El legado de Biden: entre la recuperación de la pandemia, la restauración de alianzas y el retorno de Trump
El legado de Biden: entre la recuperación de la pandemia, la restauración de alianzas y el retorno de Trump A PESAR de sus logros, Biden se vio afectado por temas como la inflación y la incapacidad de evitar un retorno de Trump.
FRANCE PRESSE C uando Joe Biden comenzó en 2019 su campaña presidencial, dijo que luchaba "una batalla por el alma de la nación", y que si Donald Trump continuaba por otros cuatros años en la Casa Blanca "cambiará por siempre y fundamentalmente el carácter" de EE.UU., y no podían "dejar que eso pasara". Esa fue su primera definición en el poder: Biden --un exsenador y exvicepresidente con más de 40 años de experiencia en Washington-no era un outsider como Trump, y su gobierno representaría un retorno a la "normalidad" en un país que hacia 2020 estaba muy polarizado y convulsionado por eventos como la pandemia y el asalto al Capitolio. A su elevada edad, muchos lo proyectaron como un "Presidente de transición" y asumieron que sería de un solo período, y él mismo confesó que se veía como un "puente" hacia las nuevas generaciones demócratas. Cuatro años después, el propio legado de Biden se debate bajo estas contradicciones.
La "normalidad" de su Presidencia no logró reducir la polarización del país, y en vez de ser un "puente" hacia nuevos liderazgos, su gobierno terminó convirtiéndose en un paréntesis entre dos mandatos de un Trump que vuelve más poderoso. "Biden se postuló a la Presidencia en 2020 como un antídoto contra Trump y la amenaza existencial que este representaba para la democracia estadounidense.
Cuando asumió el cargo, declaró que la preservación de la democracia sería su `causa central'", destaca el historiador Mark Updegrove, presidente de la LBJ Foundation y autor de cuatro lib r o s s o b r e m a n d a t a r i o s d e EE.UU. Y a pesar de avances como promulgar "la agenda legislativa más ambiciosa desde Lyndon B. Johnson", el no haber podido contener el retorno de Trump "significa que su administración será vista como un intervalo tranquilo y productivo antes de que siguiera el embate de la tormenta Trump", opina.
Una economía robusta, pero con precios altos Entre los puntos altos para Biden, resaltan los expertos, está su respuesta a la pandemia, tanto en su aspecto sanitario, como en los paquetes de estímulo que impulsó para evitar una recesión.
Sobre todo en los primeros dos años de gobierno, cuando contó con mayorías en el Congreso, Biden sacó adelante millonarios programas como el American Rescue Plan (US$ 1.900 billones), con transferencias directas de ayudas; el Infrastructure and Investment Jobs Act (US$ 1.200 billones), un plan para construir puentes y caminos definido como "único en una generación"; el CHIPS and Science Act (US$ 280.000 millones), para reducir la dependencia extranjera en la fabricación de semiconductores, y la Inflation Reduction Act (US$ 2.200 billones), la mayor inversión histórica en energías limpias y medidas para enfrentar el cambio climático.
La economía de EE.UU. no solo evitó la recesión, sino que en el mandato de Biden el PIB creció a una tasa promedio de 2,2% anual, agregó unos 17 millones de puestos de trabajo y el desempleo llegó a estar en un mínimo histórico de 3,9%. Sin embargo, el alto gasto --junto a otros factores externos-tuvo como contracara una inflación persistente que en 2022 llegó al 9,1% anual (su máximo nivel en 30 años) y que se acerca casi al 20% en los últimos cuatro años.
La deuda fiscal, por otro lado, subió en US$ 7 billones hasta los US$ 36 billones. "Al igual que muchos jefes de gobierno, Biden no logró gestionar las expectativas públicas sobre la inflación posterior a la pandemia.
