CÓMO CHILE Y EL MUNDO se enteraron de la tragedia de los Andes
CÓMO CHILE Y EL MUNDO se enteraron de la tragedia de los Andes EL MERCURIO "Minero vio caer avión uruguayo". Así titulaba "El Mercurio" el 15 de octubre de 1972, en sus páginas interiores, la primera noticia que publicó sobre "la Tragedia de los Andes". Había pasado poco más de un día y casi nada se sabía.
Tanto así que hasta ese momento ni siquiera se había confirmado la lista de pasajeros del vuelo 571 de la Fuerza Aérea uruguaya que trasladaba a 45 personas, entre ellas, a 19 miembros del equipo de rugby Old Christians Club.
En Chile, exiguas notas daban cuenta de una compleja búsqueda. "Debido a la llegada de la noche, no fue posible verificar las informaciones proporcionadas por un minero, en el sentido de que el avión uruguayo desaparecido la tarde del viernes en nuestro territorio, con 45 personas a bordo, cayó en el sector de Paso el Tiburcio, en la cordillera, frente a Curicó", decía "El Mercurio". Era una cobertura pequeña comparada con la de la prensa uruguaya, cuyos medios titularon con grandes letras sobre la tragedia. "Desapareció avión con 45 jóvenes uruguayos", se leía en la portada de La Mañana, donde se veía una foto del equipo. Fue una imagen que se usó varias veces en la prensa del país oriental, desde donde varios corresponsales viajaron a Chile. Con el paso de las horas, solo había conclusiones negativas. "Dificultosamente prosigue búsqueda del avión uruguayo", contaba este medio.
Asimismo, el diario Ahora, de Uruguay, expresaba que el lugar donde supuestamente estaba el avión era "de difícil acceso por tierra". Mientras, en Argentina, La Nación mostraba "Pesimismo". Poco a poco, las noticias fueron siendo más espaciadas. La búsqueda había resultado infructuosa y las esperanzas decaían.
Eso hasta que el 22 de diciembre el mundo despertó con portadas muy distintas. "¡Sobrevivientes de avión! ", titulaba "El Mercurio" en su primera página; mientras El País de Uruguay escribía: "¡ Confirmado, dos están a salvo! ", refiriéndose a Roberto Canessa y Nando Parrado, a la vez que una gran infografía mostraba "el lugar de la esperanza", donde los había encontrado el arriero Sergio Catalán. Dos días después, una foto daría vuelta al mundo. Era de los sobrevivientes recibiendo con los brazos en alto --alrededor del fuselaje del avión-a la Fuerza Aérea de Chile. Sería el comienzo de una historia épica y a la vez trágica, que casi 52 años después es rescatada en la película de Netflix "La sociedad de la nieve", nominada a un Oscar. Así se cubrió, en Chile y en el mundo. MILAGRO DE NAVIDAD En diciembre de 1972, el periodista Alipio Vera tenía 27 años. Había estado siguiendo el caso, pero la falta de novedades lo había frenado. Eso, hasta que el 22 de ese mes recibió un llamado de la comisaría de San Fernando. Les había llegado una carta, escrita con lápiz pasta y lápiz labial que decía: "Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace diez días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedaron 14 personas heridas". Vera supo también que pronto los equipos de salvamento se dirigirían al rancho Los Maitenes para comprobar la información. Y ante la posibilidad de una noticia mundial, decidió ir antes, con un camarógrafo. "Él era un hombre de campo. Entonces se aventuró a pasar el control policial que había y comenzó a subir de noche, siguiendo el camino que le había dicho otro arriero y los ruidos de perros. Así llegó hasta la cabaña donde estaban Parrado y Canessa", recuerda su hijo, Rodrigo Vera. Ahí encontró a los dos sobrevivientes que se habían alejado del grupo para buscar ayuda.
Estaban comiendo porotos junto con el arriero Catalán. "En el momento del accidente se desprendió parte del avión, con lo cual parte de nuestros compañeros ya desaparecieron", dijo Roberto Canessa al periodista, en su primera entrevista. El golpe periodístico de Vera y, luego, el rescate, dos días después, del resto de los sobrevivientes, traspasó fronteras.
El 23 de diciembre, el New York Times llevó en su portada la foto del rescate con el título: "16 sobrevivientes del avión estrellado el 13 de octubre son encontrados en Chile". Crónica, de Argentina, resaltaba en grandes letras el titular: "¡ Milagro! ¡Hay sobrevivientes!". Receta parecida usó Clarín en su portada: "Milagro de Navidad en la cordillera". Precisamente, la fecha del rescate definitivo, dos días antes de Nochebuena, sería un tema recurrente. Especialmente para los uruguayos, cuyo país "vivía un júbilo indescriptible", según los medios de la época. "En Chile viven milagrosa Navidad los 16 salvados", decía el diario La Mañana. LA ÚLTIMA NOCHE Faltaba aún, eso sí, la historia más íntima. ¿Qué había pasado en esos días? Era una interrogante que, desde muy temprano, fue satisfecha. De hecho, los protagonistas del denominado "Milagro de los Andes" comenzaron a dar detalles casi inmediatamente.
Una muestra fue un artículo de "El Mercurio", del 25 de diciembre, titulado "Relato de la última noche en la montaña", en el que se narraban las últimas horas del grupo en el Valle de las Lágrimas. "La última noche en el cascarón del avión fue alegre. Sus habitantes cantaron, recitaron y hasta algunos chistes se deslizaron. La atmósfera de tristeza y desesperanza precedente se transformó mediante el influjo de Sergio Díaz, del Cuerpo de Socorro Andino", decía la crónica.
