Museo OVNI de chile
- - - - - - - - Museo OVNI de chile Felipe Martínez Reyes. Administrador Público y Psicoeducador. Consejero Regional de La Araucanía.
La famosa Paradoja de Fermi, establece que cuanto más los humanos se esfuerzan esfuerzan en mirar el universo en búsqueda de alguna evidencia evidencia de vida inteligente, más ésta se esconde o simplemente, simplemente, no existe.
En efecto, la radioastronomía lleva más de medio siglo operando operando desde distintos centros astronómicos del mundo, observando y buscando algún algún indicio de civilizaciones que habiten en otras galaxias, galaxias, sean éstas conforme a la teoría de Kardashov, de Tipo ¡ (que hayan logrado conquistar y explotar los recursos de su planeta) o de Tipo II (si la civilización es capaz de explotar los recursos recursos de su propio sol), o de Tipo III (si la civilización ha logrado conquistar otras galaxias y estrellas). Al día de hoy no se ha descartado la existencia de vida extraterrestre, pero el optimismo en este emprendimiento emprendimiento ya no existe en la comunidad científica. Son muchos los años que se ha pasado buscando y no se ha podido establecer contacto, así como tampoco se ha vislumbrado algún atisbo, ninguno. Sin embargo, embargo, debido a lo inmenso del universo, aún queda mucho por observar. Frente a tan apabullante realidad, carece de sentido toda la industria ufológica. Simplemente porque nunca se ha visto un objeto volador volador que no sea de nuestra esfera terrestre, ninguno.
La conjetura, el sensacionalismo sensacionalismo y por cierto, un buen ánimo de lucro de parte de algunos periodistas, periodistas, han creado toda una industria para convencer al ciudadano que, algunas naves espaciales tripuladas por criaturas exógenas a nuestro sistema planetario, nos han visitado. Resulta completamente delirante semejante afirmación. Porque, Porque, para que una nave extraterrestre extraterrestre nos visite, debe de al menos provenir de una galaxia bastante alejada de la nuestra, en distancias de miles de años luz.
Y esto implica necesariamente necesariamente una o dos cosas: primero que los alienígenas deben tener una lata y larga existencia vital, puesto que para provenir de tan lejos, tendrían que pasar miles de años al interior de la supuesta nave espacial, haciendo haciendo no sé qué para poder sobrevivir en ese espacio reducido.
Y segundo, dichas naves deberían trasladarse a una velocidad semejante o superior a la velocidad de la luz, reitero, las distancias del espacio sideral implican tanto tiempo, que si estas naves no vuelan a ese ritmo, no sirven.
La única forma de resolver ambas cosas, es que los alienígenas hayan logrado crear la tecnología suficiente como para ubicar los agujeros de gusano y habilitarlos para pasar a través de ellos, saltando grandes distancias del espacio-tiempo, espacio-tiempo, conforme la teoría de Einstein y Rosen. Sin embargo, tales viajes cósmicos implican paradojas paradojas temporales del terror y sería un costo muy alto para cualquiera que intente la aventura. Mientras tanto, en medio medio de tanta conjetura, la industria ufológica sigue su curso y son muchos los que la estiman. Deseamos éxito al primer Museo Ovni de Chile allá en La Serena. Es mi deseo poder visitarlo, sin duda. Siempre es bueno tener un espacio para la entretención entretención y para las emociones emociones de la ficción. Pero téngase en cuenta siempre, que se trata de eso, ficción..