Rusia pide a sus ciudadanos más soldados y más nacimientos
Anton Troianovski/The New York Times o que el Kremlin quiere actualmente de los rusos se reduce a dos cosas. Uno: Que los hombres se alisten en el ejército. Y dos; ¡ elas mujeres tengan más hijos.
Al mismo tiempo, el presidente Vladimir Putin ha decretado que el aumento de la natalidad es una prioridad nacional, un plan que entró en una nueva fase represiva la semana pasada con un proyecto de ley que prohibiría cualquier defensa de un estilo de vida sin hijos.
Aunque las campañas son independientes, en la Rusia de tiempos de guerra son dos caras de la misma moneda: el intento cada vez más agresivo del Kremlin de reclutar a los rusos para que transformen a su país y se impongan sobre Occidente.
Alargo plazo, lo que Putin cree es que Rusia necesita más gente; para reforzar una economía cada vez más aislada de Occidente, para reducir la dependencia del país de la migración y, por supuesto, para que haya personas que reclutar en futuras guerras. “El cuerpo se está convirtiendo en un bien público” en Rusia, afirmó Andrey Makarychev, profesor de la Universidad de Tartu en Estonia, quien estudia la relación entre el Estado y el cuerpo de las personas.
“El cuerpo de una mujer es productor de hijos, y el de un hombre esla capacidad de apretar el gatillo y, al final, matar”. Sin embargo, los analistas afirman que un ejército de 1,5 millones no es una meta realista, en gran medida debido a la disminución de la población rusa.
Dara Massicot, experta sobre el ejército ruso de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, sostiene que el reto de Rusia no será solo reclutar nuevos soldados, sino también contar con una fuerza laboral suficientemente grande como para producir las armas y el equipo que un ejército así de grande necesitaría. Putin tiene muy presente este asunto. En una conferencia celebrada el mes pasado en la ciudad de Vladivostok, en la El presidente Vladimir Putin destina cada vez más recursos a dos prioridades conectadas: reclutar más soldados y fomentar las familias numerosas. Costa del Pacífico, Putin elogió a “nuestros hombres” por, aseguró, estarse alistando en el ejército en cantidades “exponencialmente” mayores. Sin embargo, en lo que respecta a la natalidad, el dirigente ruso consideró jue había margen de mejora.
Un reto importante Economistas y demógrafos llevan mucho tiempo señalando que la disminución de la población rusa es un reto importante, En gran medida, es un legado del desplome de la natalidad en medio del caos y la pobreza que acompañaron a la caída de la Unión Soviética; una generación después, hay muchas menos mujeres en edad de rocrear, En un encuentro televisado, le reprochó al gobernador de Volgogrado, en el suroeste del país, que la fertilidad allí “ha disminuido el doble que la media nacional”. “El doble es demasiado”, dijo Putin. “Estamos trabajando en esta tarea, Vladimir Vladimirovich”, respondió el gobernador, Andrei Bocharov, refiriéndose al presidente por su patronímico.
Los objetivos del Kremlin En mayo, Putin declaró que uno de los objetivos clave del gobierno era el aumento de la tasa total de fecundidad de Rusia —una medida del número de hijos que se espera que una mujer promedio tenga a lo largo de su vida—, estableciendo como metas 1,6en 2030 y 1,8 en 2036. El año pasado la tasa fue de 1,41 en Rusia, frente al 1,62 de Estados Unidos.
El número declarado de niños nacidos en Rusia en el primer semestre de este año, 599.630, fue el más bajo en un cuarto de siglo; en total, incluida la Crimea ocupada, la población ha disminuido en 1,8 millones desde 2020, hasta 146,1 millones. Al igual que ha hecho con el reclutamiento militar, el Kremlin está recurriendo alas recompensas económicas para incentivar los nacimientos. Las mujeres rusas que tienen su primer hijo reciben un pago único de 6700 dólares.
El lunes, cuando el gobierno ruso anunció su presupuesto para los próximos tres años, mencionó un gasto previsto de más de 60.000 millones de dólares para ayudar a las mujeres embarazadas y a las familias con hijos. Sin embargo, los funcionarios rusos están mezclando cada vez más esos esfuerzos con su conflicto con Occidente y su imagen de Rusia como bastión conservador. Algunos han pedido una “operación demográfica especial” para aumentar los nacimientos, término que hace eco del eufemismo usado por el Kremlin para hablar de su invasión de Ucrania, la “operación militar especial”.