Autor: JUAN RODRÍGUEZ MEDINA
ROGER CHARTIER: LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS HAN AUMENTADO UNA FORMA DE FRAGMENTACIÓN
ROGER CHARTIER: LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS HAN AUMENTADO UNA FORMA DE FRAGMENTACIÓN Es parte de la cuarta generación de historiadores congregados en torno a la revista francesa Annales, que le dio nombre a la tradición historiográfica que, desde la primera mitad del siglo XX, en vez de escribir sobre políticos, generales y guerras, lo hace sobre procesos, estructuras y la vida social y cultural.
Roger Chartier (Lyon, 1945) ha estudiado la escritura y la lectura, la edición, la traducción, la distribución, o sea, todas las prácticas en torno al libro; la cultura escrita, especialmente en los siglos XVI, XVII y XVIII, que es tanto como estudiar el nacimiento y desarrollo de la sociedad moderna.
Es autor, entre otros títulos, de “El mundo como representación”, “Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna”, “El orden de los libros”, “Historia de la lectura en el mundo occidental”, “Las revoluciones de la cultura escrita” y “La mano del autor y el espíritu del impresor”. Profesor del Colegio de Francia, de la Universidad de Pensilvania y director de estudios en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, a Chartier no puede sino interesarle, intrigarle, asombrarle y preocuparle el impacto de la revolución digital, de las nuevas formas de leer, de escribir, de informarse, de establecer la verdad; o dicho en palabras simples, qué ocurre con lo humano y, entonces, con el humanismo y las humanidades en este nuevo mundo.
“Humanidades, humanismo, humanidad”, así se llama, precisamente, la conferencia que dictará este jueves 21 de noviembre en la Universidad Diego Portales, como parte del seminario “La situación de las humanidades”, organizado por el Centro para las Humanidades UDP (ver ficha). Chartier intentará vincular las nociones que le dan título a su conferencia: “Las humanidades como disciplinas, el humanismo como una manera de relacionarse con el mundo, con el pasado, con los otros, que nos conduce a una reflexión sobre la humanidad en su totalidad, en un mundo cada día más globalizado y al mismo tiempo cada vez más fragmentado”, explica desde París, a través de una videollamada que deja ver, detrás de él, un librero y sus libros. “Usted sabe que soy historiador”, agrega.
“De manera que me voy a acercar a este problema a partir de una reflexión histórica, lo que no impide hablar sobre los asuntos del presente”. Sobre los desafíos para la humanidad, “por ejemplo, no exclusivamente, sino por ejemplo, la inteligencia artificial, que deshumaniza los procesos de pensamiento o de conocimiento”. Crisis de la verdadInvestigando para su charla, Chartier notó que hace tiempo se dice que las humanidades están en crisis: “Me ha llamado la atención que ya en 1964 había un libro editado por un colega inglés, J.
H. Plumb, cuyo título era Crisis in the Humanities”. materia de enseñanza y no solamente una herramienta de la enseñanza”. g s e n n p L i l r e e e s a a “ r l s c d i n m M e b t d e s e p r a e i á o l c t a nnología digital debe ser s recientemente, claro, una rte de la discusión sobre la cri as humanidades se vincula con de Martha Nussbaum Sin fi lucro: Por qué la democracia a a las humanidades.
Hay la encia de un diagnóstico de cri sis de las humanidades”. La irrupción de una nueva cultura, la cultura digital, o la revolución digital, ¿no debería ser una gran oportunidad para las humanidades?, ¿una fuente de entusiasmo antes que una causa de temor?“Pero tal vez esta oportunidad o promesa se ha vuelto en muchas situaciones un peligro y espanto.
Por un lado, usted tiene razón, existía la posibilidad de una comunicación universal, potencialmente universal, que daba realidad técnica a una idea de la Ilustración, una idea de Kant, la idea de que un espacio público está constituido por personas privadas que intercambian opiniones, críticas, proyectos. Evidentemente, hasta el mundo digital, la circulación impresa limitaba esta dimensión potencial o necesariamente universal de la comunicación. Había una propuesta, que entusiasmó a los primeros que entraron en este mundo, porque la dimensión del intercambio de ideas, proyectos, sentimientos, la universalidad de los intercambios, era posible. Y con los progresos de la alfabetización digital, tal vez, se estaba en el camino de una realización”. ¿Pero no fue así?“La realidad es que las nuevas tecnologías han aumentado una forma de fragmentación.
