Autor: PABLO GARCÍA, Docente e investigador de Universidad Adolfo Ibáñez
Columnas de Opinión: De refranes, política y crecimiento
Columnas de Opinión: De refranes, política y crecimiento DE PUÑOEs decir, nuestro nivel de PIB per cápita más que se duplicó en la primera década, pero la expansión se ha desacelerado en las décadas recientes.
Luego de que la entrada de China a la economía global tuviera un gigantesco impacto en el valor de nuestras riquezas naturales, nuestro debate público ha estado fuertemente centrado en redistribución, vía mayores pensiones, acceso a la salud, acceso a la educación, entre otros, conprincipios del milenio. Hay que aguzar la mirada para ver alguna medida macroeconómicamente relevante desde el año 2009.
Pareciera que al llegar a los US$ 20 mil per cápita escogimos como país pasar al modo “ahora hay que redistribuir”. Ese nivel coincide con el momento en que la productividad total de factores en Chile claramente se desvió de la norma de países comparables. Un segundo refrán que ha sido contraprodu-Y LETRA En el lenguaje común se usan refranes para expresar opiniones de forma “aguda y senten ciosa”, como dice la RAE. Esto los hace atracti vos en economía, disciplina abstracta y poco intuitiva, cuya aplicación práctica afecta el quehacer de todas las personas. Esta utilidad, sin embargo, es contraproducente cuando el refrán transmite mensajes erróneos. El crecimiento económico es un buen ejemplo de dos refranes que se han usado de forma poco acertada.
Frente al sinnú mero de demandas sociales que los países enfrentan, se ha dicho que “antes de redistribuir, hay que crecer”, lo que tiene un problema de fondo: supone que luego de un período de crecimiento económico, se puede PABLO GARCÍA pasar a otra instancia donde el foco sea la redistribución. Docente e investigador ¿ Pero cuál es el punto de transición? de la Universidad El ejemplo de nuestro país es ilustrativo.
Adolfo Ibáñez Luego de una década de crecimientoacelerado de la productividad al recuperar la democracia, que llevó a que la economía creciera 6% entre 1990 y 1999, desde principios de este siglo pasamos a crecer 4,2% entre 2000 y 2010, y 2,7% entre 2011 y 2023.
El incremento en el PIB per cápita ha sido notable, pasando de US$ 4,4 mil per cápita en 1990, a US$ 9,5 mil en 2000, US$ 18,1 mil en 2010 y US$ 33,3 mil en 2023 (de acuerdo con cifras del Banco Mundial). EL CAMINO AL DESARROLLO ES UN EMPRENDIMIENTO MULTIGENERACIONAL Y DE LARGO ALIENTO, Y CRECER Y REDISTRIBUIR DEBEN ENFRENTARSE DE MANERA SIMULTÁNEA Y VIRTUOSA POR PARTE DEL ESTADO. políticas de diversa efectividad. Pero es interesante preguntarse qué medidas realmente han sido procrecimiento desde principios de este siglo. Posiblemente las más relevantes han sido las agendas de mercado de capitales, las metas de inflación del Banco Central, la regla fiscal, los tratados de libre comercio, y la institucionalidad procompetencia.
Pero es notable que todo ese paquete de reformas fue diseñado en lo grueso acente es la idea de que Chile está “en el umbral del desarrollo”, cuando se ha usado el caso de, por ejemplo, Portugal (que llegó a un nivel de PIB per cápita como el actual en Chile en 2018). Este refrán tiene dos complicaciones. En primer lugar, la realidad de las personas en su quehacer diario no es comparable con lo que podrían experimentar en un país como Portugal. Entonces, el “llegar al desarrollo” queda como una expresión vacía decontenido, que cada cual puede llenar con sus propias aspiraciones y deseos, camino seguro a la frustración. La segunda complicación es que también supone que hay un nivel mágico donde las cosas cambiarán, si solo logramos esforzarnos un poquito más para alcanzarlo. Hacer del desarrollo económico el símil de una carrera es errado.
Si parar de correr antes de cruzar la meta es distinto que detenerse luego de cumplirla, con el crecimiento económico, luego de llegar a una meta sabemos que se viene inmediatamente otra carrera, más desafiante aún, y por lo tanto no se puede parar. El camino al desarrollo es un emprendimiento multigeneracional y de largo aliento, y crecer y redistribuir deben enfrentarse de manera simultánea y virtuosa por parte del Estado. Para ello, el relato político debe ser más transparente y concreto, algo que es por supuesto difícil en situaciones donde las demandas de corto plazo copan la agenda. Hoy se conversa intensamente sobre solucionar la “permisología” para destrabar inversiones. Pero es notable que más que los permisos y la burocracia ha sido la política la que descarriló proyectos icónicos como HidroAysén, Barrancones y Dominga. Esto, junto a la decisión reciente de la directora ejecutiva del SEA de pedir la renuncia del director regional frente a la suspensión del proyecto Paposo, demuestra lo veraz de un último aforismo. Muchas veces, en política, “si se quiere, se puede”..