Cuando se transgreden los límites “en Su nombre”
Cuando se transgreden los límites "en Su nombre" El artículo de la psicóloga y profesora extraordinaria del Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma publicado en Humanitas n°108, "Cuando se transgreden los límites "en Su nombre". Una introducción a la realidad del abuso espiritual", aborda esta realidad descuidada y subestimada durante mucho tiempo y que no es fácil de observar o reconocer porque se manifiesta en diferentes matices y utiliza diversas tácticas y estrategias.
Es una transgresión que se entrelaza a menudo con otros tipos de abuso, como el abuso sexual, pero su especificidad es que ocurre "en nombre de Dios". Presentamos a continuación la primera parte; el texto completo y todas las referencias están disponibles en www.humanitas.cl.
HUMANITAS POR KATHARINA ANNA FUCHS Luego de los grandes escándalos de abuso sexual que en los últimos años han sacudido tanto a Chile como a otros países -semejantes a terremotos, dejando destrozadas no solo a varias comunidades de Iglesia, sino también el alma y la fe de muchos creyentes-, se presta cada vez más atención a otro tipo de abuso, a menudo interconectado con el abuso sexual en el ámbito eclesial: hablamos del abuso espiritual. No se trata de un concepto nuevo, inventado con el objetivo de provocar nuevos escándalos o para volver a "ensuciar" la imagen de nuestra Iglesia.
Tampoco para generar una mayor decepción a quienes ya han estado enfrentados a la realidad de los abusos sexuales, o para sobrecargar a quienes trabajan con gran dedicación, competencia y perseverancia en el ámbito de la prevención, intervención o reparación.
Este tipo de abuso no afecta solo a la Iglesia católica sino también a muchas otras religiones, denominaciones e iglesias, aunque muchas de ellas aún dudan hacer frente a esta realidad. * A diferencia de otras formas de abuso, como el abuso sexual o el abuso físico, el abuso espiritual ha sido pasado por alto, negado o subestimado durante demasiado tiempo; por ello todavía hay mucha resistencia a verlo y aceptarlo como un abuso "real". Solo en los últimos seis años la compleja y triste realidad del abuso espiritual ha ido ganando gradualmente una mayor atención.
Ahora bien, existen algunas confusiones a la hora de abordar el tema, tanto culturales -con respecto a la naturaleza de este tipo de abuso como lingüísticas -con respecto al uso apropiado del término en un contexto intercultural, internacional y multilingüe como el de la Iglesia.
En algunos contextos se le llama abuso religioso o abuso de poder espiritual*, en otras ocasiones también se lo ha visto como una forma de violencia psicológica en un contexto religioso o espiritual, o como un sinónimo de abuso de conciencia. Así, estamos tratando con una realidad difícil de comprender y de afrontar.
Elementos clave detrás del abuso espiritual Como en casi todas las formas de abuso, también en el caso del abuso espiritual encontramos como elemento básico, además de la transgresión de los límites, el abuso de poder.
A ello se le suma la traición a la confianza, un elemento clave que a menudo se pasa por alto y que esconde el peligro de que el abuso se reduzca a puro abuso de poder.
El abuso en general, y sobre todo el abuso espiritual, va más allá del abuso de poder porque suele ocurrir en contextos en los que una persona confía en otra persona o en un grupo de personas y está dispuesta a abrir a ellas su intimidad.
Esto sucede a menudo en el contexto de la formación para el sacerdocio o la vida religiosa, en la confesión, el acompañamiento espiritual, los retiros y las relaciones pastorales, donde se deposita la confianza y la esperanza en elementos como la competencia profesional del otro, la confidencialidad y la discreción, el juicio o las capacidades humanas del otro y, sobre todo, en la convicción de que en aquellos lugares se busca lo mejor para quienes se están formando o dejando acompañar.
