Autor: Por Joaquín Fermandois
COLUMNAS DE OPINIÓN: Crucigrama internacional para Chile
COLUMNAS DE OPINIÓN: Crucigrama internacional para Chile Nuestros dilemas internacionales tienen que ver tanto con la composición de fuerzas y e v a l u a c i o n e s acerca del orden mundial como con las preferencias por el futuro de Chile. Las políticas de Estado, que concitan apoyo unánime, solo funcionan en unos pocos ámbitos, casi siempre en la defensa de la integridad territorial. En lo demás existe una discusión relacionada con posiciones políticas internas.
Es lo que está apenas audible pero con mucha fuerza en la actual pugna electoral, así como en la política exterior del Gobierno, que ha caminado por una delgada cuerda que pende sobre el abismo de la caótica política mundial (nunca ha sido demasiado diferente), mientras un imán la atrae hacia un desafío radical, en especial tras las primarias de la izquierda. Se notó en el brillo de la mirada de los triunfadores la noche del 29 de junio.
En apariencias, la estrategia sería introducir una política de ordenamiento de la economía del tipo del desarrollo hacia adentro de otras décadas, que imaginan sería lo que llevaron a cabo experiencias exitosas de desarrollo (Japón y China, que en los hechos poco tuvieron que ver con esa orientación); en lo político, al menos una movilización soft, al estilo López Obrador o Petro. Por ahora nos debe preocupar el factor internacional.
Existe un coro más o menos uniforme, y de lo cual la candidata de la izquierda se ha vuelto su portavoz más decidida, que sostiene que Chile se debe orientar a los BRICS, y a su versión más radical.
Ya se ha hablado de que todavía se trata de una entelequia poco coherente, salvo en que dos de sus principales miembros, China y Rusia, lo quieren convertir en una punta de lanza antioccidental, no solo antinorteamericana.
Que Chile tenga a China como su principal socio comercial, y que Brasil lo sea en nuestro continente, además de ser una potencia en nuestra región con la que hay que entenderse, poco tiene que ver con BRICS, que en esta circunstancia a lo más merece un puesto de observadores. En este sentido, está muy bien que el Presidente haya ido a la India, aunque por ahora es un mercado marginal; lo mismo que si es invitado a Brasilia, supongo que sin condiciones. No vamos a desatender el pedido de un país con el que siempre hemos cuidado mucho nuestras relaciones.
Sarcasmo: para quienes sostenemos que en el largo plazo los intereses materiales y culturales de nuestro país están generalmente mejor resguardados si nos orientamos preferentemente a las democracias desarrolladas --y nadie habla de descuidar el resto--, la administración Trump, con su total introversión, nos hace difícil el camino.
Su idea parece consistir en una renuncia a lo fundamental de Occidente y a toda concepción política, con un horizonte de desnudo combate de poder económico, un proyecto que siempre ha resultado al final en un desastre incalculable.
Lo tragicómico es que nuestra gente que se embruja con BRICS parece ignorar que por donde se los mire a Rusia y China, evaluadas en relación con la historia ideológica moderna, constituyen regímenes autoritarios de la derecha nacionalista.
El primer ministro Modi, de la India, proviene de una derecha nacionalista, a su manera identitaria, que dirige un país que tiene tanto relaciones estratégicas con Rusia como con EE.UU., y está en tensión prebélica permanente con China desde hace más de 60 años. Brasil, nuestro vecino, oscila entre una izquierda y una derecha, por desgracia últimamente uno fascinado con la retórica tercermundista; el otro, un pequeño Trump. Los que por estos pagos son los incondicionales de los BRICS parece que no escuchan ni leen; ni siquiera las noticias.
C O L U M N A D E O P I N I Ó N Crucigrama internacional para Chile Nuestra gente que se embruja con los BRICS parece ignorar que, por donde se mire a Rusia y China, constituyen regímenes autoritarios de derecha nacionalista. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog Por Joaquín Fermandois. - - -