Autor: CATALINA PINELA ESPINOZA
Clima con buen pronóstico
Clima con buen pronóstico GABRIEL VARELA, JUNTA DE VIGILANCIA RÍO ELQUIAprincipios de a ñ o, l o s anuncios de que La Niña se instalaría con fuerza en el país y traería heladas y temperaturas bajas inquietaron al mundo agrícola. Sin embargo, al menos hasta la fecha, el fenómeno climático no se ha instalado. Sin embargo, eso no elimina completamente la incertidumbre de cómo se comportarán las temperaturas y las lluvias en los próximos meses. La buena noticia es que las proyecciones, al menos para los tres meses venideros, hablan de estabilidad climática. “En mi opinión, diría que este año ha sido bastante promedio en términos de clima. Aunque han ocurrido algunas alzas eventuales, en general las temperaturas han sido bastante bajas. El año pasado, en cambio, fue un año muy cálido debido al fenómeno de El Niño extraordinario que experimentamos. Este año, las temperaturas han disminuido notablemente y la estabilización se ha extendido”, explica el ingeniero agrónomo, experto en agrometeorología, Carlos Gana. Proyecta que para los próximos meses “si tomamos en cuenta la zona desde la cuenca del río Mapocho hasta el río Maule, se podría experimentar un leve aumento en las temperaturas. A pesar de esto, debieran mantenerse en los promedios normales para la época”, menciona Gana.
De hecho, en el último informe de la Dirección Meteorológica de Chile (DMCh) pa-El embalse Puclaro, en la IV región, alcanzó un 31% de su capacidad. ra el trimestre noviembre, diciembre y enero (NDE) 2025, se consigna que “en cuanto a las temperaturas máximas, el pronóstico muestra una condición Sobre lo Normal en la mayoría del país, salvo excepciones como la costa de la Región de Antofagasta y en la Región de Magallanes.
Por otro lado, las temperaturas mínimas estarán mayormente bajo lo normal, aunque en el altiplano, en las regiones Metropolitana y de OHiggins podrían estar por sobre el promedio”. De acuerdo con el mismo informe para el trimestre, las zonas con mayores temperaturas máximas proyectadas son Copiapó e Illapel, con un rango de 27 a 28 C; Santiago y Curicó, con 28 a 29 C, y Valdivia, con 22 a 23 C, entre otras. De todas formas, la mismaDMCh no descarta que podría haber olas de calor, especialmente en zonas del centro norte y norte del país.
PRECIPITACIONES PRESENTES EN ALGUNAS ZONASEn cuanto a las precipitaciones, el informe de pronóstico de la DMCh, para el trimestre noviembre, diciembre y enero 2025, apunta que “en términos de precipitaciones para el comienzo del verano se prevé una mayor probabilidad de lluvias en la zona cordillerana de la Región de Antofagasta. Desde el extremo norte hasta la Región de Valparaíso se presentaría una condición seca, algo normal de esta temporada. Mientras que, en los valles y precordillera, entre la Región Metropolitana y el Maule, podrían esperarsemontos de precipitación para el trimestre en el Rango Normal o Sobre lo Normal. Por ejemplo, en Rancagua, para esta época las precipitaciones normales se encuentran entre 2 mm y 13 mm y en el caso de que estuviera Sobre lo Normal superaría los 13 mm.
Más al sur, desde las regiones de Ñuble hasta Aysén, es probable que los acumulados de lluvias estén bajo su rango climatológico, por ejemplo, en el caso de Chillán se proyectan menos de 31 mm para el trimestre.
En la Región de Magallanes, las precipitaciones estarían entre Normal y Bajo lo Normal”. Así, el informe indica que, de acuerdo a la información con que se cuenta hasta la fecha, Copiapó y La Serena no tendrían lluvias y en Valparaíso no se proyecta más de 1 mm. En Rancagua la proyección es de 0 a 8 mm, en tanto que en Curicó se podría llegar a unos 10 mm.