Así, subyace el convencimiento de que las personas responsables son capaces de ayudar a crecer en la fe, a verificar la propia vocación, a construir una relación estable con Dios o a profundizar en la existente, a descubrir la propia misión en el mundo, a superar un momento difícil o una crisis y a crecer en la libertad espiritual. Y con estas premisas, se confía en los formadores, superiores o acompañantes espirituales o pastorales.
Es importante enfatizar que no se trata aqui de una confianza ingenua, sino de un nivel de confianza "sano" y "humano", lo que se llama en alemán Vertrauensvorschuss (traducible como "salto de fe") hacia una persona que desempeña un determinado rol, que tiene ciertas habilidades profesionales o humanas y que está calificada para ayudar, formar o acompañar. El papel de la confianza es crucial a la hora de tratar de comprender la realidad del abuso espiritual y sus consecuencias, porque precisamente se abusa de ella.
Normalmente, la confianza en el otro es un requisito previo para que un camino formativo, de acompañamiento espiritual o de vida comunitaria, de frutos, ya que solo en un contexto tal es posible acceder a la intimidad del otro y generar transformaciones reales. En estos casos, las dinámicas de abuso son una ruptura o distorsión de la relación de confianza, dentro de la cual la persona que confia es manipulada y utilizada para satisfacer las necesidades del otro.
Esto complica la cuestión de la confianza en los casos de abuso en el contexto eclesial, porque la dinámica del abuso a menudo surge del hecho de que una persona se abre y confia; y es precisamente en estas relaciones donde se violan o se transgreden los límites. * Como resultado, la confianza en otros y a menudo también en Dios, quién no intervino ni protegió "El papel de la confianza es crucial a la hora de tratar de comprender la realidad del abuso espiritual y sus consecuencias, porque precisamente se abusa de ella. (... ) El abuso espiritual puede afectar a individuos, a una pareja, a una familia o a un grupo de personas, así como a comunidades o movimientos enteros". del abuso, se ve sacudida o destruida cuando la traición queda al descubierto. * Luego, a menudo se da un segundo momento de abuso de confianza cuando la persona revela el abuso y no se le cree, como ha sucedido con muchas personas abusadas tanto sexual como espiritualmente, porque ante la falta de conciencia de esta realidad, las posibles estrategias y sus consecuencias no siempre son fáciles de entender. Las personas maltratadas espiritualmente a menudo son etiquetadas como "locas", "taras" o "mentirosas", que quieren destruir la reputación de otros o de toda la Iglesia.
Otro elemento central de los abusos en general y del abuso espiritual en concreto, es la cuestión del poder y de su ejercicio; un elemento que concierne a todo tipo de instituciones, ya sean eclesiásticas, estatales o privadas, educativas o formativas, sanitarias o políticas.
El abuso de poder puede darse en todo tipo de relaciones interpersonales que tienen lugar dentro de instituciones donde existe un desequilibrio de poder y una relación asimétrica entre quienes proporcionan un servicio y quienes lo necesitan o requieren. * Así, una relación asimétrica no se limita a las relaciones que se dan entre adultos y menores o entre adultos y adultos vulnerables, sino que también incluye las relaciones entre dos o más adultos, ninguno de los cuales es vulnerable por definición.
Esto se puede dar, por ejemplo, en las relaciones educativas o formativas que tienen lugar en seminarios o centros de formación, entre formadores y aprendices, maestros y alumnos, superiores y feligreses; en las relaciones espirituales, como sucede con el acompañamiento espiritual o en los retiros, y en las relaciones pastorales, como es el caso del cuidado pastoral dentro de una parroquia. Un desequilibrio de poder puede tener varias causas; puede deberse a la posición "Las estrategias y técnicas del abuso psicológico son las mismas o similares cuando hablamos de abuso espiritual.
