Sanar el dolor desde el amor: la decisión de la familia de Renata Riffo que dio esperanza
Sanar el dolor desde el amor: la decisión de la familia de Renata Riffo que dio esperanza APUNTAN A CREAR FUNDACIÓN Cuatro meses después de la inesperada partida de la joven de 18 años sus padres, Michael Riffo y Verónica Martínez, han encontrado en el dolor una oportunidad para dar esperanza a otros. A través de la donación de órganos, un acto que reflejaba la generosidad de su hija, la familia busca sensibilizar a la comunidad sobre su importancia. El mes de julio de 2024 quedará marcado para la familia Riffo Martínez. Su hija Renata Riffo, de tan solo 18 años, perdió la vida de forma inesperada. Hoy, a cuatro meses del trágico día, sus padres, Michael y Verónica, enfrentan el dolor de su partida con una fuerza impresionante, buscando transformar ese sufrimiento en un legado de amor.
A través de su testimonio, quieren concientizar a la comunidad sobre la importancia de la donación de órganos, un acto que, para ellos, representa "sanar el dolor desde el amor". Michael recuerda el trágico día con bastante claridad, "Fue un día absolutamente normal". Renata, quien acababa de finalizar el primer semestre de su carrera de Derecho en la Universidad Católica del Norte fue a almorzar con su pololo, Joaquín, para luego pasar la tarde con su madre en su negocio, ubicado en la Avenida Balmaceda.
Ese mismo lugar, donde se realizó esta entrevista, tiene en su mesón principal una fotografía de Renata, con su eterna sonrisa, con la que la recuerdan todos. "Estaba radiante, plena, había pasado todos sus ramos, feliz, recibía a sus amigas que estudiaban fuera de la región, estaba muy luminosa", rememora su padre.
Como de costumbre, antes de las 17:00 horas se dirigió al gimnasio, es en ese momento que Renata le advirtió a Joaquín, su pareja, que sentía un fuerte dolor en la cabeza y que no era normal, ya nunca había experimentando un dolor así. Su pololo rápidamente intentó contactar a Verónica, pero fueron cosas de minutos y Renata se desvaneció. "No tenemos muchos reproches con el gimnasio. Llamaron rápidamente a la ambulancia, pero lo que provocó este desvanecimiento lo entendimos después, con los exámenes. Renata tenía una malformación congénita en el tronco encefálico, y una de las venas se rompió, inundando su cerebro en segundos. No tuvo más conciencia, ni dolor, ni nada; fue muy rápido, " explica Michael. Renata junto a su familia, sus padres Michael Riffo y Verónica Martínez y sus hermanos Joaquín (20) y Clemente (10). La joven de 18 años siempre será recordada por su sonrisa radiante.
CEDIDA CEDIDA UN MOMENTO DE DECISIONES Renata llegó al hospital de Coquimbo alrededor de las 18:30 horas, donde el equipo médico "actuó de manera extraordinaria". Tras realizarle los exámenes pertinentes, cerca de las 22:00 horas, el jefe de neurología se acercó a la familia para darles la devastadora noticia: Renata tenía muerte cerebral y solo respiraba gracias al ventilador mecánico. Al día siguiente, un equipo médico nuevamente revisó su caso, confirmando que no había esperanza. "Nos explicaron esto detalladamente, con mucha delicadeza y nos indicaron que le realizarían los últimos exámenes. La desconectaron para ver si su cerebro respondía, si había algún impulso eléctrico. En mi caso, mi hija no reaccionó, " recuerda Michael. Antes de los exámenes finales, la familia ya había tomado la decisión de manifestar su voluntad de donar los órganos de Renata. Sabían que, aunque la situación era irreversible, este gesto podría salvar otras vidas.
A pesar del dolor, su decisión se basó en el amor y el deseo de que la generosidad de su hija continuara ayudando a otros, algo que Renata siempre habría querido. "Ella era muy preocupada de todo, de sus amigos, de los demás, defensora de los demás, por eso creo que había decidido estudiar Derecho, muy solidaria. De hecho, el primer año, cuando ingresaron al colegio, la premiaron con el Premio de la Solidaridad. Por lo que no lo dudamos ni un momento en que fuera donante, " afirma Verónica, su madre. "No tengo ninguna duda de que mi hija está feliz con esa decisión.
También tiene que haber impactado en la gente que recibió sus órganos y logró tener una segunda oportunidad de salir adelante, " señala Michael, su padre. `SANAR EL DOLOR DESDE EL AMOR' Para Verónica, el proceso de duelo ha sido un camino de preguntas y transformación, buscando darle un sentido a la muerte de su hija. "Uno no aprende las cosas hasta que no le pasan, " reflexiona.
