Colegio, violencia y salud mental
Señora Directora: La reciente balacera en el Colegio Nuevos Horizontes de San Pedro de la Paz en la región del Biobío, que obligó a suspender clases y dejó a niños y niñas aterrados en sus salas, nos enfrenta brutalmente con una realidad que no queremos ver: la violencia ya no es algo externo al sistema educativo. Está dentro. Está en los pasillos, en los patios, en las miradas de desconfianza, en el miedo que se vuelve rutina. Frente a estos hechos, la reacción suele ser inmediata y comprensible: reforzar la seguridad, ofrecer contención psicológica, activar protocolos.
Pero en ese apuro por contener, a menudo olvidamos lo esencial: ¿ alguien les preguntó a los estudiantes cómo están? ¿ Qué piensan? ¿ Qué soluciones proponen? ¿ O una vez más decidimos por ellos? No basta con hacer cosas por los estudiantes; hay que hacerlas con ellos. Escuchar sus voces, validarlas, permitirles ser parte de las decisiones que afectan directamente su bienestar emocional. Si no lo hacemos, las políticas seguirán siendo parches bien intencionados pero poco efecti VOS. Si una política de salud mental escolar no parte por preguntarles a los estudiantes cómo se sienten y qué necesitan, entonces no es una política de salud mental. Es una ilusión de intervención. Hoy, más que nunca, necesitamos menos discursos y más escucha. Diálogo, reflexión conjunta, necesitamos fomentar la confianza en lugar del control. Mariana Labbé/ Grupo Cetep.