Autor: ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
“Hay una idea demasiado plana de la personalidad de Donoso”
“Hay una idea demasiado plana de la personalidad de Donoso” ENTREVISTA Investigador y subdirector del IESJOAQUÍN CASTILLO:Siete años tenía Joaquín Castillo Vial cuando murió el escritor José Donoso, en 1996.
Pero la figura del narrador chileno ha sido un constante compañero de viaje de este licenciado y magíster en Literatura de la UC, donde hoy termina un doctorado (sobre Donoso, por cierto). Columnista de El País-Chile y subdirector del Instituto de Estudios de la Sociedad IES, donde edita la revista Punto y Coma, Castillo ha investigado en Estados Unidos el epistolario del escritor, que describe como un “depositorio riquísimo” y acaba de exponer en Bogotá sobre la dimensión política de Donoso.
El investigador recuerda que un profesor del colegio le recomendó leer “El obsceno pájaro de la noche”, “pero mi entusiasmo más serio comenzó cuando leí Correr el tupido velo, ese libro terrible que escribió su hija Pilar poco tiempo antes de suicidarse.
Conocer mejor su origen familiar, sus inseguridades, su exilio, sus difíciles relaciones personales o su tormento a la hora de escribir me motivaron a volver sobre sus libros y me permitieron valorar mejor el conjunto de su obra, escrita en un momento en que la literatura latinoamericana experimentaba una apertura sin precedentes”. OSONODAILIMAF¿ Por qué lo interpela Donoso?“De su obra me interpelan muchas cosas. Por un lado, sus novelas muestran una sutil observación a su clase y a su país, y un talento superior a la hora de dar forma a la palabra escrita.
Pero también hay una cuestión más personal, presente desde sus primeras obras, que tiene que ver con la vida familiar de las élites chilenas, sus ritos, el peso de una estirpe en decadencia que busca sacarle lustre a un pasado más brillante, las dinámicas del juego en la infancia, la decrepitud de la vejez Todas esas cosas, tan universales pero tan bien situadas en Donoso, me parece que están representadas con genialidad en sus novelas y cuentos”. “Dentro del corpus donosiano, tengo un particular favoritismo por El lugar sin límites, una novela formidablemente bien construida, sin duda su obra mejor lograda.
También me parece que la ironía y el humor son notas que Donoso trabaja bien en novelas como El jardín de al lado o en Donde van a morir los elefantes (aunque no es su mejor novela). En sus cuentos, El hombrecito me parece superior, con esa representación de la perspectiva infantil que lo muestra como el gran lector de Henry James”. Paño que cortar¿ Aún hay espacios poco tratados de la vida y obra de Donoso?“En ambos, vida y obra, aún hay mucho paño que cortar. Todavía hay parte importante de sus escritos que permanecen inéditos, como los últimos años de sus diarios y una porción relevante de su epistolario. También creo que nos hace falta una buena y nueva biografía del escritor. Al libro de recuerdos de Esther Edwards se suma el de Pilar Donoso, que es sobre todo un relato de su propia relación con su padre.
Creo que falta una investigación más detenida sobre Donoso que profundice en su infancia y adolescencia, que contraste los relatos que él mismo hizo sobre su vida, que trace en detalle los vínculos que tuvo con escritores, editores, periodistas y críticos en sus años previos a España, que logre situarlo en sus contextos históricos más allá del boom latinoamericano”. “Con respecto a su obra, Donoso es un escritor que sigue suscitando el interés de muchos investigadores Sebastián Schoennenbeck, Laura Bocaz, Valeria Trujillo, Juan José Adriasola o Luis Valenzuela, entre otros.
Ahí también hay ámbitos insuficientemente explorados, como sus novelas breves, el diálogo que su obra mantuvo con las adaptaciones cinematográficas, etc.”.¿ La imagen que tenemos de Donoso está muy influenciada por el libro Correr el tupido velo? ¿ Hay matices que no vemos?“Creo que el libro de Pilar y su suicidio a los dos años de haber publicado el libro, con las premoniciones que en él habían marcó enormemente la imagen que tenemos de Donoso como un personaje manipulador, paranoico, inseguro, bisexual, reprimido y narciso. Y no me cabe duda de que hay mucho de eso, especialmente durante su vejez, en su relación con su entorno más íntimo. Sin embargo, ese no es todo Donoso. La lectura de sus diarios y cartas confirma que también fue un trabajador infatigable, un artista comprometido con su obra, un padre preocupado y un amigo generoso.
