Autor: Luciano Fontana, director del
“El periodismo está viviendo un momento DE ENORME DIFICULTAD”
“El periodismo está viviendo un momento DE ENORME DIFICULTAD” Esto, sobre todo, por el proceso de transformación digital que hoy los tiene con 630.000 suscripciones, en el lugar número 20 de los medios del mundo.
“Debimos abandonar la lógica de los clics y el tráfico, en nombre de la lógica de la búsqueda para ayudar a los lectores a suscribirse, a entender que había un producto allí que valía la pena pagar. Y en un mundo donde todo era gratis, fue un proceso de transformación bastante complejo.
Hemos cambiado los horarios de trabajo, tenemos 50 boletines, una gran actividad de pódcast, abrimos el Corriere TV para todas las actividades de video digital, abrimos las aplicaciones.. ”, detalla Luciano Fontana, de 65 años, el periodista y licenciado en historia y filosofía que está al frente del periódico hace 9 años.
Sentado en la oficina Albertini copia de la sala de redacción del Times de Londres, posa para las fotos y habla con “El Mercurio” sobre los desafíos de la prensa en los tiempos de hoy. ¿Cómo describiría la situación actual del periodismo en Europa y en Italia en particular?Este es un período de transformación, como nunca el periodismo ha experimentado en su historia.
Transformaciones que en algunos aspectos pueden poner en duda la idea misma de esta actividad, porque la información proviene de un millón de puntos diferentes, a veces verdaderos, a veces falsos, a veces transmitidos por sujetos políticos o económicos que tienen interés en difundir noticias y mensajes falsos. Por tanto, la primera pregunta es cómo logramos tener nuestro propio papel como periodistas profesionales de calidad en este mundo tan diferente.
Y en ese sentido, ¿cuánto complica las cosas el que nos hallemos en un mundo tan polarizado en todos los frentes?El segundo elemento de la crisis está determinado, precisamente, por el hecho de que la escena pública está dominada por una lógica amigo-enemigo, que es lo opuesto a la democracia y al buen periodismo, porque este se nutre de una atención fidedigna a los hechos, libertad de ideas, capacidad de comprender a los que incluso no piensan como tú, y estos aspectos han desaparecido por completo en el ambiente cultural que he planteado.
Se ha puesto además en tela de juicio, por algunos, la tarea intermediadora del periodismo. ¿Cómo afecta a este esa tendencia que se ha instalado en muchas democracias?Al estar ante poderes públicos, políticos y económicos que quieren hacer llegar mensajes directamente a los ciudadanos, sea por medio de la televisión, y a través de las redes sociales, el periodismo sufre mucho. El periodismo está viviendo un momento de enorme dificultad. Eso lo vemos en muchas sociedades, pero también en muchas leyes restrictivas que están en marcha, porque el periodismo es lo opuesto a la desintermediación, a las relaciones directas. Nuestra tarea consiste en ofrecer a las audiencias elementos para poder decidir con su propia cabeza y no a partir de una sugerencia. Es decir, hay un problema industrial, hay un problema de rol y hay un problema de relación con el poder político. ¿Esto se ve agravado por la inundación de las redes sociales?Efectivamente. Es un problema muy grave, dado que la relación directa es la relación de quienes no quieren elementos de criticidad y disputa. Sus ruedas de prensa, cuando las hay, suelen ser monólogos con muy pocas preguntas, porque en general no las admiten y cuando se formulan son respondidas en muy duros términos.
Por eso se prefieren las redes. ¿En qué medida considera usted que lo anterior impacta a la salud de la democracia contemporánea?De manera muy directa, porque hacer buen periodismo y tener periodistas libres nos permite comunicar a la gente la realidad de los hechos, dar las herramientas para interpretar la realidad y lidiar con el poder político.
No es casualidad que muchas potencias políticas, incluso en las democracias europeas, intenten el control del periodismo, porque este solo puede darse en el marco del desarrollo del pensamiento crítico y con una atención muy rigurosa a la protección de las personas contra todo tipo de interferencia. Hay en este sentido algunos elementos preocupantes, se están formando monopolios, los poderes públicos toman en sus manos grupos editoriales, e incluso ciertos gobiernos intentan liderar el combate contra las noticias falsas. Esto es ciertamente un problema para la democracia.
Sin libertad de expresión, la democracia es una palabra vacía, no existe. ¿Qué deberían hacer los gobiernos ante las noticias falsas? ¿ Tienen algún papel que desempeñar?Es un debate muy peligroso el de las fake news, porque está claro que todos tenemos que luchar contra ellas. Creo, por tanto, que está bien establecer algunas normas que sancionen a quienes difunden noticias falsas, está bien discutirlo, pero creo que el punto fundamental es acostumbrar a la gente a reconocer dónde deben informarse. Los medios y no los gobiernos son la mejor herramienta contra las noticias falsas. Y en eso se deben reali-ARESALLEDEREIRROCLUCIANO FONTANA, DIRECTOR DEL CORRIERE DELLA SERA:zar los mayores esfuerzos.
“LAS AUTORIDADES DEBEN CONFIAR EN NUESTRO APORTE”¿ Cómo influye el avance de ideas y gobiernos de extrema derecha en algunos países del continente europeo? ¿ Cuánto han agravado este cuadro que usted describe?A mi juicio, de manera importante.
Muchos de estos movimientos promueven en sus prácticas limitaciones a la libertad de información, consideran que los periodistas son parte de una corriente progresista que los hace enemigos de la identidad nacional y de lo que ellos entienden por la afirmación del bien.