La gran diferencia es que en este último se involucra la participación del nombre de Dios y la relación con Él es manipulada o incluso destruida a favor del abusador". de una persona en términos de jerarquía, a las posibles dependencias estructurales o personales, a la edad, a la experiencia vital o profesional, o al estatus social. * Asimismo, este desequilibrio puede manifestarse en muchos ámbitos diferentes, a menudo de una manera muy sutil y sin ser percibido conscientemente: por ejemplo, se puede dar por la forma en que alguien se comporta y habla o la forma en que se viste o su uso de ciertos accesorios que lo hacen ser reconocido como miembro de un determinado grupo o como una persona con una determinada posición. * La forma en que se maneja el poder y el desequilibrio que este genera, bien sea para el beneficio de las personas que confían o para el beneficio propio, depende de las personas involucradas.
Por lo tanto, es importante sensibilizar y hacer reflexionar, en la medida de lo posible, sobre la responsabilidad que se deriva de una determinada posición y del poder asociado a ella, ya que un abuso de poder no siempre es deliberado y consciente, sino que también puede ser el resultado de una insuficiencia o incompetencia profesional o humana. * En el contexto eclesial, hay principalmente dos tipos de poder y autoridad: el poder de gobierno y la autoridad moral.
Dependiendo del contexto y de las personas involucradas, el poder de gobierno está definido por el derecho canónico, las normas y los estatutos, y se refiere a un oficio eclesiástico, por ejemplo, el poder del obispo o de los superiores de una comunidad.
La autoridad moral, en cambio, está referida a una persona o institución que denota una cualidad o características que ha de ser respetada, como el buen carácter o el buen comportamiento. * La breve descripción de estos dos elementos, la confianza y el poder, no solo nos permite entender el vínculo entre ellos, sino que también nos ayuda a comprender que la vulnerabilidad no siempre es absoluta o permanente, sino que también tiene un lado temporal o situacional que puede ser causado por un contexto o experiencia particular, como un evento especial en la vida de una persona, por ejemplo, una enfermedad, un duelo, una crisis o simplemente el deseo de crecer y madurar en la relación con el Señor.
Esto significa que, en teoría, cualquier persona puede, de una forma u otra, ser o sentirse más frágil o vulnerable y, por lo tanto, estar temporal u ocasionalmente más en riesgo de convertirse en víctima de abuso. Es por ello esencial darse cuenta de que quienes piden ayuda o apoyo a menudo se encuentran en una posición de inferioridad, vulnerabilidad y dependencia.
No es raro que quienes son acompañados o capacitados, especialmente en estas situaciones de vulnerabilidad, se vean tentados a pedir consejos o soluciones rápidas y directas a quienes los acompañan o capacitan. * ¿ Qué es el abuso espiritual? Para entender el abuso espiritual en todos sus matices, es esencial comprender sus elementos centrales.
Para ello sugiero la siguiente definición: El abuso espiritual ocurre en contextos religiosos o espirituales, donde se utiliza el poder y la confianza para manipular, instrumentalizar, controlar y oprimir a otras personas a través de medios espirituales y/o "en el nombre de Dios". Por parte de los afectados, esto conduce a una restricción de su libertad y crecimiento espiritual hasta el punto de dañar su fe (y/o su relación con Dios); por parte de quienes cometen el abuso, a un fortalecimiento de su persona y posición, que a su vez les sirve para satisfacer sus necesidades y lograr sus objetivos. * La primera parte de esta definición da cuenta de que el abuso espiritual es un fenómeno complejo, que involucra la confianza y el poder como elementos centrales y que puede implicar el uso de diversas estrategias y tácticas, a menudo "en nombre de Dios". La segunda parte se enfoca en los posibles efectos espirituales negativos para aquellos que sufren este tipo de abuso, y menciona los beneficios para aquellos que abusan. (... )* * Continúe leyendo y encuentre todas las referencias en www.humanitas.cl. HUMANITAS AIVITAT ANTROPOLOGIA CULTURA CHETIANA Veintiséis años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura www.humanitas.cl