"Soy un sobreviviente"
"Soy un sobreviviente" 6 C ristián Valdés Eguiguren llega todos los días cerca de las 11de la mañana a su fábrica de muebles en Huechuraba.
Vistiendo pantalón de cotelé y un suéter de lana, tejido por su mujer, se instala en el taller que comparte con su hijo Tomás para trabajar en los planos de algún modelo surgido como variante de la silla de madera laminada que creó en 1977, la famosa Silla A. "Ese fue el gran invento, lo demás son utilizaciones que salen de ella. Pero la idea es que todas tengan sentido, utilidad y que formalmente estén bien resueltas", dice el arquitecto de 93 años y Premio Nacional de Arquitectura 2008.
Hijo del gran mueblista Luis Valdés Freire, antes de titularse de la Universidad Católica de Valparaíso en 1962, Cristián aprendió a dibujar trabajando con su papá, y aunque los modelos de estilo que hacían ahí no eran de su gusto, esa experiencia ebanística de tres años le enseñó a entrenar la mano y afinar la vista.
Así se dio cuenta, décadas más tarde, de que el trabajo laminado de la clásica Dunlop Maxply con la que jugaba tenis resultaba ser equivalente al de la marquetería. "Por eso utilicé esa cualidad de la raqueta para hacer la silla", recuerda.
En ese entonces Cristián Valdés tenía 45 años. "Yo era arquitecto, nada más", dice; pero un comentario casual de un amigo lo impulsó a crearla: "Este me hizo ver cómo se perdía material en la carpintería de muebles de estilo y al contarle esto a otro amigo ingeniero, este me dijo `hazla', pensando en una silla que no dejara tantos residuos; en un mes y medio estaba inventada", relata mientras recorre su fábrica y explica cada uno de los pasos de producción de ese singular sistema que creó para optimizar el uso de la madera. "Yo no tenía el conocimiento ni había en Chile registro de cómo se hacían estas cosas.
Si hubiera sido alemán o sueco, esta silla no existiría, pero como tuve una serie de problemas al diseñarla, no me quedó otra que resolverlos de una manera particular". Se refiere, por ejemplo, a cómo solucionó "Soy un sobreviviente" Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, José Luis Rissetti Z. La Banqueta M en color marfil; se puede encargar en distintas medidas.
En cuero verde inglés, el nuevo modelo Piso PB, de 2024. "El mueble te exige una fórmula de simplificación, la obra lo va pidiendo, uno se convierte solo en una respuesta". Al fondo del taller, prototipos que hizo para el Piso PB. Con cueros nacionales seleccionados de una curtiembre en Chillán, se arman las fundas.
ENTREVISTA Fue una casualidad la que llevó al arquitecto Cristián Valdés a crear en 1977 la silla por la que es más conocido, pero sin pensarlo terminó por inventar un sistema constructivo que hasta hoy usa para desarrollar nuevos modelos de muebles, variantes de ese diseño a base de madera laminada y cuero que es un ícono nacional. "Esto es pura artesanía", dice a sus 93 años en la fábrica donde se sigue trabajando cada proceso a mano, con cariño, custodiando un valioso legado mueblístico.. "Soy un sobreviviente" Cada pieza se elabora de manera artesanal; por eso, se hacen a pedido con demora de 35 días. el tema estructural según el principio de resistencia resistencia de los materiales, abriendo espacios en las zonas críticas de apoyo: “Eso no existía en el mundo”, afirma. No le fue difícil crear pronto la Silla B, el Sillón H y otros modelos que acompañaron el diseño original, todos a partir de costillas de madera, estructura de acero y funda de cuero. “Al principio no nos quería nadie. Yo iba donde arquitectos amigos amigos y les pedía que me compraran muebles.
Germán Bannen me encargó las sillas de la cafetería del Club Providencia en 1978, y en un plazo que no cumplí, tuve que hacer 50”. Pero pasó poco tiempo antes de que los Muebles Valdés se volvieran un ícono del diseño diseño chileno y fueran reconocidos internacionalmente, internacionalmente, con hitos como el de 1987, cuando Quienes trabajan son expertos en su oficio: “Son profesores que nos enseñan”. el Papa Juan Pablo II usó la Silla B en el encuentro encuentro del Estadio Nacional; o en 1995, el Si Si llón H destacado porArchitectural Digest; ola presentación de la Silla A en el MoMA para la exposición “Crafting Modernity: Design in Latin Latin America 1940-1980”, en 2023. En un edificio que proyectó en 1992 con su hijo Cristián Valdés Ruiz, instaló la planta en la que se sigue trabajando de manera artesanal. “Es como volver a la Edad Media, todo se hace hace a mano, es pura artesanía.
Lo mismo que fabricar zapatos”, dice, El Piso PB y el Sillón BL son dos modelos que se lanzaron recientemente, recientemente, piezas que si bien nacen del mismo sistema creado hace casi 50 años, tienen su individualidad y belleza propias, tal como cada cada mesa, banqueta y sillón que forma parte del catálogo (cristian-valdes. com). Creo que estos muebles gustan porque son herederos de esa experiencia mueblística que yo tuve con mi papá. Son modernos en su concepto estructural, pero en sus formas son tradicionales dice Cristián.
Y reconoce que en el proceso de cada uno se reúnen especialidades especialidades a cargo de maestros que son cada vez más escasos: desde el corte del cuero, la costura de J j. ç. las fundas, el armado del chasis de fierro, el modelado de las tulipas de haya y ulmo, o el trabajo en la barraca de las piezas de madera.
Qué es lo que más te gusta de tu silla? La silla Valdés es el resultado de situaciones situaciones reales de la vida, es lo mejor que pude hacer... hacer... me gusta esa cosa pelada que tiene de perfil, es como esquelética y eso me gusta, que se vea la fuerza de la resistencia estructural estructural de los materiales. Casado desde hace más de 60 años con Paulina Ruiz, con quien tuvo cinco hijos, todavía todavía vive en la casa que diseñó en José de Moraleda, Moraleda, en Las Condes. “Para mí, la arquitectura arquitectura es mucho más importante que todo esto. esto. Pero la silla nace de una acumulación de experiencias.
No toda la gente tiene experiencia, experiencia, hay gente que deja pasar las cosas y confía más en los conocimientos, para mí es todo al revés y es lo que me enseñaron en la Escuela de Valparaíso Alberto Cruz y Godofredo Godofredo lommi, el método de aprender las cosas basado en la experiencia y la emoción”, ¿Sigues haciendo arquitectura? Ya no me encargan proyectos, a mi edad soy un sobreviviente. VE) Enelnuevo Sillón BL, como en los demás, Valdés busca que haya aire..