COLUMNAS DE OPINIÓN: Ciencia y Religión
COLUMNAS DE OPINIÓN: Ciencia y Religión Jerson Mariano Arias, Ciudadano Ilustre San Felipe 2008. Ciudadano Destacado Temuco 2024. Premio Nacional Dramaturgia 1971. Mejor Obra Inédita 1970 ¿ Quién es un escritor? Se escribe una carta de amor. Cuando se toman apuntes en clases, se escribe. Se escriben sermones religiosos, arengas, proclamas políticas, asuntos notariales. ¿Quién es un escritor? Dar respuesta es complicado, como dice continuamente un amigo complicado.
Hace varios años, Antonio Salinas, escritor español de mucho prestigio, que compartió en el grupo de Neruda, García Lorca, Alberti y otros, entregó un ensayo titulado `La responsabilidad social del escritor'. Según Salinas, el hombre que maneja la escritura para comunicarse en el género de la Literatura, debe ser un sujeto atento a lo contingente, tanto en lo interno como en lo externo del ser humano. Debe cumplir con la responsabilidad de prestar un servicio a la comunidad en el sentido de atender a los fenómenos individuales y sociales, en cuanto un trabajador de las letras en un grupo social. En otro capítulo menciona la obligación del escritor de separarse de los escribientes, acercándose cuanto pueda al arte de la Literatura, que exige creatividad, originalidad, estilo o búsqueda de él. También, exige un estudio permanente del idioma y principalmentea los altibajos anímicos de los lectores. Exige también discreción, cautela.
Se cuenta que fue encontrado un joven suicida echado sobre las páginas abiertas de un libro de poemas en el que se leía: «a veces me canso de ser hombre». Comentado el hecho con un siquiatra amigo, dijo que los seres humanos suelen tomar decisiones excusándose hasta en un verso, cuya interpretación puede ser antojadiza. La lección, es que el escritor debe escribir con exactitud impidiendo otra interpretación que la correcta. Agrega Salinas, que el escritor debe aportar `otra realidad', una que ilumine a sus contemporáneos. Al procesar lo anterior, debe entregar obras que ofrezcan propuestas novedosas, inteligentes y estéticamente aceptables.
Estas observaciones de Salinas, alejan al escritor de aquella imagen muy compartida que se corresponde con un ser distraído, que escribe mirando a la luna; exige, en cambio, racionalidad, cálculo y disciplina. ¡Pucha que es complicado ser escritor! LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTE ESPACIO SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE QUIENES LAS EMITEN, Y NO REPRESENTAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE DIARIO "EL TRABAJO" Ciencia y Religión Helmut Kauffmann Chivano Dr. en TeologíaMagíster en Liderazgo Pedagógico. 5º 26º 5º 29º 6º 27º 5º 28º 6º 29º EL TIEMPO Fuente: Dirección Meteorológica de Chile Siempre se ha indagado razonando que las religiones son un método de control de la población desde siempre, especialmente comprobable desde la aparición de la escritura en Mesopotamia y Egipto, después en innumerables lugares. La Iglesia, es una religión estatal desde el siglo IV en el Imperio Romano y sus obispos funcionaban con un poder terrenal enorme desde el s. V. El caso, es que durante el s.
XIX se dieron por supuestas que muchas cosas en el nuevo testamento serían invenciones, algunas mal intencionadas del siglo IV, y hoy podemos afirmar: los evangelios fueron escritos cuando la iglesia era perseguida y trataron de ser (hasta donde podemos probar científicamente) fieles a los hechos que narran la fidelidad de los evangelios a los hechos tras estos 2.000 años, es en sí un milagro. De esta manera, parecería que los partidarios de la ciencia serían todos ateos anti-religión y los religiosos serían anticiencia.
Esta narrativa, lógicamente carece de todo tipo de sentido, y más en nuestros días donde ya ha quedado sobradamente acreditado que la ciencia y la fe no solo; no es que no sean incompatibles, es que van de la mano en la búsqueda de la verdad. La ciencia se ocupa de un campo concreto de la realidad al que la fe no llega ni pretende llegar, y lo mismo ocurre a la inversa.
No obstante, son muchos los que justifican esta supuesta antítesis entre la ciencia y la fe en una afirmación un tanto arriesgada, que vendría a decir que la mayoría de los científicos son ateos o no creyentes y que, por tanto, no hay amistad posible entre ciencia y religión.