Bajo lo normal estarían Talca, con 2 a 12 mm; Chillán, con 9 a 26 mm; Temuco, con 38 a 62 mm; Osorno, con 52 a 76 mm; Futaleufú, con 69 a 140 mm, y Punta Arenas, con 15 a 30 mm. El impacto de las menores precipitaciones en el sur puede golpear a la producción de alimentos para la ganadería, ya que no serían suficientes para las necesidades de los pastos. “Aunque puede haber algunas lluvias ligeras, estas no son suficientes para sostener el crecimiento de la vegetación, por lo que se requiere riego constante en las zonas donde sea posible”, comenta Gana. En cuanto a la Patagonia, se prevé un nivel de precipitaciones que puede variar entre normal y ligeramente superior al promedio. Esto suele suceder en años influenciados por un evento débil de La Niña, que podría fortalecerse durante el verano.
Sin embargo, hasta ahora no se ha observado una interacción completa entre el océano y la at-LA SITUACIÓN DEL ÑUBLEAunque la situación en el Ñuble no es positiva, están tranquilos, dice el presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble. Además, esta región presenta particularidades en comparación con otras, debido a la ausencia de obras de regulación en las cabeceras. “Actualmente, el monitoreo indica que los caudales están aproximadamente un 13% por debajo de un año normal, considerando como referencia el promedio de los últimos 30 años. Por ejemplo, en septiembre, se esperaría un caudal promedio de 170 metros cúbicos por segundo, mientras que para noviembre se estima que este será de 140-150 metros cúbicos por segundo, marcando el déficit mencionado. Este comportamiento está alineado con el registro de precipitaciones, que también se encuentra un 17% por debajo del promedio normal.
En un año típico, la precipitación acumulada rondaría los 936 milímetros, mientras que este año se han registrado 722 milímetros, lo que evidencia una relación directa entre el déficit de precipitaciones y los caudales disponibles”, explica Salvador Salgado, presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble.
Para la zona de la Región del Biobío también hay noticias positivas en cuanto a los embalses, con el embalse Coihueco con su 100% de capacidad, Ralco con 98% y Pangue con 89%. Un tanto más bajo estaría Lago Laja con 41% de su capacidad. pecialmente si lo comparamos con 2023. El año pasado, para el 22 de noviembre, el embalse Lautaro estaba completamente seco. Hoy, en la misma fecha, contamos con 2.789.149 m3, tras haber reg i s t r a d o p r e v i a m e n t e 2.695.599 m3. Esto nos permite hablar de una recuperación significativa, prácticamente reponiendo todo lo descargado durante noviembre”, detalla Juan Carlos González, presidente de la Junta de Vigilancia del río Copiapó. Esto ha permitido no reducir la distribución.
“Aunque las alícuotas de agua distribuidas en el río Copiapó son limitadas, en 2024 logramos algo que no habíamos conseguido en años anteriores: mantener un suministro constante de 100 l/s por distrito durante todo el año. Antes, los caudales solían reducirse en invierno y aumentar en primavera”, explica González. En la Región de Coquimbo, en donde la proyección eraque, de no llover en el invierno, no habría agua ni siquiera para el consumo humano, las lluvias algo aliviaron esa situación, aunque siguen con restricciones. “El panorama muestra un nivel de optimismo, aunque la situación sigue siendo ajustada y compleja. Actualmente, se logra mantener un equilibrio tanto en la ciudad como en el sistema. En este momento, se está entregando un promedio del 15% y se proyecta aumentar al 20% durante los meses de mayor demanda, como noviembre, diciembre, enero y febrero.
Posteriormente, este porcentaje se compensa en los meses de menor requerimiento, de manera que el promedio anual de consumo se mantiene en un 15%”, comenta Gabriel Varela, presidente de la Junta de Vigilancia del río Elqui. Los embalses de la zona del río Elqui, La Laguna y Puclaro, cuentan con 52% y 31% de su capacidad, respectivamente. En esta misma línea, la zo-mósfera que refuerce este fenómeno, asevera Gana. Agrega que a la fecha, el océano permanece más frío de lo habitual, y los vientos alisios, que suelen generar el afloramiento de aguas frías superficiales, no se han fortalecido. “En resumen, se espera un verano más bien promedio en términos de temperatura y precipitaciones. Aunque podrían presentarse algunas lluvias en las zonas donde normalmente ocurren durante el verano, no se anticipan olas de calor más intensas de lo habitual. En los últimos años ha habido un ligero aumento en las temperaturas, pero no hay indicios de un cambio significativo en el panorama climático para este verano”, explica Carlos Gana.
