Fusilamiento de Santiago Pizarro
6 6 na noche -era el 24 desetiembrede1878-ántes deaclarar, sintióse el ruido de una descarga de fusilería, Irene saltó como pantera herjdai, presumiendo una desgracia, corre por las calles de Antofagasta, harto regadas por sus lágrimas, hácia el lugar en que se había sentido el ruido dela pólvora; llega jadeante a las afueras del pueblo i sobre la línea del ferrocarril del interior vé un pelotón desoldadas en fila para volver ala ciudad, alumbrados por un farol.
Irene lanzó nó un grito de dolor, sino un rujido de leona herida en lomas caro ¡ sensible de su alima enamorada, i corrió adelante hasta encontrar solo, abandonado en el campoicaliente aún el cuerpo de su amado Santiago.
La infeliz Irene cargó el cuerpo de Santiago y atravesó las desiertas calles de Antofagasta deshecha en un mar de llanto, capaz de conmovera las piedras, 1 depositó la pesada carga en su pieza, mientras que golpeabalas puertas amigas para que la auxiliasen. Sobre el cadáver de Santiago, Irene hizo el juramento de vengarse de sus matadores, i para recordar en todo tiempo esto, hizo sacar una fotografia del finado, la cual guardó siempre en supecho. Irene hizo un entierro soberbioa Santiago, ino contenta con esta última prueba de cariño vino a Valparaiso a buscar una elegante plancha de mármol para colocar en su sepultura. Esta plancha ha sido una de las primeras de este material puesta en el Cementerio de Antofagasta.
Los chilenos culparon de asesino al prefecto Zapata ide aquí vino el ódio que se le tomó, avivado por Irene, que no cesaba de pregonar la barbaridad de aquel hecho (... ) Los días de venganza para Irene llegaron más pronto de lo que creia. El 14 de Febrero de 1879 desembarcaron tropas chilenas en Antofagasta i tomaron la ciudad. Irene recibió a sus compatriotas con los brazos abiertos, como si los chilenos hubiesen llegado del cielo. Loca de alegría, sus manos nervudas e irresistibles por su furía, arrancaron violentamente el escudo boliviano puesto al frente del edificio del prefecto, ¡en el suelo lo hizo pedazos consus piés.
Desde eseinstante, Irene fue un ídolo popular ¡ el encanto de los soldados, en cuya intimidad iba a vivir en adelante”. (Extracto de Esbozos Militares, 1896) Con este cruel acontecimiento, más las tragedias personales vividas por Irene, en Antofagasta se forja el temple y temperamento de otra Irene, la quesólo meses más tarde sería reconocida como la Sargento Morales, Cantinera del Ejército de Chile. Una historia de dolor y venganza, de amor y caridad. Antofagasta fue testigo de que traspasa la realidad y el iempo. Sin Irene, nadie hubiese conocido a Santiago Pizarro. Y sin Santiago, Irene no sería reconocida como el mayor referente femenino durante la Guerra del Pacífico.
Hoy, seguimos trabajando para lograr la declaratoria como Monumento Histórico de esta tumba, en cuya lápida versa: “AQUÍ YACEN LOS RESTOS PIZARRO, MUERTO EL 24 DE SEPTIEMBRE, ALAS5 DELA MAÑANA, ALA EDADDE25 AÑOS”. Ana Olivares Cepeda, Guía de Turismo Patrimonial