Entre sequías e inundaciones, el Niño amenaza con provocar estragos en América Latina
H ace unas semanas, en pleno invierno, en las calles de Buenos Aires, Lima y Santiago se veía a gente en polera, pero, a la vez, varias ciudades sudamericanas enfrentan la amenaza de prolongadas lluvias. Son dos caras de la misma moneda: el fenómeno de El Niño, que se inició unos dos meses antes de lo habitual y que llegó con una inusitada fuerza a la región.
El conocido fenómeno se caracteriza por un incremento de la temperatura marítima, lo que provoca no solo olas de calor, sino que abundantes precipitaciones, inundaciones y aludes, que pueden generar estragos en un país si no está preparado.
Al mismo tiempo, puede provocar sequías, que podrían afectar a Centroamérica y el norte de Sudamérica, según la Organización Meteorológica Mundial. "El Niño impacta regiones de todo el mundo al alterar primero la forma normal en que la atmósfera fluye a través de los trópicos, lo que luego afecta el funcionamiento de la atmósfera. Este cambio modifica dónde tiende a llover, lo que hace que algunas áreas reciban más lluvia de lo normal y otras reciban menos. Esto puede ocurrir incluso para diferentes partes del mismo país, como el caso de Brasil. Así es como El Niño puede provocar sequías en algunos lugares e inundaciones en otros", dijo a "El Mercurio" Tom Di Liberto, meteorólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. El Niño más devastador ocurrió entre 2015 y 2016. En América Latina, decenas de millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria por el daño de las cosechas y la inflación en los alimentos y de la energía. Se pronostica que el de este año podría ser igual o peor. n Altas temperaturas Para muchos fue la primera señal de que este año el invierno sería distinto que en épocas anteriores. Varios países de Sudamérica vivieron jornadas calurosas --llegando hasta los 40 C en algunas partes-que sorprendieron a sus habitantes. Argentina y Chile son los países donde se ha visto con más fuerza este clima inusual, pero Perú, Brasil, Uruguay y Paraguay también atraviesan por una ola de calor. En la provincia argentina de Santa Fe --que suele vivir heladas en esta época del año-se registraron temperaturas superiores a los 30 C en julio. En tanto, en So Paulo, los termómetros llegaron a 32,3 C esta semana, muy cerca de las temperaturas que tuvo la ciudad en el verano. En la zona norte del subcontinente, el calor amenaza con agravar las sequías, especialmente en Colombia y Venezuela, además de partes de México.
En el primero de esos países se espera que el punto más alto del fenómeno sea hacia fin de año, por lo que se estima que podría haber racionamiento de agua. "En México se han observado cambios en los patrones de circulación de la atmosfera que podrían ser responsables de las altas temperaturas de junio", manifestó a este diario Alejandro Jaramillo, experto del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los expertos aseguran que hace diez años se registraban dos olas de calor al año y, en cambio, ahora rondan nueve. n Tormentas Mientras algunas zonas enfrentan altas temperaturas, El Niño provoca torrenciales lluvias en otras.
O, a veces, incluso en las mismas que poco antes enfrentaban olas de calor. "Entre octubre y febrero, El Niño puede provocar intensas lluvias e inundaciones alrededor de Uruguay, así como en la zona sur de Brasil.
Además, las zonas costeras de Perú y Ecuador pueden también experimentar eventos de fuertes precipitaciones en este periodo", aseguró a Muhammad Azhar Ehsan, investigador asociado del Instituto de Investigación Internacional para el Clima y la Sociedad de la Universidad de Columbia. En los próximos meses se espera que aumenten las lluvias y tormentas en algunas zonas del sur de Sudamérica, especialmente en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay. En algunos episodios anteriores del fenómeno, como en 1997-1998 y 2015-2016, las lluvias provocaron serias inundaciones. Aunque el período de mayor intensidad del fenómeno todavía no ha llegado, algunos gobiernos ya han tomado medidas. Perú, por ejemplo, declaró el estado de emergencia en 18 de las 25 regiones del país por el riesgo inminente de lluvias.
A fines de julio, el gobierno ecuatoriano realizó un simulacro de una operación de manejo de crisis ante los efectos de El Niño, que se espera provoque temporales e inundaciones en el país. n Efecto económico El fenómeno climático impacta en varios sectores de las economías de los países afectados, principalmente en el agrícola y minero, pudiendo también retrasar el desarrollo de nuevas infraestructuras. Así, en países donde El Niño puede provocar sequías, como Colombia, Venezuela, Centroamérica y México, el fenómeno limita el acceso para consumo humano, para ganadería y riego, y, por ende, en la producción agrícola. En otros, como Ecuador y Perú, los ríos suelen aumentar sus caudales hasta 15 veces, lo que deja grandes áreas de cultivo inundadas. En Brasil, se espera que El Niño provoque falta de lluvia en los estados de Mato Grosso y Goiás (centro), lo que podría dificultar la siembre de soya y de maíz. Por el contrario, la zona sur podría enfrentar mayores precipitaciones y un exceso de humedad que afecta la calidad del trigo.
La Organización Mundial de Alimentación (FAO) ya advirtió que la región podría enfrentar una reducción de cosechas y, por ende, un aumento en los precios de los alimentos, especialmente en Centroamérica. n Energía Además del impacto directo a las personas y a la economía, las sequías y los cambios en los patrones de lluvia causados por El Niño amenazan con provocar serios problemas tanto en la demanda como en la generación de energía hidroeléctrica; clave en varios países latinoamericanos. "El Niño normalmente se asocia con temperaturas más altas en América del Sur, lo que es uno de los impulsores del crecimiento de la demanda de energía.
Dependiendo de las condiciones de cada mercado, El Niño podría afectar la disponibilidad de energía hidroeléctrica en la red, aumentando la necesidad de distribución térmica y los precios de energía en el mercado spot", planteó Muched Nassif, especialista en los mercados energéticos latinoamericanos de Rystad Energy. Preocupa especialmente la situación de Colombia, Brasil, Perú y Chile. El primero de estos países depende fuertemente de la energía hidroeléctrica para su matriz --en cerca de un 80%-y podría ser uno de los más afectados por las sequías. Perú es un caso similar, pues depende de la hidroelectricidad para cerca del 50% de su matriz energética. Aunque no se espera que enfrente sequías, las tormentas podrían dañar la infraestructura de transmisión.
La situación de Brasil es algo diferente debido a su tamaño, pero se espera que las altas temperaturas en el norte generen un aumento del consumo eléctrico, mientras que las fuertes lluvias en el sur podrían generar problemas similares a los de Perú.
En Chile, en tanto, las recientes lluvias han ayudado a llenar reservas de agua, pero es posible que los cambios de temperatura generados por El Niño lleven a un aumento en el consumo energético que repercuta en los precios.
El fenómeno climático aparece por primera vez en siete años: Entre sequías e inundaciones, el Niño amenaza con provocar estragos en América Latina NICOLÁS GARCÍA DE VAL Países como Colombia y Venezuela esperan tener menos lluvias de lo normal en los próximos meses, mientras que otros como Chile y Perú están en la situación contraria. LAS FUERTES LLUVIAS de la última semana en la zona central de Chile provocaron desbordes de ríos e inundaciones. En la imagen, sus efectos en Talca. EFE Entre sequías e inundaciones, el Niño amenaza con provocar estragos en América Latina.