Autor: Su arrolladora victoria lo sacudirá todo.
Bienvenido al mundo de Trump
Bienvenido al mundo de Trump { THE ECONOMIST La elección presidencial }Una victoria asombrosa ha coronado a Donald Trump como el presidente estadounidense más importante desde Franklin D. Roosevelt (FDR). Tras derrotar a Kamala Harris y no por poco, sino por un amplio margen, el 45º Presidente de Estados Unidos se convertirá en el 47º. El hecho de que sea el primero en ganar mandatos no consecutivos desde Grover Cleveland en 1892 no hace justicia a su logro. Ha definido una nueva era política, para EE.UU. y para el mundo. En cierto modo, la era Trump es muy moderna. Ha sido posible gracias a los cambios tecnológicos y a la fragmentación de los medios de comunicación, en un momento en el que es difícil distinguir entre derecho y política y entre política y espectáculo. Pero también es un regreso a una vieja idea de EE.UU.
Antes de que la lucha contra el fascismo convenciera a FDR de que a su país le interesaba ayudar a poner orden y prosperidad en el mundo, el país era hostil a la inmigración, desdeñaba el comercio y era escéptico con los enredos exteriores. En las décadas de 1920 y 1930 eso condujo a tiempos oscuros. Podría volver a ocurrir. Tras la victoria del martes, el mundo está a los pies de Trump. Ha ganado un mandato y, probablemente, el control sobre Washington que necesita para ejercerlo. En lo que se suponía que iban a ser unas elecciones ajustadas, Trump ganó en la mayoría de los estados disputados. Gracias a grandes oscilaciones en estados que nunca estuvieron en duda, como Florida, Nueva Jersey y Nueva York, también ganó elvoto popular. Como pronosticaban las encuestas, obtuvo un gran apoyo de los hombres latinos. Pero las mujeres, de las que Harris esperaba que se inclinaran a su favor, también se decantaron por Trump. Su victoria se completará con la recuperación del Senado por parte de los republicanos y, como parece probable, de la Cámara de Representantes. Ya habrá tiempo para las recriminaciones entre los demócratas sobre lo que salió mal, pero la primera respuesta es: casi todo. Encuesta tras encuesta, el país iba en la dirección equivocada bajo la presidencia de Joe Biden. Los votantes nunca le perdonaron el estallido de la inflación que comenzó en el verano de 2021.
El gobierno de Biden promovió una visión de la cultura que no está en sintonía con la mayoría de los estadounidenses, especialmente en materia de sexo y género, que apareció en muchos anuncios de la campaña de Trump. Lo más perjudicial de todo es que los votantes de todo el país se enfurecieron por el fracaso de los demócratas a la hora de detener a las personas que cruzaban ilegalmente la frontera sur. El partido agravó sus errores ocultando la descalificadora fragilidad de Biden hasta que fue innegable. Para entonces ya no tenían tiempo de encontrar un talentopolítico capaz de vencer a Trump. Algo más profundo está en marcha, también. En 2016, algunos se consolaron pensando que la presidencia de Trump era una aberración. Al optar por pasar por alto sus intentos de impedir el traspaso de poder a Biden en 2020, los votantes han demostrado lo equivocada que era esa conclusión. En su lugar, han respaldado la explotación sin límites del partidismo por parte de Trump como base de su política, incluida la calumnia de sus oponentes como corruptos y traidores. Esto ha extendido un cinismo y una desesperación sobre los méritos del gobierno que pueden servirle a él, pero que no servirán a la democracia de Estados Unidos. MAGA (Make America Great Again) es un movimiento de iconoclasia contra el tipo de internacionalistas benignos que ocuparon la Casa Blanca durante 70 años. Esta semana una mayoría de votantes lo ha abrazado con los ojos abiertos. Si Trump ha destruido el viejo orden, ¿qué ocupará su lugar? Mientras que el antiguo EE.UU. defendía el libre comercio, Trump acelerará la vuelta al mercantilismo de antes de la guerra. Es un partidario de los aranceles. Afirma que los déficits comerciales son la prueba de que los extranjeros toman a su país por tonto. Bajo su mandato, es probable que Estados Unidos sea derrochador, ya que él y su partido