Autor: ABRAHAM SANTIBÁÑEZ Premio Nacional de Periodismo
Columnas de Opinión: Un precio excesivamente alto
Columnas de Opinión: Un precio excesivamente alto OpiniónHace poco más 40 años, en mi calidad de periodista, fui invitado a Lo que no imaginé era que esa visita me llevaría más allá desus Israel. fronteras. Ya había estado en los Altos del Golán, una zona en el lími te con Siria donde se habían librado una violenta batalla durante la Guerra de losSeis Días. Como recuerdo desu derrota, todavía estaban ahílos restosoxidados de los tanquessirios. Esta ez, en 1982, enel sur de El Líbano, el ambiente era distinto. Los conflictos internos habían culminado con la invasión de Is rael que se sentía amenazado por la violencia extremista. En ese escenario mediterráneo, que me recordó mi niñezen Til-Til, las auto. ridades invasoras me llevaron hacia Beirut. El viaje comenzó junto a los restos del castillo de Beaufort, una fortaleza de los cruzados. Los habitantes de lazonanose mos traban locuaces al verme acompaña do de soldados fuertemente armados.
En la ruta, una joven libanesa mostró, sinembargo, su entusiasmo, expresan do su agradecimiento a las tropas de ocupación. (A mi vuelta a Chile, eseelogio mereció una dura recriminación por parte de nuestro amigo Alejandro Hales, quien años más tarde sería ministro de Minería). Con la perspectiva del tiempo, pienso que la reacción que recogí entonesenEl Libano correspondía a unasensación de alivio de quie: nes vivían en una zona asolada permanentemente porla guerra in. terna. En ese recorrido vi casas destruidas y cerros de escombros. A diferencia delo quese puede veren Chile tras un terremoto, eran rui: nas de viviendas aplastadas por proyectiles y bombas. Era imposible saber cómo habían sobrevivido sus ocupantes. Y no se trataba de enemigos externos. Resultaba comprensible, pues, que esos libaneses miraran con op tímismo la presencia de los ocupantes israelíes. Habían vivido por años en medio de una agotadora guerra civil. Era el mismo país quehasta hacía poco gozaba de la fama de ser el más democrático de la región. La historia hasido dura con quienes viven allí La situación no ha mejorado en medio siglo. En los últimos días, enuna oleada de violencia, El Líbano ha sufrido una vez más la des-trucción y la violencia. La guerra en Gaza, que ahora cumple unaño, se trasladó como era inevitable, hacia más allá de la frontera norte de Israel.
Hisbolá, el enemigo no es el mismo que en Gaza, pero Israel (bajola implacable conducción de Benjamín Netanyahu) sostiene que para asegurar su supervivencia se requiere que ambos movimientos sean borrados de la faz de la tierra. La comunidad judía en Chile se niega incluso a reconocer la diferencia con la autoridad palestina. El problema es el altísimo costo: una brutal cifra de muertos y heridos. En Israel crece el cansancio, sobre todo porque todavía hay un centenar de rehenes en Gaza. El mundo entero está consciente del peligro de la am En Estados pliación del conflicto. Unidos, el aliado indispensable de Israel, en medio de la campaña presidencial, sigue aumentando el rechazo. Conforme las últimas cifras, en El Líbano y en Gaza, la eliminación de cada eventual terrorista ha implicado la muerte de miles de inocentes. No era lo que querían los libaneses que conocíen 1982. Su simple aspiración era la paz. El problema es elaltísimo costo: una brutal cifra de muertos y heridos. EnIsrael crece el cansancio, sobre todo porque todavía hay un centenar de rehenes en Gaza.. Opinión