Audios e influencias de hoy y de ayer
Jaime González Colville Academia Chilena de la Historia El país está expectante ante un proceso en el cual la moderna tecnología juega un papel relevante.
Esto, decía hace unos días un comentarista, “es producto del mal uso que se puede dar a los medios que ha creado la ciencia, especialmente en la relación entre la sociedad”. Pero si hoy es el chat, el Wastsap o el audio, ayer lo fue el simple papel escrito. Y las influencias, los consejos, las “recomendaciones” eran tanto o más frecuentes que hoy. Las situaciones censurables, los negocios oscuros y las acciones al borde de la moralidad vienen desde siempre.
Si el lector quiere saber de épocas exactas, lo iniciamos con Pedro de Valdivia y desde ahí, han pasado por nuestra historia con protagonistas que incluso tienen estatuas y han alcanzado la altura de la leyenda. Para su asombro, le contamos algunos de esos episodios 22 300 Pedro de Valdivia, autor de uno de los primeros actos presumiblemente reprochables de Chile. Loro de Valdivia: El primer fraude de nuestra historia. En 1545 Valdivia estaba escaso de herramientas, hierro y armas para la guerra. Las arcas reales tenían poco oro por cuanto los encomenderos pagaban un tributo no muy honesto, ocultando la verdadera producción del preciado metal.
“Una artificiosa maquinación -dice Barros Aranaque demuestra cuán poco escrupulosos eran los grandes caudillos de la conquista”. Existía, en esa época, una prohibición real de abandonar Chile, por cuanto la mayoría de los primeros compañeros de Valdivia, que se hicieron de abundantes riquezas, pensaron en volver a España a gozar de su fortuna. Pero ello cia, significaba despoblar el naciente reino. Como a Valdivia le apremiaba traer recursos desde el Perú, ideó una estratagema que hasta hoy sus biográficos tratan de desdibujar o hacer aparecer como revestida de ingenio. Hizo correr la voz, en cartas y a través del Cabildo, que permitiría, a quien lo quisiera, volver a España “por una sola vez”, llevando su oro. Para ello instaló en Valparaíso el buque “Santiago” a las órdenes de Juan Pastene y convocó a los que deseaban partir, a acercarse a este puerto con sus haberes. A principios de 1547, estaban los afortunados españoles subiendo sus cofres y bolsas de cuero con suculentas barras de oro a las bodegas del barco. MiDon Pedro Opaso Letelier y su poderosa influennucioso, Valdivia hizo un catastro de lo embarcado, para “dejar constancia” de lo realizado. Pero, no podían partir sin despedirse. De esta forma, el gobernador los invitó a una bien servida y mejor regada cena, en la cual todos brindaron y agradecieron a Valdivia por este gesto. Cuando ya la borrachera era máxima, don Pedro, junto a dos o tres de sus cómplices, se embarcó en un bote y subió al “Santiago”, alzando velas de inmediato hacia el Perú. En la playa, el lector puede imaginar los denuestos e insultos que endilgaron a Valdivia.
El poco honesto acto (la necesidad tiene cara de hereje, podía argúirse) persiguió al conquistador durante toda su Presidente Ibáñez del Campo, en su primer periodo ejerció poco sutiles e incluso agresivas influencias en contra de sus opositores. Vida.
Si bien hubo denuncias ante el Virrey del Perú, cuando éste supo que Valdivia pretendía comprar elementos para profundizar el dominio de las tierras, virtualmente “miró para el techo” e hizo un sumario el cual no llegó a mayores conclusiones. De vuelta en Chile, Valdivia hizo repartir parte de su oro para saldar lo que fuera posible de la deuda y prometió a los esquilmados encomendaros, resarcirlos de su forzada donación.
