Concurso de cuentos rescata el día a día de estudiantes rurales en 99 palabras
Concurso de cuentos rescata el día a día de estudiantes rurales en 99 palabras "Cuando llegué a Curacautín estaba sorprendida, vine de una ciudad de cemento y jamás había visto tantos árboles, tantos ríos y tanta lluvia, lo que más me emocionó fue ver caer nieve en primavera". Así comienza el cuento de la escolar de segundo básico Catalina Escobar (8), de la escuela Alejo Tascón de Manzanar, en Curacautín, Región de La Araucanía. Con este relato ganó, en la categoría de enseñanza básica, la cuarta versión del concurso Vida Rural en 99 Palabras.
En tanto, el estudiante de tercero medio Joaquín Navarro (16) --del Liceo Bicentenario Andrés Antonio Gorbea, en Gorbea, Región de La Araucanía-ganó en la categoría de educación media con un cuento inspirado en la vida de un compañero de curso. "Mientras me dirigía al liceo en un día lluvioso miraba por la ventana del furgón los florecientes campos y otros desolados", escribió al comienzo de su relato que cuenta sobre la distancia que separa al narrador de sus amigos y lo ocupado que está al final del día con el trabajo familiar.
Vida Rural en 99 Palabras busca que jóvenes de entre 6 y 18 años --que estudian en contextos rurales-desarrollen su creatividad, escribiendo textos que pongan el foco en estos establecimientos y la vida en estas zonas. "Busca reconocer la identidad propia que tiene el sector rural y, en particular, la educación rural", dice Gabriela Morales, directora de Educación de Fundación 99, la organización detrás de este concurso, "La idea es que a través de la escritura de niños, niñas y jóvenes, se puedan proponer distintos tipos de cuentos que reflejen la vida de ellos en la educación rural, lo que se logró. Los relatos realmente evocan al leerlos las experiencias de vida que han tenido", precisa Morales.
Sobre por qué eligieron el formato de cuentos, añade que, la razón es que "los cuentos son un recurso literario con el cual los niños, niñas y jóvenes están muy familiarizados y con el cual tienen un vínculo.
Entonces, eso ayuda a que ellos puedan plasmar más fácilmente esas emociones, sonidos y olores que les invoca la ruralidad". Catalina, quien está muy feliz por haber ganado, dice que participó porque "me gusta escribir y me puedo divertir y crear". Joaquín explica que él también disfruta de escribir y quedó "en shock" al ganar.
Y destaca la temática del concurso: "La vida rural da muchas posibilidades de las cuales hablar, como el caso de mi compañero, que tenía dificultades para salir con amigos por el tiempo que tenía de viaje en ida y vuelta". Sus relatos fueron elegidos por un jurado, quienes destacaron su labor. "Es importante resaltar los contextos rurales, porque generalmente se invisibiliza la riqueza y desafíos de la vida y educación rural.
Por ejemplo, los profesores de aulas multigrado tienen prácticas pedagógicas muy ricas en innovación, porque constantemente tienen que estar pensando cómo en una misma sala de clase les enseño a niños desde primero a sexto básico", explica Morales. En esta cuarta edición del concurso participaron más de 130 personas, de 21 comunas, de siete regiones del país, y cada ganador recibirá 150.000 pesos para su curso. En este caso, los ganadores usarán este premio para un paseo de curso. "Además, vamos a visitarlos a la escuela y al liceo que ganó. Haremos actividades con ellos que releven el valor que le asignamos al cuento que nos enviaron", agrega Morales.
Iniciativa de la Fundación 99: Concurso de cuentos rescata el día a día de estudiantes rurales en 99 palabras ANNA NADOR n El certamen busca desarrollar la creatividad de los alumnos, promoviendo que escriban textos sobre sus experiencias. En esta versión ganó una escolar de segundo básico de Curacautín y un joven de tercero medio de Gorbea. Catalina Escobar, en la foto, participó del concurso porque le gusta escribir. El cuento con el que ganó relata su llegada a Curacautín, Región de La Araucanía. CEDIDA.