impulsarán recortes fiscales que aumentarán aún más el déficit presupuestario. Trump ha prometido una desregulación masiva. Esto puede traer beneficios, pero al próximo Presidente le encanta el poder y anhela la adulación. Existe el riesgo de que consiga acuerdos especiales para suspartidarios, como Elon Musk, el hombre más rico del mundo. Nuestra esperanza es que Trump evite estos escollos, y reconocemos que en su primer mandato lo hizo en su mayor parte. Nuestro temor es que durante esta presidencia se muestre más radical y desenfrenado, especialmente si, como Presidente de mayor edad de la historia de EE.UU., sus poderes empiezan a fallarle. Habiendo aprendido de Trump 1, su equipo se asegurará de que nadie que pueda frenarle sea nombrado para la administración. Así, podrá aprovechar al máximo su control del Congreso y su mandato popular. En las décadas posteriores a FDR, la política exterior estadounidense funcionaba a través de alianzas. En cambio, el instinto de Trump es tratar a los aliados como tontos a los que hay que sacudir. Le gusta decir que es tan impredecible que los adversarios de Estados Unidos se acobardarán demasiado como para intentar algo. Es posible que consiga llegar a un acuerdo con Vladimir Putin sobre Ucrania que no acabe con tanques rusos en Kiev. También podría presionar a Irán y disuadir a China de utilizar su poder militar para dominar Asia. Pero si las amenazas de Trump parecen fanfarronadas, suimprevisibilidad es igual de probable que fomente la agresión china y rusa. Lo que está claro es que la incertidumbre impondrá costos a los aliados de Estados Unidos, especialmente en Europa. Si temen no poder contar con el apoyo de Trump cuando se vean amenazados, tomarán medidas para protegerse. Como mínimo, los aliados de EE.UU. tendrán que gastar más en su propia defensa. Si no pueden reunir suficientes armas convencionales para disuadir al agresor local, algunos de ellos podrían seguir a Gran Bretaña y Francia y tratar de adquirir armas nucleares. El juego de la imitaciónParte de la influencia mundial de Estados Unidos se debe al poder del ejemplo. En su propia política y en su conducta internacional, sus dirigentes eran conscientes de los precedentes que sentaban. Lo notable no era que a veces rompieran las reglas, sino lo mucho que se atenían a ellas. Con Trump ocurrirá lo contrario. Su victoria inspirará a imitadores en otros lugares. En Brasil, Jair Bolsonaro fue elegido dos años después de la victoria de Trump en 2016. En Francia, Marine Le Pen parece ahora la Presidenta más probable en 2027. El movimiento internacional de populistas nacionalistas que parecía menguar después de 2020 se reavivará. Si Trump utiliza el sistema judicial contra sus oponentes, como ha prometido, dará un ejemplo peligroso. La victoria de Trump tardará tiempo en calar hondo. Estados Unidos sigue siendo la potencia preeminente. A pesar de la degradación de su política, su economía es la mejor del mundo, al menos por ahora. Domina la inteligencia artificial. Es rica y sus Fuerzas Armadas son insuperables, aunque el Ejército Popular de Liberación se está poniendo al día. Sin embargo, sin el interés propio ilustrado estadounidense como principio organizador, el mundo pertenecerá a los matones. Los países serán más capaces de intimidar a sus vecinos, económica y militarmente, sin temor a las consecuencias. Sus víctimas, incapaces de acudir a Estados Unidos en busca de alivio, estarán más dispuestas a transigir o capitular. Las iniciativas globales, desde la lucha contra el cambio climático hasta el control de armamentos, son ahora más difíciles. El viejo orden en el nuevo mundoSin duda, Trump replicará que este es un problema del mundo, no de Estados Unidos. Con él, los estadounidenses pueden seguir con sus vidas libres del peso de las responsabilidades exteriores. Sin embargo, dos guerras mundiales y el ruinoso colapso del comercio en la década de 1930 demuestran que Estados Unidos no puede permitirse ese lujo. Durante un tiempo posiblemente durante años EE.UU. puede estar bien. Con el tiempo, el mundo se pondrá a su altura. DERECHOSEXCLUSIVOS. TRUMP prefiere políticas proteccionistas y el aislaci