EDITORIAL: Paradoja en Buenos Aires
EDITORIAL: Paradoja en Buenos Aires M ás que 30 diputados, lo que está en juego en las elecciones para renovar la mitad de la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CABA, es el liderazgo de la derecha trasandina, con Javier Milei intentando que su partido, La Libertad Avanza (LLA), desplace al PRO de Mauricio Macri. La división del sector, sin embargo, puede permitir al peronismo un triunfo en la capital argentina que no obtiene desde 2007.
En cualquier caso, el resultado del domingo tendrá consecuencias directas en las negociaciones entre LLA y el PRO para elaborar las listas para los decisivos comicios parlamentarios nacionales de octubre, en los que Milei y sus aliados necesitan aumentar sus escaños para asegurar la gobernabilidad y aprobar importantes reformas pendientes.
Las tensiones entre el expresidente Macri y el actual mandatario, que hicieron naufragar la posibilidad de una lista única en Buenos Aires, se han agudizado en las últimas semanas, especialmente desde que falló la aprobación en el Senado de la ley de "ficha limpia", impulsada por la diputada Silvia Lospennato, cabeza de la lista del PRO. Se dice que desde el gobierno boicotearon la aprobación por dos razones. La primera, no darle un triunfo a la contrincante del partido del Presidente. La segunda es que la ley hubiera inhabilitado a Cristina Fernández, y Milei y los suyos prefieren ganarle en las urnas, evitando que se victimice y apostando a la polarización que genera. El oficialismo niega ambas hipótesis, pero lo cierto es que fue un lamentable desenlace para una iniciativa que pudo haber dado una señal fuerte en términos de cerrarle espacios a la corrupción.
El partido de gobierno ha tenido un buen desempeño en elecciones provinciales recientes, en las que junto con aliados locales consiguió resonantes éxitos, derrotando al peronismo y la izquierda, mientras el PRO no tuvo relevancia alguna.
Con todo, esto deja en principio bien posicionada a la derecha, más todavía cuando al frente aparece un peronismo muy debilitado, con divisiones profundas entre el kirchnerismo, los seguidores del gobernador porteño, Axel Kicillof, y los del exministro Sergio Massa. Sin embargo, los peronistas observan las discordias entre los aliados de Milei e intentan limar asperezas para sacar ventajas de la situación. Así, el candidato en CABA, Leandro Santoro, ha optado por mantenerse alejado de las discordias, apelando a un discurso que enfatiza las diferencias con Milei, con buenos réditos.
Para este domingo, de hecho, las proyecciones de las encuestas ponen a Santoro en la delantera, con entre el 24 y el 28 por ciento de las preferencias, seguido por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien tendría entre 23 y 27,6 por ciento de apoyo, mientras Lospennato obtendría entre 20 y 23 por ciento.
Ya esta división augura una derrota de las fuerzas de derecha, pero si se suma que también compiten las listas de otros candidatos de líneas ideológicas similares, como Horacio Rodríguez Larreta, o la de la Coalición Cívica y la de la UCeDe, el panorama se vuelve desfavorable para el gobierno y sus aliados. Las absurdas rivalidades entre Milei y Macri (cuyo partido ha respaldado todas las iniciativas económicas del gobierno) ponen en riesgo la recuperación de Argentina. Tal vez la derecha chilena, también cruzada por las disputas, haría bien en tomar nota del paradójico escenario porteño. Las divisiones de la derecha tienen al candidato peronista en el primer lugar. Paradoja en Buenos Aires.