En otras palabras, falló en el aspecto político", comenta Doyle McManus, columnista de Los Angeles Times y académico de la Universidad de Georgetown. "También fracasó en dominar la crisis migratoria (en 2022 se registró un récord de 2,2 millones de migrantes que intentaron cruzar ilegalmente la frontera sur), con políticas que oscilaron constantemente y no mostraron resultados útiles hasta 2024", muy tarde para cambiar la percepción pública al respecto, señala. McManus valora su "impresionante récord legislativo", aunque no es claro que defina su legado: "Es demasiado pronto para evaluar. Si una parte sustancial de la política doméstica de Biden sobrevive los próximos cuatro años, será recordado como un Presidente importante y con impacto.
Si sus políticas son revertidas, no lo será". De la retirada de Afganistán a Ucrania En política exterior, el gobierno de Biden comenzó con un paso en falso con la caótica retirada de Afganistán, que dio paso a la rápida toma del poder de los talibanes. Aunque se considera un grave error, por primera vez en dos décadas hoy no hay fuerzas de EE.UU. desplegadas en ninguna guerra en el mundo. Por otro lado, Biden se dedicó a recomponer las alianzas de EE.UU. que fueron dañadas por el aislacionismo de Trump, especialmente la OTAN.
Si bien bajo su mandato Rusia invadió Ucrania en 2022, se cree que Kiev jamás pudo haber resistido la ofensiva de Moscú sin la ayuda de Washington, que ha proveído asistencia militar por más de US$ 61.000 millones y organizó a sus socios para contener la ambición expansionista de Vladimir Putin, evitando un choque directo.
La misma lógica de aliados privilegió frente a China y sus amenazas sobre Taiwán, con la creación de una asociación entre EE.UU., Australia y Reino Unido (AUKUS) para operar en el Indopacífico y con el fortalecimiento de sus lazos con Japón, Corea del Sur e India.
Más compleja es la crisis en Medio Oriente, en la que Biden ratificó su cooperación con Israel, aunque con críticas por la situación humanitaria de los palestinos. "Biden mantuvo una presencia activa y constante en todo el mundo y probablemente logró evitar que los conflictos se agravaran.
Pero su último año de Presidencia estuvo marcado por la sombra del regreso de Trump, lo que quizás lo hizo menos efectivo, ya que nuestros aliados se mostraron reacios a cerrar acuerdos a largo plazo, creyendo que serían revertidos por Trump", comenta Wendy Schiller, directora del Taubman Center for American Politics de la Universidad de Brown, quien sospecha que, junto con su manejo para "revitalizar" la economía después de la pandemia, en el largo plazo su gobierno será recordado por "haber detenido la expansión rusa en Ucrania y por apoyar a Israel tras los ataques del 7 de octubre". Un Presidente "bueno", aunque no "grande" El debate está ya abierto entre los historiadores, que usualmente valoran mejor el rol de los presidentes con el paso del tiempo. "Creo que el legado del Presidente Biden será positivo (... ) No será recordado como un gran Presidente, probablemente no estará en la categoría de `casi grandes', pero ciertamente estará entre los primeros en la categoría de `buenos'", considera el historiador Michael A.
Genovese, autor de "The Modern Presidency", quien destaca que en el caso de Biden su reputación se verá afectada "por su decisión de haber buscado un segundo" mandato y retirarse como lo hizo. "Será visto como alguien que sirvió al país al sacar a Trump de la Presidencia, pero que fracasó en mantenerlo fuera", añade.
McManus coincide en que al evitar el camino alternativo de ser un "Presidente transicional", es "imposible evaluar la Presidencia de Biden de un solo mandato como algo distinto a un fracaso". "Como resultado, el legado de Biden ahora está en manos de Trump", afirma.
La compleja evaluación de sus cuatro años en la Casa Blanca El legado de Biden: entre la recuperación de la pandemia, la restauración de alianzas y el retorno de Trump JEAN PALOU EGOAGUIRRE Su buen desempeño económico fue opacado por la alta inflación, mientras que su promesa de ganar "el alma de la nación" quedó en entredicho. JUICIO DE LA HISTORIA Según un sondeo de Gallup, el 54% cree que a Biden la historia lo evaluará de manera "pobre" o "bajo el promedio"..