Autor: FELIPE HARBOE
Chantaje de funcionarios
Señor Director: En 1981 los 13.000 controladores aéreos de los aeropuertos de Estados Unidos agrupados en la Professional Air Traffic Controllers Association, reclamaban al gobierno del Presidente Ronald Reagan por las largas jornadas laborales y amenazaron con interrumpir los servicios, poniendo en riesgo todo el sistema de vuelos comerciales de Estados Unidos. Reagan les advirtió que ello era ilegal y que generarían un impacto indeseado al normal funcionamiento del país y perjudicarían a miles de personas que necesitaban desplazarse dentro o fuera del país. Dos días más tarde 11000 asociados materializaron la paralización, generando un gran impacto en el transporte aéreo. Reagan dispuso que sus labores fueran asumidas de inmediato por la Fuerza Aérea norteamericana y decretó el despido inmediato de los 11000 controladores aéreos que paralizaron. No contento con ello, Reagan dispuso una ley que impidió que esas personas volvieran a ser contratadas por el servicio público norteamericano por toda su vida. Pasaron casi 30 años de prohibición de trabajo en el sector público.
A partir de ese episodio, nunca más un grupo de funcionarios públicos de servicios estratégicos (con prohibición expresa de paro 0 huelga) paralizó un servicio, ya que el impacto económico de su proscripción laboral generó graves daños a los despedidos. Durante los últimos años, Chile se está acostumbrando a soportar paros, ralentizaciones, brazos caídos y todo tipo de medidas que afectan el normal funcionamiento de servicios críticos.
Lo más deleznable es que son planificados en las épocas de mayor impacto para los usuarios (DGAC en época de alto tráfico aéreo o trabajadores portuarios en época de exportación de frutas). Quizás más que discutir sobre candidatos o coaliciones sería bueno pensar en ordenar la casa, frenar estos abusos y enfrentar de una vez la necesaria reforma laboral del sector público, poniendo al mérito y capacidades por delante, incentivos de buena gestión y sanciones ejemplarizadoras para quienes chantajean a toda una nación por sus causas particulares.