La política sin Ricardo Lagos: El legado del expresidente en tres miradas
La política sin Ricardo Lagos: El legado del expresidente en tres miradas Quienes lo conocen dicen que el expresidente Ricardo Lagos Escobar estaba meditando su retiro de la vida pública al menos desde mediados del año pasado.
Pronto a cumplir 86 años, buscaba llevar una vida más reposada, tener más tiempo libre para descansar, ir al sur --donde su hija Francisca tiene una casa-y, sobre todo, ponerse al día en sus lecturas pendientes. A la vez, sus cercanos dicen que estaba decepcionado. En los últimos dos años, en el marco de la discusión constitucional, había tratado de poner sobre la mesa los temas que consideraba importantes para el país en distintas intervenciones públicas.
De ahí su frustración cuando los dos procesos terminaron, en su opinión, en propuestas "partisanas", y de ver una política centrada en "peleas chicas" o lo que él solía llamar "la hojarasca". Esos fueron, dicen sus conocedores, factores fundamentales para tomar la decisión a la que ya venía dando vueltas: tomar distancia de la política y de la vida pública. El primer paso para ello ha sido, estos días, cambiar de oficina. Las amplias salas de reuniones de la Fundación Desarrollo y Democracia en calle Dr. Roberto del Río, en Providencia, que se usaban para conferencias, lanzamientos y recepciones de dignatarios extranjeros, ya no serán necesarias ni rentables. Por eso, todo se mudará a un nuevo inmueble cerca de Pedro de Valdivia. Ahí, Lagos se centrará en estudiar sobre los temas que hoy lo obsesionan: el futuro, la inserción de Chile en la era digital, las energías limpias, el medio ambiente. Leerá, quizás escribirá y se reunirá con amigos y políticos si es que estos requieren su opinión. Evitará, dicen, dar entrevistas.
Pero quienes han hablado con él en las últimas horas saben que "si tiene que decir algo, lo hará". Y es que Lagos, aún retirado, seguirá siendo Lagos. n La política sin Ricardo Lagos: El legado del expresidente en tres miradas "HA LLEGADO EL MOMENTO DE DEJAR MI PARTICIPACIÓN EN LA ESFERA PÚBLICA", ANUNCIÓ ESTA SEMANA Hernán Somerville, Clara Budnik y Lucía Santa Cruz perfilan el estilo y legado del exmandatario, quien deja una actividad en la que fue protagonista por más de 50 años. EQUIPO DE REPORTAJES El expresidente Ricardo Lagos se despedirá pronto de las actuales oficinas de la Fundación Democracia y Desarrollo.
JUAN EDUARDO LÓPEZ CLARA BUDNIK: "Siempre aceptaba otras ideas y tuvo puertas abiertas para todos" Durante 16 años, desde 2006 a 2022, Clara Budnik fue la mano derecha de Ricardo Lagos en la Fundación Democracia y Desarrollo.
Eso, hasta que el año pasado ella se retiró para tener una vida más tranquila, justamente el mismo paso que el expresidente decidió dar esta semana. "Lo felicité por lo que hizo, porque habla de una persona sabia.
Aunque es muy difícil que se retire completamente, no lo veo retirado completo", dice quien fuera la primera directora ejecutiva de la institución que hoy administra el legado del exmandatario. "Lo debe haber pensado muy bien. Seguramente, no dará más entrevistas. Pero no creo que si un amigo político le pide consejo o ayuda, él lo niegue. No lo veo haciendo eso", agrega. Ambos se conocieron a fines de los 60, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, donde eran compañeros de curso. "Ya a los 17 años era un tremendo político. De jovencito se le notaba la vocación. La ha tenido toda la vida", recuerda Budnik. Cuando egresaron, perdieron contacto. Hasta que en 2006, Lagos le ofreció trabajo, sorpresivamente, en su fundación. Ella dudó... seis meses. "Me habían dicho que era mal genio", dice. Finalmente, aceptó. "Fueron años muy agradables", rememora. ¿Cómo es el Lagos jefe? "Es fascinante trabajar al lado de alguien inteligente, intelectualmente brillante", afirma Budnik. Pero para ella, la característica principal del exmandatario es otra: "Es muy abierto. Independiente de lo que él pensara o creyera, que no siempre estábamos de acuerdo, siempre aceptó otras ideas y siempre tuvo puertas abiertas para todos. Lo que me llamó la atención era su apertura para conversar con todo el mundo. De la ultraizquierda a la ultraderecha. Pasaba mucha gente por ahí. Y él siempre escuchó. No es fácil encontrar eso en un país donde en vez de conversar, nos insultamos", sostiene. Igualmente, Budnik admite que la relación no siempre fue tan fácil. Sobre todo, se complicó cuando decidió, en 2016, postularse nuevamente a Presidente: "Yo estaba furiosa. Me pareció una mala idea. Nunca conocí su comando. Yo no quería saber nada y le dije `en esta fundación no entra nadie que me venga a hacer política'". Ni siquiera el mismo Lagos podía usar las oficinas para sus reuniones de campaña. Hubo una sola excepción que Budnik le aceptó: cuando realizó la conferencia en que anunció que retiraba su candidatura. n "Lo felicité por lo que hizo, porque habla de una persona sabia.