Con las redes sociales, con WhatsApp, con los grupos de discusión, participas en una red, que no es la Red con una R mayúscu-OLLAVRACNÁITSIRCENTREVISTA Visita Chile“Las nuevas tecnologías han aumentado una forma de fragmentación”Referente de la Escuela de los Annales, el historiador francés afirma que la cultura digital es un hito mayor que la invención del códex y de la imprenta, y advierte que pone en riesgo el estatuto del conocimiento. Sin embargo, cree que es posible, con educación, recuperar el sueño de una comunicación universal. El jueves, en Santiago, dictará la charla “Humanidades, humanismo, humanidad”. la, sino una comunidad de gente que define un pequeño mundo social, un microcosmos. Es un elemento particularmente peligroso, porque con esto se ha desplazado el criterio de la veracidad, de la verdad. Es considerado como verdadero lo que está producido, recibido, transmitido dentro de esa red particular de lectores y escritores. Esa es la razón por la cual hemos visto una proliferación de la creencia en teorías absurdas, la diseminación de los sentimientos más horrorosos, del odio, la xenofobia, de formas de racismo. Y hemos visto, también, las manipulaciones de los sentimientos a partir de la circulación de falsificaciones, de falsas reconstrucciones del pasado a partir de las famosas fake news. Tienen este impacto, porque el criterio de su verdad está inscrito en el intercambio entre los que comparten una misma red, lo que evita o ignora toda forma de relación crítica con los enunciados.
Hemos pasado de la crítica a la red, de la verdad establecida por un proceder crítico a una verdad intrínseca al intercambio de los que comparten una misma red”. PFAComo decía Walter Benjamin, conflictos, hacen de ellas”. los poderes, las luchas, los que la gente, las sociedades, sentido en sí mismas, son lo las tecnologías no tienen un Hay una frontera mucho discursos de odio”. falsas noticias o de proliferación infinita de controlada, y la verdadero, entre los más permeable entre lo criterios de la información¿ No hay lugar, entonces, para un optimismo ilustrado?“No quiero decir que la visión ilustrada del uso de la comunicación digital desaparece, pero, como vemos, en muchas situaciones las redes funcionan al revés.
Y las manipulaciones, las movilizaciones de los afectos por parte de los que producen las falsificaciones históricas, todo eso ha creado una forma de peligro para la deliberación democrática, que era el tema del libro de Martha Nussbaum, sin que necesariamente discutiera el asunto de la red. ¿Por qué la democracia necesita las humanidades? Porque la deliberación cívica, el espacio público, la decisión política, necesitan, si queremos estar en una perspectiva democrática, una forma de juicio, de observación, de comparación, de crítica.
Y eso ha desaparecido con el mundo de las redes, que evidentemente se han puesto al servicio de lo contrario, como podemos verlo en elecciones más o menos recientes, en Brasil, en los Estados Unidos y en otros países”. ¿Qué se puede hacer?“Me parece que es urgente hacer perceptible, en la escuela, por ejemplo, o en la educación, esta ambivalencia de la tecnología digital, que debería ser, me parece, una materia de enseñanza y no solamente una herramienta de la enseñanza”. ¿Por qué?“Porque, a difer e n c i a d e l o q u e ocurría con la imprenta, no toda la gente tenía en su casa una prensa, hay un inmediatismo, algo inmediat o e n l a r e l a c i ó n con esta tecnología, y entonces parece que es una herramienta y no un objeto de estudio, de reflexión, de enseñanza para mostrar estos peligros y tal vez así permitir restituir el sueño, si no de las luces, de los primeros momentos del mundo digital.
