Maltrato a la universidad
Maltrato a la universidad MIRADA CONSTITUCIONAL Maltrato a la universidad En el frontis de la Casa Central de la Universidad de Chile, el viernes ocho de junio, apareció de pronto un lienzo con un gran dibujo en el que se representaba a la rectora Rosa Deves recibiendo un beso de Benjamín Netanyahu. El sentido de la imagen era bastante obvio: la rectora poseería una amistosa complicidad con el régimen de Israel y su actitud ante la guerra contra Hamas. A este incidente se suma el requerimiento para que se expulsara a algunos profesores judíos de otra universidad estatal.
Y los frecuentes llamados a romper los vínculos de cooperación con las universidades israeJíes, Todo esto, por supuesto, sejustifica por los estudiantes que han formulado esas demandas e imaginado ese dibujo, como un apoyo al pueblo palestino que ha sido víctima de la irrupción del ejército israelí y -no hay que olvidarlo de Hamas que se camufla y se oculta en él.
Pero así y todo no cabe duda de que ninguna de esas conductas estudiantiles se justifica o merece la aprobación de nadie, ni menos el silencio que a veces algunos mantienen por cautela o por miedo.
Porque ocurre que todas esas conductas seasientan en una convicción errónea que vienede muy atrás y que, sise expande, puede acabar dañando a la universidad y a la convivencia intelectual en ella (y por extensiónala sociedad en su conjunto) ¿ En qué consiste esa convicción? Ella consiste en creer que la justicia de una causa o la convicción acerca de su justicia, legitima cualquier conducta incluso aquella que-sin contribuir en nada a la causa que se esgrime socava, sin embargo, las bases dela institución a la que se pertenece.
Porqueesees el problema que en. casos como este se verifica: que en nombre de una causa (hoy el drama de Palestina que -aunque a veces se olvide estambién el de Israel-mañana será la injusticia social o cualquiera otra)seacaba deteriorando a la única institución que por su propia índole puede proveer un ámbito para la comprensión de esos ra la comprensión de esos ra la comprensión de esos problemas y su análisis moral oético. No debe olvidarseque, detodas las instituciones de la sociedad moderna, la universidad es la única que hace del diálogo racionalsu deber más propio, aquello que la hace peculiar e indispensable en la vida social.
Pero si de pronto sela instituye en simple escenario de protesta, en un lugar dondese manifiestan ante todoconvicciones, y alasombra de ellas se pretende que tal o cuales personas porsu origen no pueden ser profesor o profesora, o secaricaturiza auna rectora o se la ridiculiza por no adherir sin más a lo que los estudiantes pretenden, o se comienza a timbrar a los profesores para identificarlos ensuingreso a la universidad en un gesto cuyo sentido inconsciente es obvio -todo lo cual ha estado ocurriendo a pretexto de la libertad de expresión lo que se sacrifica y se deteriora y se le destruye es ala institución universitaria en su conjunto y al mismo tiempo se desprovee a la racionalidad del único lugar donde ella específicamente se ejercita.
Por supuesto no es fácil hacer frente a esas cosas y a esas conductas, especialmente en estos tiempos cuando (gracias, tampoco hay que olvidarlo, a la enseñanza divulgada por algunos profesores) se ha llegado a descreer de la propia racionalidad y seve entonces la universidad, a su discurso eincluso al currículum ysus lecturas, como un ámbito de mero poder y de intereses; pero así y todo lo que, ala luz de la experiencia ya se sabe, es que lo peor, a pretexto dela prudencia, es guardar silencio frente a este tipo deactos confiando en que el tedio y el tiempo los apagará, porque de esa forma se transmite a las nuevas generaciones la peor delas lecciones: quese puede pretender seruniversitario y a la vez maltratar a la institución de la que se forma parte, haciendo justo aquello para contener lo cual ella fue Creada y existe. y existe..