Aunque es muy difícil que se retire completamente". HERNÁN SOMERVILLE: "Lagos está al nivel de Portales" "Mis empresarios todos lo aman (al Presidente Ricardo Lagos), tanto en APEC (el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) como acá.
Realmente le tienen una tremenda admiración". Hoy, Hernán Somerville, expresidente de la CPC y de la Asociación de Bancos, mira atrás y recuerda con humor aquella frase que él mismo pronunció en un encuentro de empresarios del APEC en 2005.
Aunque lo refrenda: "En realidad, los empresarios lo encontraban increíble", dice hoy, y recuerda que cuando Lagos dio su último discurso como Presidente en Icare y recibió una ovación, este se le acercó y le dijo: "Parece que realmente me aman". Cuenta Somerville que a Lagos "lo conocí cuando me nombró presidente del Consejo Empresarial de APEC. Estuve en muchas reuniones con él. Él me preguntaba mucho respecto de mi trabajo.
Yo le contaba de los temas que me interesaban que levantara con los demás mandatarios del Asia-Pacífico". Fue una sociedad que incluso funcionó en momentos difíciles, como cuando en 2003 el expresidente lanzó su famosa teoría del "jarrón", en medio del caso Inverlink, provocando una crisis con la banca. "Como presidente de la Asociación de Bancos le propuse una solución, por intermedio de Marco Colodro, para solucionar ese problema, a la cual él accedió de inmediato, por tanto ese tema quedó resuelto para todas las partes involucradas", recuerda Somerville. Sobre el legado del exmandatario, para el empresario no hay dudas. A su juicio, Lagos fue quien sentó la estructura económica de Chile, algo que lo pone a la altura de los líderes más importantes de la historia nacional. "Lagos está al nivel de Portales. En 200 años, hay tres o cuatro personas que uno puede destacar por su liderazgo. Portales, Balmaceda, Aylwin y Lagos. Con ideas claras, con pasión, pero al mismo tiempo con mesura, pragmatismo, realismo. Era un conductor de liderazgo de esos que fijan épocas", afirma.
En ese sentido, concluye con cierto dejo de preocupación: "En este momento, no hay ningún político como él, como los de antes. ¡Por favor! Hoy solo hay polarización, lugares comunes y cero acuerdos". n "En este momento, no hay ningún político como él, como los de antes. ¡Por favor! Hoy solo hay polarización, lugares comunes y cero acuerdos". LUCÍA SANTA CRUZ: "Será visto como un estadista que imprimió dignidad a su cargo" Lucía Santa Cruz, historiadora y miembro de la Academia chilena de Ciencias sociales, políticas y morales, define al expresidente Lagos como "un hombre culto, apartado de toda conducta banal o farandulesca, interesado en temas de futuro.
Una persona con notable gravitas", y plantea que "su aporte a la democracia chilena fue determinante". En ese sentido, sostiene que "sin lugar a dudas fue un personaje clave en la exitosa transición chilena a la democracia. Tuvo el coraje para enfrentar a la dictadura militar sin nunca recurrir a la violencia y pagó incluso con cárcel por ello. Pero también requirió mucha valentía el oponerse a la vía armada promovida por el PC el cual, mal que mal, anteriormente había sido su compañero de ruta. Con esto dio lugar a la creación de una izquierda y un socialismo democrático renunciando en la práctica, aunque no en los dichos, como Felipe González, a los postulados marxistas ortodoxos.
Esta izquierda moderna, que lamentablemente se ha ido desdibujando, representó un hito en nuestro desarrollo democrático". Lo anterior, dice, "permitió crear el consenso que es esencial para que la democracia funcione respecto de que la democracia representativa no es una institución solo formal y `burguesa', sino el único mecanismo para salvaguardar los derechos y libertades de las personas". Del mismo modo, destaca, "fue clarísimo en establecer que la tarea principal de un gobierno es crear las condiciones económicas necesarias para que el país crezca (`lo demás es música'), para mejorar las condiciones materiales de vida de las personas y, sobre todo, para eliminar la pobreza y crear mejores oportunidades para todos.
Su gobierno significó avances importantes en la modernización del país, notablemente a través de su política de concesiones". Igualmente, Santa Cruz reconoce algunas sombras: "Por supuesto. ¿Qué político puede reclamar solo luces? La historia develará los verdaderos alcances de muchos aspectos que hoy se le critican, tanto desde la derecha como de la actual izquierda frenteamplista.