Hemos visto lo que está sucediendo en Hungría, lo que está sucediendo en Polo-“Los buenos periodistas son, sobre todo, personas que tienen una educación cultural que les permite interpretar los hechos con flexibilidad y profundidad más que tener una especialización extrema”. “Creo que confiabilidad es la palabra clave con la que podemos presentarnos ante el público”. nia, en algunos aspectos también hay un conflicto muy vivo en Italia, aunque de mucho menor envergadura. Las ideas de esta derecha extrema y populista, más allá de los elementos económicos y civiles, representan la negación de una sociedad liberal y democrática, y eso es muy alarmante desde donde se le mire. Y la Primera Ministra Meloni en su país, ¿cómo se plantea ante la opinión pública?Utiliza mucho las redes sociales y le gusta comunicarse directamente. También escribe columnas periódicas y realiza videos. ¿Pero concede entrevistas a periódicos y otros medios de comunicación?En el primer período sí, luego cada vez menos y su relación con la prensa es muy combativa. También es cierto que hay una parte de la prensa que trabaja sistemáticamente para intentar ponerla en dificultades. En Italia tenemos una parte importante del mundo de los medios que está muy alineado políticamente, de derecha e izquierda.
En Italia, el periodismo de tradición anglosajona, la atención a los hechos, el pluralismo de ideas y la independencia, es cada vez más difícil de practicar. ¿El periodismo profesional resulta ser un antídoto contra este flagelo de las noticias falsas?Efectivamente, y eso lo revaloriza. Las autoridades deben confiar en nuestro aporte a este respecto. “Creo que confiabilidad es la palabra clave con la que podemos presentarnos ante el público, diciendo que somos algo diferente al flujo de noticias que te llegan desde las redes sociales.
La credibilidad de los medios es la clave para ganar la batalla contra la desinformación”. “EN ITALIA EXISTE UNA LÍNEA DE PENSAMIENTO ANTI-WOKE MUY FUERTE”¿ Cómo califica, en este contexto, la formación que están recibiendo en las universidades los nuevos periodistas? ¿ Dónde pondría usted el acento?Creo que los buenos periodistas son sobre todo personas que tienen una educación cultural que les permite interpretar los hechos con flexibilidad y profundidad más que tener una especialización extrema.
Personalmente, soy licenciado en historia y filosofía, por ejemplo, y está claro que en nuestro periódico tenemos muchas secciones verticales, la de tecnología, la de salud, que dirige un periodista médico, por ejemplo, la de viajes, la de alimentación, medio ambiente, economía, etc. Pienso que el tipo de formación también puede ser una que tenga diferentes campos de estudio, pero lo más importante, como diría Kant, son las categorías de interpretación de la realidad.
En muchas universidades, hoy en el mundo, se ha instalado la denominada cultura woke o de la cancelación. ¿Cuánto de esto se ha filtrado también hacia el periodismo?En Italia, probablemente no tanto como en los Estados Unidos. Sin embargo, es importante señalar que el fenómeno mencionado tiene también un aspecto positivo, por ejemplo, la atención respecto a la diversidad, a las minorías, que requieren de un espacio y un trato adecuado. Hay que eliminar expresiones que vulneran derechos y ofenden.
“Lo que no me gusta es el extremismo y el revisionismo histórico de prohibir obras literarias y muestras pictóricas, e incluso libros e investigaciones que se suprimen en aras de un extremismo y un furor ideológico que nos hace perder la perspectiva histórica de los países y los individuos”. En atención a la línea política del gobierno italiano, ¿tantas iniciativas desde la academia y del mundo editorial existen en la actualidad que se plantean como antagonistas intelectuales a la cultura woke?En realidad, en Italia existe una línea de pensamiento anti-woke muy fuerte; por ejemplo, muchos periódicos la toman como punto de referencia, todo el grupo un tanto vinculado al mundo conservador de derecha está inmerso en una batalla cultural e ideológica muy intensa.
Creo que al final lo que importa en el pensamiento, pero también en el periodismo, es la capacidad de examinar los temas libremente, sabiendo situarlos en su dimensión histórica, entendiendo cuántos derechos se están violando, pero evitando que esta concentración en no violar derechos se convierta en una jaula donde se encarcela a la gente por pensar distinto. ¿Y en qué aspectos o pilares doctrinarios estos movimientos anticancelación asientan sus líneas de trabajo?Las líneas por las que avanza la derecha identitaria y nacionalista es también una reacción ante sociedades que se han convertido en individualistas, frágiles, que son inseguras, por la inmigración, por la delincuencia, por la invasión de productos chinos.
Y entonces empieza a crecer esta tendencia antiindividualista que conlleva el riesgo, como sucede, de pasarse al otro extremo, y estamos frente a ese fenómeno. nLUCIANO FONTANA, DIRECTOR DEL CORRIERE DELLA SERA:. El experimentado hombre de prensa analiza los fenómenos que hoy complican a la actividad, como la proliferación de las redes sociales, las noticias falsas y los cambios en la forma de comunicarse con la gente por los que está optando el poder político.
Para él, el desafío es “cómo logramos tener nuestro propio papel como periodistas profesionales de calidad en este mundo tan diferente”, dice. | CRISTIÁN PIZARRO ALLARD En dos años más, el Corriere della Sera, uno de los diarios más tradicionales e importantes de Italia, cumplirá 150. Aunque en la última década han tenido momentos agitados. periódico italiano Corriere della Sera.