Sin embargo, cuando murió Valdivia y arribó a Chile su viuda doña Marina Ortiz de Gaete, no encontró herencia, sino un juicio de cuentas que se le siguió a su marido, arrebatándole casi todo lo legado. Con la ayuda del Rey, vivió pobremente en una casa ubicada entre lo que hoy es San Antonio y Mac Tver y, a su muerte, fue sepultada cerca del altar del templo de San Francisco. Saltemos los siglos y acerquémonos a nuestra época. El asalto a la Federación de Estudiantes en 1921 La Federación de Estudiantes (FECH) fue fundada por el rector de la U. De Chile Valentín Letelier en 1906. Nadie previó el poder que alcanzaría y su capacidad de convocatoria. En 1920 apoyó tibiamente la candidatura de Arturo Alessandri, quien resultó electo. Sus promesas de campaña eran inquietantes para el Partido Conservador. La FECH tenía su sede en Ahumada 73, entrando por Alameda. En sus últimos meses de mando, el Presidente Juan Luis Sanfuentes tenía un marcado encono con la creciente organización juvenil, cuya fuerza y vitalidad eran convincentes.
Lo cierto es que el 21 de julio de 1920, un grupo de alumnos de la Universidad Católica, más la jefatura de policía de la época recibieron un mensaje de La Moneda: se presumía que en la sede de la institución estudiantil había literatura anarquista, armas y elementos para enfrentar a los poderes constituidos. Parte de ello era cierto, pero no en lo referente a armamento. Conjurados los alumnos de la U.
Católica, algunos policías e incluso jóvenes oficiales de ejército, ese miércoles 21 de julio, a las 13:30 de la tarde, asaltaron las oficinas, arrasaron con estantes y libros, quemaron lo que pudieron en la calle (incluidos manuscritos de Gabriela Mistral y Pablo Neruda) y, tras una verdadera batalla campal, las dependencias quedaron hechas trizas. Entre los alumnos de la U, Católica que estuvieron en esa acción, se encontraba el estudiante de leyes Alberto Hurtado Cruchaga, quien recibió un golpe en la cabeza. Las autoridades, desde la PresidenGabriela Mistral y su difícil inicio en la docencia.
Y LCABLE a 501 P229 SANTIAGOCHILE 22 14 1R= ac M 1 TEEGRAMMA — | EL SATA MISTRAL NAPOLI Ar” "OC de Tisso ; ACT P229 LT SRTA GABRIELA NISTRAL “a LICEO NINAS NO 6 EN SU ANIVERSARIO Y CENTRO PADRES A SU FUNDALORA UN FERVIENTE SALULOS= 200 Telegrama del Liceo de Niñas de Linares a Gabriela Mistral, saludando a quien, años después, consideraban su fundadora. Cia, negaron toda intervención en el deleznable acontecimiento. Pero no tardaron en aparecer los mensajes enviados desde La Moneda (¿ hoy diríamos “chats”?) donde se exhortaba a ejecutar el destrozo. Varios autores y cómplices fueron interrogados por la policía, pero la causa terminó diluyéndose. Incluso Alessandri, una vez asumido su cargo, se desentendió de lo sucedido. Las escandalosas influencias para ingresar a la universidad La Federación de Estudiantes tenía entre sus objetivos el transparentar el ingreso de los estudiantes a carreras universitarias, especialmente Medicina o Leyes.
Recibieron la seguridad del Consejo de Instrucción Pública y de la propia Facultad de Medicina, de un acceso sólo por los merecimientos, para una matrícula de doscientos cupos, los que serían otorgados a los mejores estudiantes de humanidades. Pero, repentinamente, se congelaron los ingresos y los accesos fueron en riguroso secreto. Las hojas de postulación se esfumaron y aparecieron matriculados jóvenes que no reunían, ni remotamente, las condiciones exigidas. La situación no quedó allí.
Alguien, anónimamente, envió al Presidente de la FECH un paquete, donde, cada alumno matriculado, tenía como respaldo la recomendación “reservada” de un decano, un ministro e incluso del mismísimo Presidente de la República: el recordado y casi legendario Presidente Pedro Aguirre Cerda, quien era Ministro del Interior de Alessandri, escribía al Rector de la U.