Esa jornada, el rescatista Díaz, quien estaba de cumpleaños, pasó la noche con ellos antes de que se recogiera al último grupo. "Nos dio contención y protección", recordó años después el sobreviviente Gustavo Zervino, que solía decir que el andinista lo acompañó y ayudó a identificar los cuerpos. "Dijo que adentro había olor a muerte, pero igual se quedó con nosotros", añadió. El rescatista sufriría luego un trauma psiquiátrico y viviría solo dos años más. Poco después del rescate, Canessa y Parrado ahondaron más sobre lo vivido. "Los estudiantes de medicina se encargaron del cuidado de los enfermos y de controlar la alimentación. Los de arquitectura, de acomodar de la mejor forma posible nuestro `inconfortable hogar'", contaba el primero. El 27 de diciembre, la mayoría de los 16 viajaron a Uruguay para reencontrarse con sus familias. Y al cabo de pocas semanas comenzaron a retomar sus vidas. Una de las excepciones fue Roy Harley, quien por su delicado estado de salud --llegó a pesar 38 kg-debió quedarse más tiempo en Santiago. En conversación con "El Mercurio", recuerda aquellos días: "Yo volví muy delgado.
Cuando regresé a Montevideo, mi familia me cuidó y protegió de la voracidad de los medios de aquella época". Agrega que "en marzo 1973, ya había retomado la carrera de ingeniería en la universidad, y en abril estaba de vuelta practicando rugby, haciendo masa muscular. El retorno a la vida fue sencillo. No me daba cuenta de lo que había vivido. Yo estaba muy feliz porque le había ganado a la muerte". Sin embargo, ya varios medios, en Chile y en el mundo, insinuaban que la historia era bastante más "dramática" que eso. DEBATE ÉTICO "¿ De qué se alimentaban?". Fue la segunda pregunta que Alipio Vera hizo en su entrevista. Canessa y Parrado vacilaron.
Hubo un silencio y antes de responder, uno de los dos alcanzó a decir que "de ese tema mejor no contestar". El Comercio de Lima fue, el 25 de diciembre, el primer medio que publicó lo que era un secreto a voces. "Se hace cada vez más evidente que los 16 sobrevivientes practicaron antropofagia", tituló.
Dos días después, con los protagonistas ya en Uruguay, el hecho sería reconocido en una conferencia. "Nosotros pensamos, si Jesús en la última cena repartió su cuerpo y sangre a sus apóstoles, ahí estaba dando a entender que debíamos hacer lo mismo: tomar su cuerpo y sangre que se había encarnado", diría Pancho Delgado, el portavoz de los sobrevivientes. Desde ese momento, la cobertura de la tragedia de los Andes tomó un tono distinto. Más ético y moral que factual.
Psiquiatras, médicos y sacerdotes aparecieron en las páginas de diarios como New York Times, debatiendo... ¿Era el cristianismo compatible con el canibalismo? "Se le puede permitir a una persona comer carne de cuerpos humanos si es que no hay una alternativa para la supervivencia", expresaron dos profesores de teología el 28 de diciembre. Por los mismos días, un medio español se sumó al debate con una nota titulada "Necrofagia en los Andes", donde se presentaba un diálogo entre juristas, doctores, sacerdotes y psicólogos. Con el correr de los días, varios medios del mundo titularían de forma similar. El debate llegaría incluso a la Santa Sede. ¿Habría una condena religiosa? No la hubo. El Vaticano decidió apoyar las decisiones extremas tomadas por los uruguayos e incluso se hizo un acto para absolver a los 16 del pecado de la antropofagia. De ahí en adelante sus vidas cambiaron. Ahora eran héroes en su país.
Y lo serían el resto de sus días, hasta hoy, cuando debido a la película volvieron a estar en la noticia. "Aunque pasó hace 51 años, la historia siempre se ha mantenido vigente y contiene muchas lecciones interesantes de liderazgo, trabajo en equipo, toma de decisiones, adaptación al cambio, ética, solidaridad, actitud, resiliencia.
Naturalmente que con el estreno de `La sociedad de la nieve', los galardones y nominaciones, y lo viral en las nuevas redes sociales, han hecho que pareciera que el avión se cayó hace dos meses y acabamos de volver de la cordillera, es impresionante", dice a "El Mercurio" Carlitos López, otro de los sobrevivientes. La mayoría de los 16 nunca se alejó de los medios. Los hay políticos --hubo incluso un candidato a la presidencia--, charlistas, escritores, guionistas y empresarios. Han colaborado para dos películas y solo se sabe de uno que nunca más se subió a un avión. Y es que, casi 52 años después, la sociedad de la nieve persiste.
En los medios, en la cultura y en la historia. n CÓMO CHILE Y EL MUNDO se enteraron de la tragedia de los Andes ENTRE OCTUBRE Y DICIEMBRE DE 1972: La película "La sociedad de la nieve" --la más vista en Chile de Netflix-trajo a la memoria la historia de los 16 uruguayos sobrevivientes del Valle de las Lágrimas. Casi 52 años después, acá contamos cómo informó la prensa, desde la desesperanza de la búsqueda hasta los detalles más escabrosos, y el debate ético de una de las noticias más dramáticas jamás contadas. D. BRICEÑO y M. BAKIT La foto que dio vuelta al mundo, en la portada de "El Mercurio" del 23 de diciembre de 1972. Carlos Páez es uno de los sobrevivientes de la tragedia. EL MERCURIO Juan Antonio Bayona, director de "La sociedad de la nieve". EFE/ JAVIER LIZÓN Los sobrevivientes siendo rescatados por los helicópteros de la Fach..