Presidenta de la Sociedad Protectora de la Infancia: “A los niños hay que enseñarles a crecer””
Presidenta de la Sociedad Protectora de la Infancia: “A los niños hay que enseñarles a crecer”” Alicia Amunátegui de Ross cumple este martes 90 años y ha estado 52 en el cargo Presidenta de la Sociedad Protectora e la Infancia: "A los niños hay que enseñarles a crecer"" Recuerda que en una de sus primeras visitas a la sede de la institución en Puente Alto una niña le preguntó "¿ te puedo decir mamá?". ArieL DIÉGUEZ licia Amunátegui de Ross, que Ass martes cumple 90 años, recuerda una de sus primeras visitas a la Sociedad Protectora de la Infancia de Puente Alto.
Era 1964, ya había tenido a sus siete hijos y su suegra trabajaba en ese lugar, así que su marido le sugirió que quizás podría interesarle. "Estaban saltando unas niñas y las monjitas las tenían preciosas, con unas cintitas aquí en el pelo. Me paseé por entre medio y entonces una me pregunta ¿ te puedo decir mamá? Sí, claro, encantada. La abracé y yo dije aquí hay que quedarse de todas maneras. Si te preguntaban si te podían decir mamá era porque necesitaban una mamá. Entonces había que estar con ellas todo el tiempo, todo el tiempo", recuerda. Ese año se integró al consejo directivo y en 1972 asumió la presidencia, hasta ahora.
Obedeciendo las orientaciones sociales de la Encíclica Rerum Novarum, del Papa León XIII, ocho mujeres de las familias más conocidas de Santiago fundaron en 1894 la Sociedad Protectora de la Infancia. "Se dieron cuenta de que había muchos niños por las calles comiendo de los tarros de basura. Muy mal. Entonces comenzaron a averiguar qué pasaba y dijeron bueno, organicémonos", detalla.
Una de las primeras intervenciones de esta nueva institución fue proteger a los hijos de las mujeres que enfermaban de tuberculosis. "Las llevaban a la precordillera y estaban allá ocho meses, para poderse sanar, y después volvían a su casa. Entonces en ocho meses quedaban los niños tirados y sueltos en todas partes", cuenta. Las mujeres de La Protectora, a veces viudas, tenían siete u ocho hijos y podían acoger un niño más. "Lo lavaban, lo bañaban, le daban de comer", resume. Uno de los primeros fue Agapito, que un día, a pesar de todos los cuidados en la casa donde lo acogieron, abrió la puerta para salir. La dueña de casa le preguntó si no estaba a gusto. "No, es que tengo muchos amigos", dijo Agapito y al poco rato apareció con todos ellos.
Las señoras de la Sociedad terminarían acogiendo a cinco o dad terminarían acogiendo a cinco o dad terminarían acogiendo a cinco o "La Protectora de la Infancia es la que da vida", dice su presidenta, Alicia Amunátegui. Amunátegui. seis niños cada una. Después vinieron más y tuvieron que conseguirse terrenos y casas especiales. Incluso pidieron ayuda a las congregaciones religiosas. En los años 30 se instalaron en Puente Alto y construyeron jardines infantiles, colegios de enseñanza básica y colegios técnicos. La Protectora no sólo se iba a preocupar de lavarlos y de darles de comer, sino que también de su formación. Los casos son siempre dramáticos. "Me acuerdo que hace años las mujeres venían del Hospital Sótero del Río MARIOLA GUERRERO caminando con las guaguitas. Porque veían el letrero Protectora de la Infancia, ahí en Puente Alto. Y entonces me decían señorita, tuve mi guaguita, no la puedo tener. No la quise abortar. Aquí la quiero dejar. Entonces uno les decía bueno, la dejas aquí un ratito, pero ven a darle la papa. ¿De dónde vamos a sacar leche? En fin, aquí tienes una pieza, ven cuando quieras y qué sé yo. Iban diez días, la alimentaban y después decían señora, sabe que no, no puedo. Se la entrego a usted", recuerda. Hoy La Protectora atiende a 10.000 2) "La droga los está llamando. No están yendo a los colegios, hay mucha violencia. Llegan con cuchillos, no sé por qué están tan agresivos" Alicia Amunátegui niños y niñas en ocho regiones del país. Con motivo de sus 130 años, el objetivo de una colecta es recaudar $130.000.000.
Aún falta para cumplir la meta, por lo que se ha extendido el plazo para donar en el sitio en internet 10milrazones. cl. "A los niños hay que enseñarles a crecer", afirma. ¿Cuál es la máxima satisfacción trabajando con niños? "He tenido almuerzos con ex alumnos, en una mesa que tengo allá en Puente Alto, en la que caben 60 personas. Ahí estuve con ellos, 50 años de ex alumnos, pero maravillados con lo que habían aprendido. Los hice hablar a todos.
Me dijeron sí, señora, yo llegué aquí porque, claro, abusaban de mí los padres o los abuelos, en fin, y no teníamos qué comer, así que lloré, lloré a mares, pero acá me hicieron la vida y aquí estoy. Son directores de colegios, son parvularias. Realmente es maravilloso oírlo". ¿Cómo ha cambiado el niño chileno? "Hoy día la violencia es muy complicada. Cuando entraba el niño al colegio, yo le cobraba siete mil pesos al papá. Era para que le dijera al hijo oye, estoy pagando, levántate y anda al colegio. Ahora eso me lo quitó el Estado. Y entonces, les dicen si quieres te levantas y si quieres no. El niño está circulando por las calles porque es más divertido, más entretenido que estar ahí estudiando. Entonces hay que fomentarles mucho esa educación. La droga los está llamando. No están yendo a los colegios, hay mucha violencia. Llegan con cuchillos, no sé por qué están tan agresivos.
Los padres, encuentro yo, han perdido un poco la autoridad de sus hijos". Después de tantos años a la cabeza, ¿no hay momentos en que diga no voy a seguir? "Ah, no, no, no, ni por nada. Hoy día que cumplo 90 años me dicen pero qué bien estás. Pero es La Protectora de la Infancia la que da vida"..