Autor: SERGIO GALLEGOS ROJAS
Los Batallones de Atacama (I Parte)
Los Batallones de Atacama (I Parte) ESCRITOR Y MIEMBRO DEL CLUB COPIAPÓ. IVÁN CONTRERAS AHÚMADAPRESIDENTE CLUB COPIAPÓ.
Desde que fuimos niños, muchos de nosotros escuchamos hablar de los Batallones de Atacama, de sus héroes y de las batallas en las que participaron, de hecho, historias contadas en forma verbal, porque no todos teníamos acceso a libros que detallaran el tema, como los de Hilarión Marconi o Pedro Pablo Figueroa y, en las escuelas, se enseñaba sobre la Guerra del Pacífico de una forma más generalizada, por lo que no tuvimos detalle de este Batallón de bravos formado aquí en Copiapó. Cuesta resumir en sólo unas palabras todos los hechos que llevaron a cabo los Batallones de Atacama, pero no hay nada peor que no hacer el intento.
Las causas que motivaron el inicio de aquel conflicto bélico en contra de Perú y Bolivia, conocido por nosotros como la Guerra del Pacífico, son varios, entre ellos, el irrespeto de parte de Bolivia al Tratado de 1874 firmado con nuestro país, el cual contenía entre sus puntos, la no alza de impuestos a las empresas chilenas por un periodo de veinticinco años; subiéndolos unilateralmente en diez centavos, hecho no conveniente para las empresas chilenas que trabajaban el salitre en Antofagasta, sumado a esto, el gobierno boliviano declaró el embargo sobre la principal empresa chilena dedicada a la explotación de salitre, llamada Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. Lamentablemente, se descubrió que Bolivia y Perú, además, tenían un tratado secreto de defensa y ayuda mutua en caso de desavenencias con nuestro país. Militares chilenos llegaron a Antofagasta el mismo día en que Bolivia ponía a remate a la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. Eso ocurrió el 14 de febrero de 1879. Así, las cosas, Bolivia declara la guerra a Chile el 1 de marzo, mientras que Perú, el 4 de abril. Chile declara la guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879. Así se da comienzo a la Guerra del Pacífico.
El principal problema que tenía Chile para enfrentar a dos países, era en número de efectivos militares con los que contaba, los cuales no superaban los 2.995 hombres, por lo que el Presidente de la República de la época, don Aníbal Pinto Garmendia, solicita a las provincias del país la formación de Batallones Cívicos Movilizados de 600 hombres, cada uno conformado con 4 compañías de 150 efectivos, los cuales llevarían el nombre de la provincia en donde se formaron.
Es así, como don Guillermo Matta Goyenechea, Intendente de la provincia de Atacama por aquel entonces, junto a varios otros destacados hombres, como Carlos María Sayago, Juan Carter y Anselmo Carabantes, entre otros, hicieron un llamado a la población civil copiapina para la formación de dicho Batallón. Se debe dejar en claro, que ya antes de eso, fueron muchos los atacameños que viajaron a Antofagasta para inscribirse en el 2 de línea.
Hubo un total entusiasmo ciudadano en la inscripción al Batallón Cívico, llegando hombres desde diversas ciudades atacameñas y asentamientos mineros como Chimberos, Nantoco, Vallenar, Huasco, Caldera, Chañarcillo, Tierra Amarilla, Freirina, Labral, Carrizal y por supuesto Copiapó. Hombres de diversos estatus económicos y actividades, desde el esforzado minero hasta estudiantes del liceo de hombres.
Conocidos jóvenes copiapinos arrastrados por el romanticismo y por la fuerza de su juventud sehicieron parte del Batallón, entre ellos, José Andrés Wilson, Rafael Torreblanca, los hermanos Prado, el hijo del Intendente, Juan Gonzalo Matta y, por supuesto, valientes mujeres que se inscribieron como cantineras como Carmen Vilches y Filomena Valenzuela, esta última, lo hizo siguiendo a su hermano Juan Segundo Valenzuela. El Batallón Cívico Movilizado Atacama N1, terminó de formarse a fines de marzo de 1879 y acantonado inmediatamente en el Convento de La Merced.
Debemos dejar en claro, que cuando se formó el Batallón, los únicos que eran militares de línea era el comandante del Batallón, teniente coronel Juan Martínez Bustos y su hijo Melitón, quien había sido subteniente del Buin 1 de línea. Más adelante, en plena guerra se sumaría el otro de sus hijos, Walterio.