Me preocupa, por lo tanto, que para cierta opinión pública se haya instalado una idea demasiado plana de su personalidad que ha enfatizado, además, ciertosFue un hombre lado”. luminosa que a una faceta difícil y lleno de trabas, pero tenía veces se deja de En Princeton hay relevante”. parte muy Donoso.
Todavía alrededor de 370 un corpus de cartas escritas por queda inédita una“Falta una investigación más d e t e n i d a s o b r e l a i n f a n c i a y adolescencia de Donoso”. la izquierda estaba, en su mayoría, con la revolución). Aunque sus mayores preocupaciones no fueron políticas ni ideológicas, sino culturales y artísticas, al retornar a Chile sí tiene algo de mayor contacto con un mundo vinculado a la política.
Cultiva amistades y trabaja con círculos como el del teatro Ictus, o escribiéndose con personas del mundo político de los primeros años de la Concertación”. La revolución cubana fue muy gravitante para los escritores del boom, pero Donoso mantuvo su distancia, que debe haber tenido costos.
Usted cita al crítico José Navascués, quien escribió que “el escritor formado en una cultura liberal se siente marginado dentro de una agenda política colectivista y revolucionaria”. “No creo que Donoso se haya sentido marginado, pues justamente trabó amistad y complicidad literaria con personajes como Carlos Fuentes o el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal, quienes adscribían a una visión política con bastantes puntos de afinidad con Donoso. Sin embargo, siempre tuvo un sentimiento ambivalente por no ser parte de algo colectivo, de una gesta que le permitiera salir de sí mismo y perderse en la colectividad.
Tal como describe Navascués, en el caso de Donoso su formación inglesa y su radical defensa de la individualidad y autonomía del arte le impiden comprometerse con algún proyecto donde se sacrifique el yo en el altar del pueblo, de la historia o de la revolución”. Esa distancia del “ideario único” ¿ influye en la aproximación estética de Donoso, quien parece alejarse de la idea de novela total y quien buscaría la profundidad antropológica antes que la extensión sociológica?”. “Durante los años del boom, aunque con algunos antecedentes en novelistas como Asturias o Gallegos, la idea de novela total parece estar muy instalada. Así, al menos, se han leído algunas novelas de García Márquez y Vargas Llosa.
Si bien Donoso tiene novelas en las cuales amplía su objeto de observación, como lo son El obsceno pájaro de la noche y Casa de campo, me parece que su mirada al mundo siempre está pasada por un tamiz donde la cuestión estética prima por sobre las cuestiones sociológicas, donde el trabajo alegórico de ciertos temas universales se sobrepone a una lectura excesivamente referencial de su época”. Literatura y autodestrucciónA pesar de sus bloqueos y pesimismos, Donoso siempre aparece consagrado a su obra. Esa centralidad, ¿no fue destructiva para él?“En la personalidad de Donoso hay muchos elementos autodestructivos, y muchos de ellos están relacionados con la concepción que tenía de sí mismo como creador y escritor. Si bien siempre fue inseguro generaba úlceras estomacales cada vez que terminaba una novela,, eso no fue lo único que atentaba contra él. La lectura de sus diarios muestra la envidia que lo corroía al contemplar el éxito de sus compañeros de generación, en particular de Fuentes y Vargas Llosa.
Las traducciones y premios que recibían sus contemporáneos significaban amargas anotaciones en sus cuadernos”. “En paralelo, sin embargo, nunca quiso transar su visión de la literatura como un arte autónomo y que no se debía a las contingencias políticas ni económicas de su tiempo, por lo que no estuvo dispuesto a simplificar su lenguaje o su imaginario. Se veía a sí mismo como el más literario de los escritores del boom, el menos atado a la política y a las cuestiones coyunturales que podían dar más visibilidad a los escritores-intelectuales. En ese sentido, su apuesta por la perennidad ante todo estética, sabiendo que su consagración casi monacal a la escritura significaba una búsqueda de cierta excelencia que perduraría, parece haber sido una elección acertada.
