Autor: AFP
Un refugio sana a los jaguares heridos por los incendios en Brasil
La veterinaria Pollyanna Motinha cura las heridas en las patas de Itapira, una joven jaguar afectada por los r Es una especie “casi amenazada”: La ONG Nex NoExtinction cuida actualmente a 25 felinos afectados por las llamas, pero no saben qué ocurrirá cuando vuelvan a sus hábitats. Un refugio sana a los jaguares heridos por los incendios en Brasil Es una especie “casi amenazada”:La veterinaria Pollyanna Motinha aplica vendas a Itapira, una jaguar con quemaduras en las cuatro patas. Pronto sanará, pero su hogar en el Pantanal, un santuario de la biodiversidad, sigue en llamas. Los incendios no han cesado en Brasil debido a la sequía histórica que los expertos vinculan con el cambio climático. El fuego deja una huella especialmente destructiva en la fauna de las regiones selváticas de la Amazonía y el Pantanal, el mayor humedal del mundo. El número de incendios en lo que va de septiembre (59.641 ) ya superó el total de todo el mes del año pasado (46.498 ), según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. “Hoy en día vemos a animales en lo alto de la cadena alimentaria, como los jaguares, que sufren con los incendios. No es algo que ocurría con frecuencia antiguamente”, dice Motinha. El mayor felino de las Américas, el jaguar (Panthera onca), está catalogado como especie “casi amenazada” de extinción. El del Pantanal pesa en promedio 100 kilos y habita en los márgenes del río Paraguay. Se estimadios”, apunta. Además de Itapira, pronto volverán a la naturaleza otros dos jaguares tratados en NEX, que se ha dedicado en los últimos 24 años a salvar a esos animales. Más de 70 felinos han pasado por sus cuidados y actualmente alojan a 25 ejemplares, entre jaguares y pumas. Entre ellos, Amanaci (diosa de la lluvia), que sufrió quemaduras en la ola de incendios de 2020. “El caso de Amanaci es triste, porque no pudo volver al Pantanal. Se quemó tan gravemente las patas que perdió los tendones que mueven las garras”, afirma Silvano Gianni, cofundador del refugio junto a su esposa. En cautiverio tuvo dos crías. Cuando esté listo, el menor, “Erê”, será enviado al lugar de origen de su madre. En Brasil, santuarios de animales como NEX son en gran parte privados, y luchan por financiamiento. Los recursos son insuficientes para atender el número de ejemplares heridos, explica Motinha. “El gobierno intenta ayudar a través de los órganos ambientales, pero son poquísimos agentes”, dice. “Si no fuera por las acciones de particulares, no sería un proceso efectivo”, afirma. PFAque hay menos de 2.000 ejemplares en esa región. Itapira, la jaguar rescatada, está recibiendo tratamiento gracias a Nex NoExtinction, una ONG que tiene un refugio a las afueras de Brasilia para los felinos heridos. Junto a su esposo y también veterinario Thiago Luczinski, Motinha y un par de estudiantes limpian las heridas y monitorean la salud del animal. Las quemaduras de segundogrado le impedían articular correctamente sus garras, esenciales para cazar en el Pantanal, donde se alimentan de capibaras y caimanes. Según Luczinski, “si no hubiese sido traída para acá, posiblemente ya no estaría viva o estaría en un estado bastante deplorable”. Pero le preocupa su futuro. “Es un gran problema. Ese animal está a salvo hoy, pero va a regresar a una región que todavía tiene incen-.