En Copiapó reciben instrucción y después de 21 de mayo de 1879, fecha en que la corveta Esmeralda es hundida en Iquique, el Batallón Atacama parte en tren a Caldera a fin de defender el puerto de las correrías del Huáscar. Viajan con escasa instrucción, casi sin armas, algunos hasta sin zapatos y sin uniformes.
Fue el pueblo de Copiapó y de las ciudades aledañas, así como de los asentamientos mineros, los que trabajaron y consiguieron recursos por distintos medios a fin de proporcionar pertrechos de guerra al Batallón del cual se sentían orgullosos; desde tabaqueras hasta camisas, desde zapatos hasta caramayolas, y por supuesto, destacadas damas copiapinas comenzaron con la confección del Estandarte, entre ellas, Beatriz Matta, Luisa y Clarisa Manterola Goyenechea, Petronila Saavedra de Merino, Elena Salazar, Carlota Leinez, Margarita Meléndez de Mandiola, Filomena Picón de Garín, entre varios otros colaboradores.
En Caldera, los subtenientes José Andrés Wilson y Rafael Torreblanca son designados para hacerse cargo de la construcción de dos fuertes, el fuerte norte y el fuerte sur, denominados también Prat y Esmeralda respectivamente, en honor a la gesta naval de Iquique. Dos veces se asomó el Huáscar en Caldera. Dos veces el Batallón se preparó para hacerle frente desde tierra, pero nada pasó, todo esto en medio de una población civil porteña aterrorizada.
En los meses que pasaron en Caldera, varios hombres del Batallón fueron embarcados para irse al 2 de línea, quien se mantenía en Antofagasta, comenzaron entonces los rumores de que el Batallón Atacama no serviría para nada más que para reforzar a los Regimientos de línea. Comenzó entre los hombres que lo conformaban la desoladora idea de que el Batallón podría ser disuelto.
Pero el 8 de octubre de 1879, se produjo el combate naval de Angamos, en donde el Huáscar fue capturado y su almirante, Miguel Grau, lamentablemente muerto, por lo que la supremacía naval ahora era chilena y sí, ahora esta-ban las condiciones para que las fuerzas terrestres acantonadas en Antofagasta siguieran hacia el norte. El Batallón Atacama se embarcó rumbo a Antofagasta en el vapor Itata. Eso ocurrió el 14 de octubre de 1879.
Uniformados con un traje negro, de larga guerrera, que los hacía parecer curas, por ello fueron conocidos como “los frailecitos” o “los padrecitos”. Algunas fuentes indican que estos uniformes eran franceses dados de baja, uniforme, que, según estudios, al menos usaron hasta la batalla de Los Ángeles.
Una vez allá, el general Escala, quien era el general en jefe de las fuerzas chilenas, junto al Estado Mayor y al ministro enviado por el gobierno, don Rafael Sotomayor, preparaban ya un desembarco de tropas chilenas en un punto indeterminado aún de tierras peruanas. Se iba a comenzar con la invasión. Lamentablemente, para esto, el Batallón Atacama no estaba considerado. Se quedarían como reserva en Antofagasta. Es aquí, cuando el comandante del Batallón Atacama junto al comandante del Batallón Coquimbo, Alejandro Gorostiaga, quien también se quedaba en la reserva, idearon una forma para ser considerados en la invasión. Los hombres del Atacama y del Coquimbo eran muy cercanos entre sí, por lo que se trataban de “compadritos”. Así llegó el día en que Escala les permitió una demostración de sus destrezas. Los coquimbanos destacaron en tiro al blanco y el Atacama subió corriendo en posición de ataque, con tiempo cronometrado, el cerro “El Ancla”. Escala y el Estado Mayor quedaron sorprendidos. El Batallón Atacama había batido el récord y sus hombres no se dispersaron en la subida, corrieron en perfecta formación, ninguno se quedó atrás. La tarea estaba hecha, tanto el Coquimbo como el Atacama serían parte de las fuerzas que desembarcarían en el norte. El general Escala, hombre muy religioso de misa diaria, solicitó que el estandarte del Atacama fuese bendecido. Eso ocurrió el 26 de octubre de 1879. Días después las tropas embarcarían. El lugar destinado: Pisagua..