Del funeral al fortalecimiento del modelo
E Gabriel Boric llegó al poder prometiendo que Chile sería la tumba del neoliberalismo, pero hoy muchos sostienen que su gobierno ha terminado por consolidar ese La principal decepción proviene del fracaso del proceso constituyente, que tras dos intentos no logró reemplazar la Constitución de Pinochet, símbolo institucional del modelo neoliberal. A eso se suma una moderación significativa de su agenda reformista: la reforma tributaria fue desechada, la previsional propone mantener actores privados, y no se ha impulsado una transformación estructural del sistema de salud. Elénfasisen laresponsabilidad fiscal, encarnado porel ministro Mario Marcel, ha priorizado la estabilidad macroeconómica por sobre los cambios estructurales, ganando el elogiode organismos internacionales, pero ale Jándose del espíritu del estallido social.
Además, el giro hacia discursos y políticas más conservadoras en seguridad y migración ha profundizado esa sensación de continuidad, Lo que para algunos es realismo político, para otros es una renuncia a las promesas de cambio. En vez de enterrar el neoliberalismo, el gobierno de Boric lo ha legitimado desde un lenguaje progresista, desmovilizando la energía social que alguna vez prometió canalizar. Rodrigo Durán Guenán