Salud, otro año para el olvido
E El recién pasado 2024 sesumaráa la lista de años en que no se registran avances en lo que serefiere a bajarlos precios de los medicamentos, uno de los que más afecta el bolsillo de las familias chilenas y que decir, si se trata de un medicamento de alto costo. Masaún se está gestando una bomba de tiempo producto de la reiterada falta de medicamentos e insumos en el sistema público y la nula actualización de las canastas GES y Ricarte Soto. Agregar a ese panorama la tardanza en los diagnósticos que de una u otra manera contribuye a descomprimir la presión sobre el sistema sanitario, pero sus consecuencias son nefastas para la salud de las personas. Durante 2024, no se registró ningún avance en el proyecto de Ley Fármacos II.
Ya son tres años en que los legisladores no han sido capaces ni siquiera de pedir al ejecutivo algún estudio del impacto de ese proyecto, que promete bajar los precios de los mentos, pero sin decir cuánto bajarán.
Este año también continuó la “promoción estatal” de los descuentos, a los precios de los medicamentos que ofrecen las cadenas de farmacias, descuentos que se basan en la estafa que significan los “genéricos con marca”. También durante este año no se ha puesto la energía suficiente en la Ley Cenabast, acaso el único avance en la materia en la última década, no presenta mejoras significativas en su funcionamiento cuando ya cumple 4 años.
En materia de regulación es donde más se ha retrocedido, ya sea por la implementación de normas que dificultan y encarecen la llegada de alternativas competitivas en términos de precios, con exigencias que rayan en lo ridículo. O porque las autorizaciones para nuevos registros sanitarios, sean innovadores o genéricos está cada año más lenta, una verdadera permisología sanitaria que pone en peligro la vida de las personas.
Pero mientras la autoridad sanitaria pone traba tras traba a la incorporación de nuevos medicamentos, la ventailegal barrios de cada rincón del país, poniendo en grave riésgoala población pues “la calidad, seguridad y eficacia” que tanto pregona el Instituto de Salud Pública, eslo que menos abunda en las calles y ferias donde todo tipo de medicamentos. Daniel Zapata Zapata/ Patricio Novoa Valle