RIEGO CON BUEN PRONÓSTICOSi bien el pronóstico de temperaturas en rangos promedio y de una menor cantidad de olas de calor es una positiva señal a nivel general, queda por ver cómo se presentará la temporada de riego. Y cómo lo haga dependerá no solo de cómo venga el clima, sino también de la acumulación del recurso hídrico, la que tiene grandes variaciones. Dado que este invierno y primavera cayeron lluvias más abundantes, mejoraron las condiciones de acumulación de los distintos embalses del país, incluso en el norte y centro norte. Así, por ejemplo, la proyección para la zona de Copiapó es positiva. “Este año hemos tenido un balance hídrico alentador, es-na del río Limarí mejora el embalsado de agua, pero tampoco por mucho.
Actualmente, el volumen actual versus la capacidad en el embalse La Paloma es de un 12%, con 82,0 mill. /m3 a octubre del presente año, el año pasado a la misma fecha contaba con 36,9 mill. /m3.
En la zona central, esta temporada, la cantidad de agua no es un problema, puesto que hay agua más que suficiente; de hecho, una de las preocupaciones es que los deshielos generen pérdidas del recurso, que no se podría mantener embalsado e, incluso, pueda provocar daños en los sistemas de distribución.
El presidente de la Junta de Vigilancia del río Aconcagua, Javier Crasemann, menciona que “se espera un caudal bastante alto, probablemente superior a los 120 o 140 metros cúbicos por segundo en diciembre, dependiendo de las temperaturas.
Esto no debería representar problemas significativos, aunque sí podría generar ciertos inconvenientes relacionados con el abastecimiento de agua en los canales, ya que estos podrían quedar inutilizables si el exceso de agua en el río supera las tomas, pero eso ya sería un problema que no tiene que ver con la escasez de agua”. El embalse Los Aromos y Peñuelas están con un 99% y un 13% de su capacidad, respectivamente, con 35,1 y 13,3 mill. /m3, respectivamente.
Hacia el sur, los embalses presentan números positivos: todos con más del 50% de su capacidad, excepto el Lago Laja, que mantiene un 41%.. Los próximos meses traerían temperaturas y precipitaciones dentro de rangos normales para la época. La buena noticia es que habrá agua para riego, aunque en algunas regiones aún con restricciones. El embalse Puclaro, en la IV región, alcanzó un 31% de su capacidad.
Clima con buen pronóstico GABRIEL VARELA, JUNTA DE VIGILANCIA RÍO ELQUIAprincipios de a ñ o, l o s anuncios de que La Niña se instalaría con fuerza en el país y traería heladas y temperaturas bajas inquietaron al mundo agrícola. Sin embargo, al menos hasta la fecha, el fenómeno climático no se ha instalado. Sin embargo, eso no elimina completamente la incertidumbre de cómo se comportarán las temperaturas y las lluvias en los próximos meses. La buena noticia es que las proyecciones, al menos para los tres meses venideros, hablan de estabilidad climática. “En mi opinión, diría que este año ha sido bastante promedio en términos de clima. Aunque han ocurrido algunas alzas eventuales, en general las temperaturas han sido bastante bajas. El año pasado, en cambio, fue un año muy cálido debido al fenómeno de El Niño extraordinario que experimentamos. Este año, las temperaturas han disminuido notablemente y la estabilización se ha extendido”, explica el ingeniero agrónomo, experto en agrometeorología, Carlos Gana. Proyecta que para los próximos meses “si tomamos en cuenta la zona desde la cuenca del río Mapocho hasta el río Maule, se podría experimentar un leve aumento en las temperaturas. A pesar de esto, debieran mantenerse en los promedios normales para la época”, menciona Gana.
De hecho, en el último informe de la Dirección Meteorológica de Chile (DMCh) pa-El embalse Puclaro, en la IV región, alcanzó un 31% de su capacidad. ra el trimestre noviembre, diciembre y enero (NDE) 2025, se consigna que “en cuanto a las temperaturas máximas, el pronóstico muestra una condición Sobre lo Normal en la mayoría del país, salvo excepciones como la costa de la Región de Antofagasta y en la Región de Magallanes.
Por otro lado, las temperaturas mínimas estarán mayormente bajo lo normal, aunque en el altiplano, en las regiones Metropolitana y de OHiggins podrían estar por sobre el promedio”. De acuerdo con el mismo informe para el trimestre, las zonas con mayores temperaturas máximas proyectadas son Copiapó e Illapel, con un rango de 27 a 28 C; Santiago y Curicó, con 28 a 29 C, y Valdivia, con 22 a 23 C, entre otras. De todas formas, la mismaDMCh no descarta que podría haber olas de calor, especialmente en zonas del centro norte y norte del país.
