.
Por eso, si les pudiera dar un consejo a los atletas que se escaparon de la delegación les diría que no Era diciembre y él entrenaba para los Panamericanos de Lucha, que se realizarían en Chile en marzo del 2015. "Le expliqué a mi mamá que si seguía en Cuba no podría ascender en mi categoría. Estaba Mijaín López, el mejor luchador de la historia, y yo no podía ganarle". Pero había otra razón que no le reveló. "Yo quería comprarles ropita y zapatos a mi mamá y mi hermano. A ella le gustaban mucho las cremas y el maquillaje y en Cuba eso eraimposible.
Cuando viajaba llevaba puros, los vendía y con ese dinero le llevaba un perfume de regalo". Yasmani tiene grabada la despedida de su mamá y hermano en su casa en Agramonte. "Los tres estábamos llorando cuando les dije No me vayan a buscar al aeropuerto porque yo no voy a regresar de ChiJe. Fue muy, muy, muy difícil. Cogí la maleta y me fui. Sentí unos deseos inmensos de mirar hacia atrás y tener una última imagen de mi mamá y mi casa, pero no lo hice. Si hubiera mirado no habría sido capaz de irme... ". La fuga En Santiago, Yasmani conversó con su amigo, el luchador Andrés Ayub.
Ambos se conocían desde los 16 años, cuando Ayub iba a Cuba a entrenar. "Le pregunté ¿ crees que podría encontrar trabajo si me quedo en Santiago? Tenía tanto miedo que esperaba que me dijera que no. Lo que más me atormentaba era que durante ocho años no podría regresar a la isla, aunque le pasara algo a mi madre y a mi hermano. Pero su respuesta fue: Tranquilo, yo te voy a ayudar. Recuerdo que me fui al baño a llorar. Ya no tenía excusas para no salirme". La noche anterior al regreso a La Habana, Acosta bajó al lobby del hotel. Esperó a que estuviera vacío para subir a toda carrera a buscar su maleta. Se despidió de su compañero de cuarto y le entregó unos encargos de Mijaín López. "Era la una y media de la mañana. En la recepción el guardia me preguntó si me iba. Yo estaba temblando cuando le dije Voy a la esquina y vuelvo. Pensaba que me iba a retener. Salí y me puse a correr. Andrés me esperaba en su auto". Esa primera noche Acosta durmió en un motel. Al día siguiente Ayub le presentó compañeros de la Federación de Lucha y consiguió trabajo como guardia de una discoteca. Luego fue guardia del Hotel W y de CasaPiedra. En forma paralela comenzó a entrenar, ayudado por su amigo Andrés. "Fue una época dura. Me di cuenta de que era un cero a la izquierda. Lo único que sabía en la vida era luchar.
Me alimentaba mal porque no sabía ni siquiera hacer un huevo fripierdan la esperanza, que al final vale la pena". En el consulado de Cuba pidió su identificación. "La cónsul, una chica muy dura, me dijo supongo que sabe que no puede volver durante ocho años. Me dolió". Al mismo tiempo se autodenunció en Carabineros y empezó a tramitar su residencia con la ayuda de su contrato de trabajo. Ya estaba compitiendo por Chile cuando una bartender le ofreció ayuda. "Nunca voy a olvidar su nombre: Marcela Cándida. Ella fue al Congreso y le habló de mi caso a Pepe Auth. Él me ayudó a obtener la nacionalidad por gracia. Me la entregaron en febrero del 2018"..