A medida que ha ido atravesando este proceso, ha encontrado consuelo en la gratitud de quienes han agradecido no solo a ellos como familia, sino también a Renata, quien, a través de su generosidad, sigue ayudando a otros incluso después de su partida. "Recibimos de mucha gente la gratitud de que nuestra hija fuera donante. Ahí también uno se da cuenta de que la gente está agradecida, aunque ni siquiera ellos hayan sido los beneficiados. Además, día a día sentimos mucho amor de la gente que nos acompaña con nuestro dolor" señala con emoción.
Por su parte, Michael recuerda una frase que ha quedado grabada en su memoria desde ese día: "No hay mejor manera de sanar el dolor que desde el amor. " Esa frase le ha dado fuerza y le ha permitido encontrar un significado en la tragedia. "El amor es capaz de mitigar el dolor, y también me he sentido muy comprometido en tratar de apoyar a otros, " comenta Michael, visiblemente emocionado. LA DESPEDIDA COMO HEROÍNA Una de las experiencias más conmovedoras para la familia Riffo Martínez fue la despedida de Renata en el hospital. "La despidieron como heroína, " recuerda Verónica.
El personal del hospital de Coquimbo no solo mostró una enorme profesionalidad en el cuidado de su hija, sino que también brindó un homenaje especial en su partida. "Le realizaron una despedida a la Rena donde estaba presente todo el personal del hospital, formando una especie de túnel. Para el hospital fue algo muy importante", relata Verónica, visiblemente emocionada.
Palabras a las que también se suma Michael, quien resalta la humanidad del equipo médico que atendió a Renata. "Uno es súper crítico de los servicios de salud públicos y hemos tenido poca PAULA GARVISO G. La Serena. Sanar el dolor desde el amor: la decisión de la familia de Renata Riffo que dio esperanza experiencia porque nunca nos había pasado nada importante. La verdad es que, en un momento tan doloroso como el que vivimos, me saco el sombrero por la humanidad del personal, por cómo trataron a nuestra hija", manifestó. trataron a nuestra hija", manifestó. UNA FUNDACIÓN PARA EL CAMBIO Tras la muerte de Renata, Michael y Verónica decidieron que su dolor no quedaría en silencio. Quieren que la memoria de su hija perdure a través de acciones que puedan generar un cambio real en la sociedad.
En este proceso, Michael ha decidido fundar una organización que no solo visibilice la importancia de la donación de órganos, sino que también eduque y derribe los mitos que existen al respecto. "Lo primero que buscamos es que sea un tema que se ponga arriba de la mesa en reuniones familiares, donde se pueda conversar acerca de la muerte en familia, las decisiones que se enfrentan con ello para que queden claramente establecidas las voluntades, tanto la donación de órganos, como el destino final, o dónde estarán despidiéndola ", indica. "Al armar una fundación, primero quiero hacer partícipe a las personas.
Ya hay muchos que nos han escrito que quieren ser parte, y cómo lo hacemos primero me educo, me informo, me preparo y lo empiezo a hacer visible, " El emotivo homenaje que el personal del hospital de Coquimbo brindó a Renata, despidiéndola como una heroína. CEDIDA explica Michael.
Para él, es fundamental que el tema de la donación de órganos sea una conversación abierta en colegios, universidades y medios de comunicación, para que la gente pueda reflexionar sobre el tema y tomar decisiones informadas. "Yo solo no puedo hacerlo, necesito una estructura y formalidad, y eso me lo da una Fundación, " concluye. Hoy, la familia Riffo Martínez es un ejemplo de valentía y resiliencia.
A pesar del dolor, han logrado transformar su sufrimiento en una causa noble: fomentar la donación de órganos, un acto que no solo salva vidas, sino que también mantiene viva la memoria de Renata, una joven generosa y solidaria que, aún en su partida, continúa brindando esperanza a otros.
En la Región de Coquimbo, el programa de donación de órganos del Hospital San Pablo funciona las 24 horas, los 7 días de la semana, con el objetivo de dar esperanza a quienes esperan un trasplante. Según Lida Miranda De la Fuente, enfermera jefe de la Unidad de Procuramiento de órganos y tejidos, solo quienes fallecen por muerte cerebral pueden ser donantes, lo que limita las posibilidades. Este año, apenas se han concretado cinco donaciones de órganos en la región. Cuando se confirma la muerte cerebral, el equipo médico informa el deceso a la familia, y la Unidad de Procuramiento verifica la voluntad del fallecido. Además, ofrecen apoyo emocional con ayuda de una psicóloga, buscando humanizar este difícil momento. "Sabemos que la donación ayuda en el duelo y resignifica este momento tan duro", explicó Miranda.
Con respeto y empatía, invita a las familias a reflexionar sobre el valor de cumplir la voluntad de sus seres queridos: "Este puede ser el último acto en el que su valentía permita que otras personas sigan viviendo". El último acto de valentía.