Sobre todo si lo comparamos con la vigencia de otras figuras del boom como Fuentes o Cabrera Infante, menor a la que tenían hace algunas décadas”. elementos sensacionalistas, pues fue un hombre complejo, difícil y lleno de trabas, pero también contaba con una faceta luminosa que esta lectura deja de lado”. Epistolario y perennidad“En la Universidad de Princeton hay un corpus de alrededor de 370 cartas escritas por Donoso, más varias decenas escritas por su mujer, María Pilar Serrano.
Es una gran noticia que, bajo la edición de Cecilia García-Huidobro y Augusto Wong, hayan aparecido las cartas que se escribió con Carlos Fuentes, pero todavía queda inédita una parte muy relevante (que esperamos poder publicar el próximo año con la editorial de la Universidad Diego Portales), donde hay cartas enviadas a varios miembros de su familia, a Emir Rodríguez Monegal, Mario Vargas Llosa, Mauricio Wacquez, Augusto Monterroso o José Emilio Pacheco, entre otros colegas y amigos.
Todo ese corpus nos permite, por un lado, asomarnos a sus inquietudes profesionales, políticas, amorosas y coyunturales”. ¿Qué tan impostada o transparente es la figura que trasuntan las cartas de Donoso, tan autoconsciente y preocupado de la “perennidad” de su obra?“Donoso no se muestra de la misma manera cuando le escribe a su mujer, María Pilar, o cuando le escribe a Mauricio Wacquez, José Emilio Pacheco o Mario Vargas Llosa.
Sin dejar de ser sincero y espontáneo en gran parte de sus intercambios epistolares, no me cabe duda de que hay una administración de su intimidad, tal como todos nosotros cuidamos el modo en que nos mostramos a los demás.
Medio en broma y medio en serio, en repetidas ocasiones les dice a sus amigos que guarden sus cartas porque estas van a ser publicadas en el futuro, o que luego serán estudiadas por alumnos de doctorado en frías bibliotecas estadounidenses.
La mayor conciencia de esa perennidad, sin embargo, no está en el texto de sus cartas ni en sus diarios, sino en el mismo gesto de haber vendido sus archivos a las bibliotecas de Iowa y Princeton, donde hoy se conservan esos materiales que siguen dando que hablar”. Afinidades y distancias políticasDonoso no participa del campo cultural como un escritor comprometido, pero sí manifestó afinidades o distancias ideológicas. ¿Cómo lo situaría en el campo político?“Creo que la etiqueta que mejor define a Donoso en relación a las cuestiones políticas sería la de un liberalismo de izquierda, o de una izquierda socialdemócrata (en una época en queSEROLFROTCEHratura como un arte autónomo. No estuvo dispuesto a simplificar su lenguaje o su imaginario”, dice Joaquín Castillo.
Su apuesta por la perennidad, Fuentes o Cabrera Infante”. otras figuras del boom como ante todo estética, parece haber sido una elección acertada, si lo comparamos con la vigencia de La etiqueta que mejor define a chilena ni con la cubana”. revolución: ni con la vía Nunca se entusiasmó con la liberalismo de izquierda. () Donoso sería la de unJOAQUÍN CASTILLO:. “Falta una buena y nueva biografía de José Donoso”, dice Castillo, quien integra una camada de nuevos investigadores que trabajan en la vida y obra del escritor.
A su juicio, la mirada literaria de Donoso pasa por un tamiz en que la “cuestión estética prima por sobre las cuestiones sociológicas”. El investigador subraya la riqueza del epistolario de Donoso, que ha podido revisar en Princeton. —Acaba de publicarse la correspondencia de Donoso con Carlos Fuentes. Pero usted señala que en el epistolario aún hay mucho material para conocer al escritor de manera “profunda y original”.