PRECIPITACIONES PRESENTES EN ALGUNAS ZONASEn cuanto a las precipitaciones, el informe de pronóstico de la DMCh, para el trimestre noviembre, diciembre y enero 2025, apunta que “en términos de precipitaciones para el comienzo del verano se prevé una mayor probabilidad de lluvias en la zona cordillerana de la Región de Antofagasta. Desde el extremo norte hasta la Región de Valparaíso se presentaría una condición seca, algo normal de esta temporada. Mientras que, en los valles y precordillera, entre la Región Metropolitana y el Maule, podrían esperarsemontos de precipitación para el trimestre en el Rango Normal o Sobre lo Normal. Por ejemplo, en Rancagua, para esta época las precipitaciones normales se encuentran entre 2 mm y 13 mm y en el caso de que estuviera Sobre lo Normal superaría los 13 mm.
Más al sur, desde las regiones de Ñuble hasta Aysén, es probable que los acumulados de lluvias estén bajo su rango climatológico, por ejemplo, en el caso de Chillán se proyectan menos de 31 mm para el trimestre.
En la Región de Magallanes, las precipitaciones estarían entre Normal y Bajo lo Normal”. Así, el informe indica que, de acuerdo a la información con que se cuenta hasta la fecha, Copiapó y La Serena no tendrían lluvias y en Valparaíso no se proyecta más de 1 mm. En Rancagua la proyección es de 0 a 8 mm, en tanto que en Curicó se podría llegar a unos 10 mm.
Bajo lo normal estarían Talca, con 2 a 12 mm; Chillán, con 9 a 26 mm; Temuco, con 38 a 62 mm; Osorno, con 52 a 76 mm; Futaleufú, con 69 a 140 mm, y Punta Arenas, con 15 a 30 mm. El impacto de las menores precipitaciones en el sur puede golpear a la producción de alimentos para la ganadería, ya que no serían suficientes para las necesidades de los pastos. “Aunque puede haber algunas lluvias ligeras, estas no son suficientes para sostener el crecimiento de la vegetación, por lo que se requiere riego constante en las zonas donde sea posible”, comenta Gana. En cuanto a la Patagonia, se prevé un nivel de precipitaciones que puede variar entre normal y ligeramente superior al promedio. Esto suele suceder en años influenciados por un evento débil de La Niña, que podría fortalecerse durante el verano.
Sin embargo, hasta ahora no se ha observado una interacción completa entre el océano y la at-LA SITUACIÓN DEL ÑUBLEAunque la situación en el Ñuble no es positiva, están tranquilos, dice el presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble. Además, esta región presenta particularidades en comparación con otras, debido a la ausencia de obras de regulación en las cabeceras. “Actualmente, el monitoreo indica que los caudales están aproximadamente un 13% por debajo de un año normal, considerando como referencia el promedio de los últimos 30 años. Por ejemplo, en septiembre, se esperaría un caudal promedio de 170 metros cúbicos por segundo, mientras que para noviembre se estima que este será de 140-150 metros cúbicos por segundo, marcando el déficit mencionado. Este comportamiento está alineado con el registro de precipitaciones, que también se encuentra un 17% por debajo del promedio normal.
En un año típico, la precipitación acumulada rondaría los 936 milímetros, mientras que este año se han registrado 722 milímetros, lo que evidencia una relación directa entre el déficit de precipitaciones y los caudales disponibles”, explica Salvador Salgado, presidente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble.
Para la zona de la Región del Biobío también hay noticias positivas en cuanto a los embalses, con el embalse Coihueco con su 100% de capacidad, Ralco con 98% y Pangue con 89%. Un tanto más bajo estaría Lago Laja con 41% de su capacidad. pecialmente si lo comparamos con 2023. El año pasado, para el 22 de noviembre, el embalse Lautaro estaba completamente seco. Hoy, en la misma fecha, contamos con 2.789.149 m3, tras haber reg i s t r a d o p r e v i a m e n t e 2.695.599 m3. Esto nos permite hablar de una recuperación significativa, prácticamente reponiendo todo lo descargado durante noviembre”, detalla Juan Carlos González, presidente de la Junta de Vigilancia del río Copiapó. Esto ha permitido no reducir la distribución.