Esta afirmación, viene a tener dos problemas esenciales, a saber, el primer problema es que, aunque fuera cierto que el 100% de los científicos son ateos, eso no vendría a demostrar nada, simplemente nos vendría a decir que esos científicos no creen en Dios, sin más.
Esto es lo que se conoce como `falacia de autoridad', por la cual se nos quiere hacer creer que una afirmación es verdadera por el simple hecho que una autoridad (o varias) en la materia lo afirmen. Y, en segundo lugar, porque no es cierto que la mayoría de los científicos sean no creyentes, sino que es más bien al contrario, y eso es lo que estamos dilucidando.
Cuando uno muestra que muchos, sino la inmensa mayoría, de los grandes científicos a lo largo de la historia han sido creyentes y muchos de ellos cristianos, como es el caso de Gregory Mendel, Louis Pasteur, Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Sir Isaac Newton, Alessandro Volta, etc., la Iglesia tenía mucho poder en siglos pasados, y que a través de la aún más malvada Inquisición se castigaba a todo aquel que no fuera creyente, lo lógico es que todos se hicieran pasar por cristianos aunque realmente no lo fueran, por el mero hecho de salvar la vida.
Aún, siendo generosos y dando por buena esta hipótesis, vemos que, en todo el siglo pasado, que podríamos considerar el más ateo con diferencia, es también el siglo donde se ha mostrado que los más grandes científicos son creyentes, y la gran mayoría de ellos cristianos.
Gracias a un exhaustivo estudio del genetista israelí, Baruch Aba Salev, llamado `100 años del Premio Nobel', publicado en el año 2003, donde analiza (entre otras muchas cuestiones) las creencias o no creencias religiosas de cada uno de los ganadores del Premio Nobel en sus distintas categorías durante todo el siglo XX, podemos comprobar que el 89,61% de los galardonados son creyentes, mientras que el restante 10,39% serían no creyentes, donde se incluyen tanto ateos como agnósticos y librepensadores. Como podemos observar, hay seis categorías distintas del Premio Nobel, a saber: Química, Medicina, Física, Paz, Literatura y Economía.
Curiosamente, es en categorías como la de Química, Medicina o Física, las llamadas `ciencias naturales', donde el porcentaje de creyentes es superior al 91%, mientras que en una categoría como la de Literatura, una `ciencia social', es donde hay un menor porcentaje de creyencurioso, y es que mientras un 20% de la población se puede considerar musulmana, estos tan solo han conseguido ganar un 0,8% de todos los Premios Nobel en el siglo XX, mientras que los judíos ganaron un 21,1% de todos estos premios siendo un 0,2% de la población mundial. Los cristianos, vendrían a representar en torno al 30% de la población mundial, traduciéndose en un 65,4% de todos los premios en el siglo XX. En definitiva, hemos comprobado cómo no es verdad que la mayoría de los grandes científicos sean no creyentes, sino más bien lo contrario, y que la mayoría de estos se consideran cristianos.
Hay que ir diciendo cada vez con más fuerza lo evidente, y es que no existe ningún tipo de incompatibilidad entre ciencia y religión, y qué forma más visual de decirlo que explicando las creencias de los mejores científicos del siglo XX. Al final, todo se resume en lo que decía el científico Louis Pasteur: «un poco de ciencia nos aleja de Dios, pero mucha ciencia nos devuelve a él». tes. Siendo tanto las ciencias naturales como las ciencias sociales unas ciencias de carácter empírico, son las primeras las que se suelen asociar más frecuentemente con la imagen del científico en un laboratorio experimentando.
Por otro lado, si nos fijamos en cómo se dividen las creencias (o no creencias) de los Premios Nobel en tres grandes categorías, vemos que la configuración sería la siguiente: Los cristianos vendrían a copar 2/3 de todos los Premios Nobel del siglo XX, mientras que los judíos habrían ganado el 21,1% de los premios y un 10,5% del total de premios habría ido a parar a personas no creyentes. Dentro de la categoría de `Otros', nos encontramos con cinco premiados de creencias islámicas, siete budistas, tres hindúes y un neopagano, entre otros. Aquí, el autor señala un dato.