Autor: Agnieszka Bozanic Leal, académica de la Universidad Andrés Bello y presidenta de la Fundación GeroActivismo
Columnas de Opinión: Viejismo y salud sexual de las personas mayores
Columnas de Opinión: Viejismo y salud sexual de las personas mayores Columnas hora de decirlo sin rodeos: la salud sexual de las personasmayoresen Chile están crisis, y el culpable principales elviejismo, esa discriminación soterrada que insiste en invi-sibilizar el deseo, el placer yla intimidad en la vejez.
Elaumentoalarmante de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en personas mayores chilenas no es una coincidencia, sino una consecuencia directa de una sociedad que prefiere mirar para otro lado cuando setrata de sexo en la tercera edad. Aún persiste la absurda idea de que el deseo sexual se apaga con lajubilación, comosilos cuerpos dejaran desentir, de buscar compañía o de explorarnuevas formas de placer. Pero las estadísticas nos gritan lo contrario.
ELVIH, la sífilis y la gonorreanoseestántomando vacaciones entrelos mayores, y no es porque hayan decidido repentinamente vivir allímite, sino porque sees hanegadola información y los recursos para protegerse. ¿Por qué en pleno siglo XXI seguimos actuando como si las personas mayores no tuvieran sexo? ¿ Por qué nos horrorizamos ante la idea de que puedan disfrutar de su sexualidad, pero nos quedamos callados cuando los númerosnos muestran que la fal-ta de educación sexual está costando vid:1 viejismo nos ha lle-vado aeste punto, ysinolo enfrentamos, los resultados seguirán siendo devastadores. La falta de campañas de prevención dirigidas a personas mayoreses un acto de negligencia estatal. Pero no es sólo el Estadoel que ha fallado, sino también las familias, los médicos y todasaquellas personas que prefieren pensar que el sexo es cosa dejóvenes. Los preservativos no tienen fecha de caducidad según la edad del usuario, y la información sobre prevención de ETS deberíaser universal, no un secreto bien guardado entre generaciones másjóvenes. Eshora de romper esteciclo desilencio y negación. Necesitamos campañas que hablen directamente alas personas mayores, que les proporcionen las herramientas para cuidar su salud sexual, y que desafien el estigma que las ha mantenido en la oscuridad. Necesitamos médicos que pregunten sobre la vida sexual desus pacientes mayores sin sonrojarse, y necesitamos políticas que reconozcan queel derecho al placer y auna vidasexual saludable nose pierde con las canas. El placer no tiene edad, y tampoco debería tenerlo la protección. Dejemos de actuar como si la vejez y el sexo fueran mutuamente excluyentes, y empecemos a hablar de salud sexual en todas las etapas de la vida. Porque hasta que no lo hagamos, lasETS seguirán ganando terreno, y nosotros seguiremos siendo responsables de una crisis que podría haberse evitado..