De Chile Gregorio Amunátegui recomendándole a un joven, que si bien es cierto no lo respaldaban sus notas, pudiese ser parte de la Casa de Estudios con la “benevolencia” de la autoridad universitaria y “facilitarle, en cuanto sea posible, su ingreso a la Escuela de Medicina”. La nota lleva membrete del Ministerio del Interior, Pero las “recomendaciones” siguen.
Pedro Opaso Letelier, senador por Talca, escribe a Edmundo Jaramillo Molina, director de la Escuela de Medicina en 1921, para pedirle encarecidamente, obvie las exigencias académicas para que un joven de su “confianza” estudie medicina. "Como la matrícula está restringida -dice don Pedro Opaso- ¿ no podría usted como Director de la Escuela de Medicina hacer este gran servicio?”. Desde luego, el servicio se le hizo. Suma y sigue: don Pedro Correa Ovalle aboga por un estudiante de Molina, hijo de una señora “a quien aprecia mucho” para que pueda, de igual forma, ingresar a medicina.
Describe al postulante como “Un muchacho bueno y digno de recomendarlo”. El espacio no nos permite seguir con estas notas “recomendatorias” para ocupar cargos de notarios, jueces O profesores emitidas por las autoridades de esa época. Pero vamos a un caso que conviene desmenuzar: El 4 de mayo se funda en Santiago el Liceo N6 de Niñas. Se abren concursos públicos para cargos docentes y, desde luego, el de Directora del plantel. Se exige, según las bases que hemos tenido a la vista, título de Profesor de Estado, otorgado por el Instituto Pedagógico, experiencias y los consecuentes años de servicio en la educación de humanidades. Gabriela Mistral no postula. Por esa fecha es profesora del Liceo de Temuco.
El concurso lo gana una docente que alcanza el más alto puntaje en la selección, de apellido Dey (pese a nuestros esfuerzos, no nos ha sido posible conocer su nombre completo, el cual incluso es ocultado en las publicaciones en las cuales se discutió este tema). La profesora ya designada, está a punto de asumir su cargo. Pero llega al Consejo de Instrucción Pública una A En lu Facultad de segun e din, ve ha y dl la + ela amigo, quer der ra el split del Indo del colegio. Y en Es rango quiera excnarme la Carta publicada en la Revista Claridad del 4 de junio de 1921. Su texto lo dice todo. Nota del Ministro del Interior Pedro Aguirre Cerda. Se ordena anular ese nombramiento y designar, como Directora del recién fundado liceo a doña Gabriela Mistral. Desde luego la instrucción se cumple, con estupor de muchos, pero se acata, Aguirre Cerda, en principio, desconoce haber intervenido, pero “alguien” filtra la carta. Pero hay más: cuando se asaltó la sede de la Federación de Estudiantes, muchos escritores de la época eludieron firmar la nota de protesta por este vandalismo. La Profesora Dey lo hizo y por ello fue destituida de su puesto de Directora del Liceo de Arica. Entonces aspiró al recién creado cargo del Liceo de Niñas de Santiago, donde aconteció lo descrito.
Pero, según dice el periodista Fernando García Oldini en la revista Claridad del 4 de julio de 1921, la señora Dey se había titulado con enorme sacrificio: estando ya casada y con hijos, obtuvo su diploma con honores y optó con dignidad y requisitos cumplidos al cargo.
Pero pudo más el poder político, aunque aclara, reconociendo los enormes méritos de la poeta: “no seré yo quien vaya a objetarle su falta de título; usted es un talento excepcional, y para las excepciones no rigen, no deben regir las reglas”. Pero la historia de las influencias todopoderosas de Aguirre Cerda en relación a Gabriela Mistral viene de antes. El 15 de febrero de 1918, siendo Ministro de Instrucción Pública del Presidente Sanfuentes, la designa Profesora de Castellano del Liceo de Los Andes. Desde luego, en el camino quedan dos profesores debidamente titulados. El espacio de esta crónica no nos permite dar a conocer al menos 655 actos de influencias, presiones, “recomendaciones” o simplemente acciones ilegales desde Valdivia y hasta 1990. Si el celular de un señor abogado tiene 700 mensajes, tal vez superó por poco, el récord de Chile. Q)