“Aunque las alícuotas de agua distribuidas en el río Copiapó son limitadas, en 2024 logramos algo que no habíamos conseguido en años anteriores: mantener un suministro constante de 100 l/s por distrito durante todo el año. Antes, los caudales solían reducirse en invierno y aumentar en primavera”, explica González. En la Región de Coquimbo, en donde la proyección eraque, de no llover en el invierno, no habría agua ni siquiera para el consumo humano, las lluvias algo aliviaron esa situación, aunque siguen con restricciones. “El panorama muestra un nivel de optimismo, aunque la situación sigue siendo ajustada y compleja. Actualmente, se logra mantener un equilibrio tanto en la ciudad como en el sistema. En este momento, se está entregando un promedio del 15% y se proyecta aumentar al 20% durante los meses de mayor demanda, como noviembre, diciembre, enero y febrero.
Posteriormente, este porcentaje se compensa en los meses de menor requerimiento, de manera que el promedio anual de consumo se mantiene en un 15%”, comenta Gabriel Varela, presidente de la Junta de Vigilancia del río Elqui. Los embalses de la zona del río Elqui, La Laguna y Puclaro, cuentan con 52% y 31% de su capacidad, respectivamente. En esta misma línea, la zo-mósfera que refuerce este fenómeno, asevera Gana. Agrega que a la fecha, el océano permanece más frío de lo habitual, y los vientos alisios, que suelen generar el afloramiento de aguas frías superficiales, no se han fortalecido. “En resumen, se espera un verano más bien promedio en términos de temperatura y precipitaciones. Aunque podrían presentarse algunas lluvias en las zonas donde normalmente ocurren durante el verano, no se anticipan olas de calor más intensas de lo habitual. En los últimos años ha habido un ligero aumento en las temperaturas, pero no hay indicios de un cambio significativo en el panorama climático para este verano”, explica Carlos Gana.
RIEGO CON BUEN PRONÓSTICOSi bien el pronóstico de temperaturas en rangos promedio y de una menor cantidad de olas de calor es una positiva señal a nivel general, queda por ver cómo se presentará la temporada de riego. Y cómo lo haga dependerá no solo de cómo venga el clima, sino también de la acumulación del recurso hídrico, la que tiene grandes variaciones. Dado que este invierno y primavera cayeron lluvias más abundantes, mejoraron las condiciones de acumulación de los distintos embalses del país, incluso en el norte y centro norte. Así, por ejemplo, la proyección para la zona de Copiapó es positiva. “Este año hemos tenido un balance hídrico alentador, es-na del río Limarí mejora el embalsado de agua, pero tampoco por mucho.
Actualmente, el volumen actual versus la capacidad en el embalse La Paloma es de un 12%, con 82,0 mill. /m3 a octubre del presente año, el año pasado a la misma fecha contaba con 36,9 mill. /m3.
En la zona central, esta temporada, la cantidad de agua no es un problema, puesto que hay agua más que suficiente; de hecho, una de las preocupaciones es que los deshielos generen pérdidas del recurso, que no se podría mantener embalsado e, incluso, pueda provocar daños en los sistemas de distribución.
El presidente de la Junta de Vigilancia del río Aconcagua, Javier Crasemann, menciona que “se espera un caudal bastante alto, probablemente superior a los 120 o 140 metros cúbicos por segundo en diciembre, dependiendo de las temperaturas.
Esto no debería representar problemas significativos, aunque sí podría generar ciertos inconvenientes relacionados con el abastecimiento de agua en los canales, ya que estos podrían quedar inutilizables si el exceso de agua en el río supera las tomas, pero eso ya sería un problema que no tiene que ver con la escasez de agua”. El embalse Los Aromos y Peñuelas están con un 99% y un 13% de su capacidad, respectivamente, con 35,1 y 13,3 mill. /m3, respectivamente.
Hacia el sur, los embalses presentan números positivos: todos con más del 50% de su capacidad, excepto el Lago Laja, que mantiene un 41%.. Los próximos meses traerían temperaturas y precipitaciones dentro de rangos normales para la época. La buena noticia es que habrá agua para riego, aunque en algunas regiones aún con restricciones. El embalse Puclaro, en la IV región, alcanzó un 31% de su capacidad.