Autor: Marcela Lara Catalán
Valoración de la profesión docente
Valoración de la profesión docente OpiniónPresidenta Decanos y Decanas Facultades de Educación Ues. PrivadasEn el último tiempo se ha debatido desde diversos escenarios sobre los desafíos de la formación de profesores yprofesoras en nuestro país.
Porcierto, este debiese ser un tema de alcance nacional no solo por la importancia que ello supone para las instituciones formadoras y los establecimientos educativos, sino también por su impacto en el desa-rrollo humano en Chile, según consta en elúltimo informe recientemente publicado por el Programa de las Naciones Unidaspara el Desarrollo, PNUD 2024. Efectivamente, el debate debiese ir más allá del aumento de los criterios de selectividad para el acceso a estudiar pedagogía o los mecanismos para frenarel déficit docente. Es necesario contextua-lizar y profundizar en la temática desdeuna perspectiva sistémica y proyectiva. Para las instituciones formadoras de profesores y profesoras, el escenario esdesafiante.
Interesa aportar en la defini-ción de políticas para el desarrollo de la profesión docente contextuales y profundas que permitan, por una parte, abordar las tensiones derivadas de la evaluaciónde la ley de Desarrollo Docente realizada por el PNUD recientemente, donde el acceso es una de ellas. Por otro lado, losrequerimientos del propio sistema escolar y de nuestros(as) estudiantes debiesen orientar el debate sobre la formación dedocentes y sus complejidades.
La tarea formadora es crucial para avanzar como sociedad, tenemos la responsabilidad de “conducir los cambios para un desarrollo humano sostenible”, tal como nos demanda el PNUD en suúltimo informe titulado “¿ Por qué noscuesta cambiar?”. El Plan Nacional Docente reciente-mente presentado por el Mineduc es un buen inicio para fortalecer al sistema escolar y sus docentes, pero también necesitamos avanzar en fortalecer la formación universitaria de profesores y profesoras en cuanto a las mejores condiciones para que las instituciones universitarias puedan desarrollar fehacientemente sus propuestas for-madoras.
Quizás sea tiempo de pensar como sociedad en una profesión docente y un sistema educativo más robustos, en que, sin abandonar la idea de disponer de criterios de admisión rigurosos, podamos avanzar hacia sistemas de ingreso más pertinentes, variados ypredictivos y así alcanzar los perfiles que demanda la profesión. Las universidades que han contribuido a formar docentes se enfrentan a unadicotomía. Por un lado, deben atendera políticas focalizadas en elevar los estándares de las carreras pedagógicas y, por otro, sostener la baja matrícula en ellas, apoyando el desafío país queimplica enfrentar el déficit de docentes proyectado.
Por ello es que se hace necesario potenciar el impacto que tienen otras formas de ingreso a la formación docente, como son los Programas deAtracción Talento Pedagógico (PATP), asegurando su adecuado funcionamiento y sostenibilidad y generando evidencia sobre su contribución al ingreso de más y mejores estudiantes a las carreras depedagogía. Además, es importante complejizar la discusión sobre qué significa seleccionarmejores candidatos a la docencia, cuáles son los mecanismos más pertinentes y los criterios más adecuados para lograreste objetivo. El debate sobre establecermayores exigencias de admisión a las pedagogías para fortalecer la profe-sión docente no se beneficia cuandose limita al acuerdo o discusión sobreun puntaje estandarizado. El debate es más complejo e integral.. Opinión