Hay que transformar la red digital, la inteligencia artificial, en una materia de enseñanza, para mostrar su capacidad, su potencialidad, sus promesas, y, al mismo tiempo, por qué son peligrosas y por qué pueden conducir a la destrucción de la democracia”. Discontinuidad digitalCuando se inventó el códex, el libro, en los inicios de la era cristiana, la reproducción de los textos siguió siendo manuscrita, como ocurría con los rollos. Cuando se inventó la imprenta, cambió la técnica de reproducción, ya no fue manuscrita, pero el libro, el códex, era el mismo, lo sigue siendo. En esos hitos de la cultura hubo cambio y continuidad. Con la revolución digital hay un quiebre, dice Chartier. “Por primeravez, es el mismo soporte el que puede recibir lo escrito y lo leído y, como lo hacemos esta tarde (a través de una videollamada), también la comunicación interpersonal. Antes había una distinción fundamental entre los objetos de leer libros, revistas, periódicos y los soportes del escribir, las cartas, diarios personales, fichas, etcétera”. Ya no. Que lo leído, escrito y visto, que los distintos géneros o formatos de escritura compartan un mismo soporte, la pantalla, genera una superposición que impide o al menos dificulta distinguir entre tipos de discurso. En la cultura impresa se podía percibir, físicamente, la diferencia entre un tratado científico y un folletín difamatorio. “No es el caso hoy”, explica Chartier.
“Con la transformación digital, muchas falsificaciones históricas, que antes pertenecían a un sector limitado, reducido, algunas veces prohibido, de la producción escrita, como los textos que niegan las cámaras de gas y finalmente el Holocausto, algo que en Francia fue importante durante un cierto tiempo, pero cuya difusión siempre estuvo muy limitada en el mundo de la cultura impresa, hoy, en cambio, los sitios revisionistas y los libros de los historiadores que muestran lo absurdo y peligroso de esta negación pueden tener una continuidad textual, morfológica, para el lector frente a la pantalla”. ¿Qué otros quiebres ve usted?“Lo que llamamos la cultura del libro o del periódico o de la revista, que es para Jürgen Habermas un elemento fundamental de la esfera pública crítica surgida en el siglo XVIII, esa dimensión es marginal en el mundo digital.
Los libros digitalizados o nacidos como digitales, e inclusive las revistas o los periódicos digitales, son un sector muy limitado de lo que aparece sobre las pantallas”. ¿Qué miramos en cambio?“Lo que aparece fundamentalmente es la búsqueda de información en los sitios de internet, o bien las comunicaciones interpersonales de las redes sociales, de los grupos de discusión, de WhatsApp, de X del señor Musk.
Me parece que hay también aquí una novedad fundamental, porque la contaminación, la manipulación que permite esta proximidad entre los textos que deben transmitir un saber comprobado y toda la multiplicidad inmensa de lo que circula en la red, acreditado por la sola partic i p a c i ó n e n l a misma red, define una frontera mucho más permeable entre lo verdadero, entre los criterios de la información controlada, y la proliferación infinita de falsas noticias o de discursos de odio basados en esta saturación de lo falso, de lomanipulado”. Lo que nos devuelve a la necesidad de la enseñanza... “Es la razón por la cual decía que el mundo digital debe ser no solamente una herramienta escolar, pedagógica, social, sino que debe ser un objeto de enseñanza para así mostrar a los más jóvenes, que visiblemente están dejando muchos elementos de la cultura impresa, que fue la nuestra, y entran en un mundo exclusivamente digital al momento de buscar placeres o conocimientos, comunicación o información, educación o entretenimiento, para mostrarles a ellos los peligros o los riesgos. Esa es la única manera de mantener el diagnóstico optimista y no pesimista en relación con todo lo que está produciendo la tecnología. Como decía Walter Benjamin, las tecnologías no tienen un sentido en sí mismas, son lo que la gente, las sociedades, los poderes, las luchas, los conflictos, hacen de ellas. De manera que, me parece, una reflexión transformada en pedagogía es absolutamente decisiva hoy”. SEMINARIO “LA SITUACIÓN DE LAS HUMANIDADES”Organizado por el Centro para las Humanidades UDP.
Jueves 21 de noviembre, Biblioteca Nicanor Parra (Vergara 324, Santiago). Comienza a las 11:30 horas con la conferencia de Roger Chartier “Humanidades, humanismo, humanidad”. Participan también Carlos Peña, Aïcha Liviana Messina, Pablo Chiuminatto, Manuel Vicuña, Graciela Speranza, Flavia Costa y Martín Hopenhayn. Actividad gratuita, inscripciones y detalles en: centroparalashumanidades. udp. cl. “Hello World! ”, de Christopher Baker. “Por primera vez, es el mismo soporte el que puede recibir lo escrito, lo leído y la comun r es autor de “El mundo como representación” y “El orden de los libros”.