Por lo que a mí respecta, desde una vereda distinta a la suya, pero con muchos acuerdos respecto de lo que es correcto en la vida pública, lo que más lamento es que él, y muchos otros, no hayan tenido en su momento la lucidez para defender los años de gobiernos de la Concertación, se haya sumado a los cuestionamientos a su Constitución de 2005 que había permitido gobiernos exitosos de izquierda y de derecha, progreso y un entendimiento pacífico entre los chilenos, la cual, como la experiencia de estos cuatro años ha demostrado, es un texto viable, aunque que obviamente requiere de reformas". Añade que "también me habría gustado una posición más firme y explícita contra la violencia octubrista. Con todo, Ricardo Lagos será visto como un estadista que imprimió dignidad a su cargo.
No puedo sino desearle que siga contribuyendo desde otra perspectiva al bien del país". n "Tuvo el coraje para enfrentar a la dictadura militar sin nunca recurrir a la violencia (... ). También requirió mucha valentía el oponerse a la vía armada promovida por el PC".. La política sin Ricardo Lagos: El legado del expresidente en tres miradas El anuncio del retiro de la esfera pública del expresidente Ricardo Lagos sorprendió, aunque no ha sido el único personaje en la historia reciente que ha tomado una decisión de esas características.
En 1994, cinco años después de dejar la Casa Blanca, el expresidente de Estados Unidos Ronald Reagan dio a conocer una carta en la cual comunicaba: "Soy uno de los millones de estadounidenses que padecerán la enfermedad de Alzheimer". En la misiva contaba que lo daba a conocer, igual como lo habían hecho antes él y su esposa, Nancy, cuando fueron diagnosticados con cáncer, porque "nuestras revelaciones nos demostraron que podíamos sensibilizar al público". A lo largo de la misiva, Reagan expresaba sus agradecimientos "al pueblo estadounidense por haberme dado el gran honor y la posibilidad de que les prestara servicio como Presidente (... ). Ahora comienzo el viaje que me conducirá al ocaso de mi vida (... )", decía. También fueron motivos de salud los que llevaron a Margaret Thatcher a alejarse de la vida pública.
Después de renunciar como Primera Ministra de Reino Unido (cargo que ocupó entre 1979 y 1990), se mantuvo activa, sin embargo, luego de sufrir varios problemas de salud, en 2002 su oficina emitió un comunicado donde informaban que en los últimos meses, la denominada "Dama de hierro" había sufrido una serie de derrames cerebrales.
Ante ello, explicaban que esta debería reducir sus actividades y evitar "las tensiones indebidas que le impone hablar en público". Añadían: "Con gran pesar ha decidido seguir este consejo y cancelar todas sus conferencias". Aunque siguió participando en algunas actividades --asistió, por ejemplo, al funeral de Reagan en 2004--, estas se hicieron cada vez más escasas debido a su estado de salud. Otro ejemplo es el de Nelson Mandela.
Después de dejar la Presidencia de Sudáfrica en 1999, continuó dedicándose a la labor pública, hasta que el 1 de junio de 2004, poco antes de cumplir 86 años, anunció que sus actividades desde aquel día serían "severa y significativamente reducidas". "Espero no ser acusado de egoísmo si digo que quiero pasar más tiempo con mi familia y con mis amigos mientras tenga buena salud. Quiero tener tiempo para reflexionar y para escribir", sostuvo el Nobel de la Paz. "No me llamen, yo los llamaré a ustedes", agregó.
Más reciente es el caso de Jacques Chirac, el exmandatario francés, quien también tuvo complicaciones de salud y, finalmente, en 2007 y tras 42 años en la vida política, anunció que no postularía a un tercer mandato. "Hay una vida después de la política", declaró Chirac en televisión. Igualmente, aunque de manera esporádica, siguió participando de algunos debates en su país. También las monarquías han sabido de "pasos al costado". En 2014, el rey de España Juan Carlos I decidió abdicar y entregar la corona a su hijo Felipe. Cinco años después, Juan Carlos I anunció su retiro definitivo de la vida institucional. En una carta dirigida a su hijo, expresó su voluntad de "pasar una nueva página". En agosto de 2020, el exmonarca anunció su traslado fuera de España.
Más reciente es el caso de Margarita de Dinamarca, quien en un discurso en la víspera de Año Nuevo, anunció su abdicación y el 14 de enero de 2024 entregó el trono a su hijo Federico. "En dos semanas, habré sido la Reina de Dinamarca durante 52 años", dijo cuando expresó su decisión. En 2013, sorprendió al mundo la renuncia al papado de Benedicto XVI.
En un discurso pronunciado en latín, el pontífice declaró que a sus 85 años su vigor espiritual y físico habían disminuido "de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". n Reagan, Chirac, Thatcher... otros personajes que dieron un paso al costado "No me llamen, yo los llamaré a ustedes", fueron las palabras de Nelson Mandela cuando anunció su retiro en 2004. Margaret Thatcher. EL MERCURIO Nelson Mandela. AP/LEFTY SHIVAMBU.