CELEBRACIÓN DEL DIACONADO PERMANENTE EN LA FIESTA DE SAN LORENZO
CELEBRACIÓN DEL DIACONADO PERMANENTE EN LA FIESTA DE SAN LORENZO En la catedral se celebró la eucaristía presidida por el pastor diocesano en la fiesta del diácono San Lorenzo, celebración en la que los diáconos y sus esposas renovaron el sacramento del orden y del matrimonio.
En la ocasión, don Mauricio Rojas, gerente de Mina Invierno entregó a la comunidad una hermosa imagen de San Lorenzo que estaba en el oratorio de la mina, por ser patrono de los mineros y, como están en proceso de cierre, la entregó a la Iglesia Diocesana como un signo de gratitud.
En parte de su homilía el pastor diocesano expresó: “Hay tres realidades con la que los cristianos siempre nos vamos a encontrar: la Iglesia Pueblo de Dios, que su gran tesoro no son oro ni plata, sino Jesucristo y su evangelio; los Emperadores que publican decretos pensando en sus propios intereses y Lorenzos que se ponen la corona del servicio y del martirio. Nuestras comunidades son ricas en adultos mayores, ricas en migrantes, ricas en todo tipo de familias, ricas en gente pobre y sencilla.
Todos ellos están allí clamando al cielo porque carecen de condiciones de vida digna, muchos de ellos carecen de trabajo, para llevar pan a la mesa de la casa, carecen de tranquilidad, de seguridad porque desde hace un buen tiempo nuestros barrios se han convertido en verdaderos campos de batalla, donde las balas locas son disparadas por locos por la droga que se pasan cuentas unos con otros y las víctimas son niños, jóvenes y adultos mayores. Los vecinos están solos.
Hay emperadores preocupados de acaparar tesoros para su bando, para financiar sus ideologías e intereses partidistas, para financiar proyectos de ley del aborto, para arrebatar el tesoro de la vida que está por nacer, la eutanasia que -para eliminar el dolormata al que sufre. Pero también hay Lorenzos, preocupados de verdad en el cuidado y respeto por la vida y buscan el bien común. Hay Lorenzos que se ponen la corona del servicio, la justicia y promueven la paz. San Lorenzo nos enseña a ser Iglesia del cuidado, de la promoción de la persona y la búsqueda del bien común. San Lorenzo visibilizó a los pobres y los hizo sentir valorados, amados a tal punto de que alguien dio la vida por ellos.
San Lorenzo hizo que esos pobres volvieran a creer y esperar en aquel que es nuestra esperanza: ¡ Jesucristo! Hoy, queridos hermanos diáconos, juntos, estamos llamados a devolverle la esperanza al pueblo que está huérfano de servidores públicos y religiosos, capaces de morir al individualismo, al interés personal para dar fruto, que se beneficien los demás. Recordar, es volver al corazón, volver a pasar por el corazón, la vida y el servicio de nuestros hermanos diáconos y sus familias y desde el corazón decirles gracias. Gracias por su amistad, generosidad, su apoyo en la misión y su testimonio de hombres y mujeres que ven con los ojos de la fe y sirven con corazón de padre y madre.
Su vocación y presencia en las comunidades es una gran riqueza que verdaderamente honra a la Iglesia... También ustedes van a volver al corazón sus promesas de amor, respeto y fidelidad del sacramento del matrimonio y volver al corazón las promesas del orden de los diáconos. Para renovarlas, es decir: hacerlas nuevas”..