Gobernar a su manera
Gobernar a su manera Cuando tres figuras icónicas de la llamada derecha disruptiva han dado que hablar esta semana, es grande la tentación de escribir sobre el espaldarazo de Trump a Putin. O de la imputación penal a Bolsonaro por intento de golpe de Estado, entre otros delitos. Y desmenuzar la sucesión de torpezas que Milei y su cerrado entorno dejan al descubierto, tras difundir una criptomoneda en la red X. Los tres son interesantes como hechos políticos; y particularmente importantes para nuestro país, porque un sector de la derecha criolla ha elevado a esas figuras a la categoría de intocables y referentes ideológicos. Hay temas más acuciantes para Chile, por sus consecuencias. Pero tienen un punto en común: la particular manera de ejercer el poder y su concepción de las instituciones democráticas. Como nos tiene acostumbrados el gobierno del Presidente Boric, los traspasos de fondos de la Corfo a la caja de Hacienda están rodeados de dudas y explicaciones confusas. Y si bien preocupa la tranquilidad con la que se sacan fondos destinados a otros fines, para “gastos generales”, el problema mayor es un descomunal déficit fiscal. Es cierto que el deterioro se arrastra desde hace una década, pero como en otras áreas, durante la actual administración se ha profundizado.
No lo dice la oposición, sino el Consejo Fiscal Autónomo, frente al incumplimiento de la meta de déficit: la diferencia es “demagnitud extraordinaria”, sin precedentes en años sin crisis; Chile se aleja de la estabilidad fiscal; demuestra poco compromiso e incapacidad del Gobierno de cumplir metas. ¿ P o r q u é e l p r o b l e m a s e agrava en estos años? Crecimiento económico promedio más bajo de todos los mandatos presidenciales desde 1990, desinterés o incompetencia para reimpulsarlo. Y errores reiterados en las proyecciones económicas y fiscales (crecimiento, inflación, recaudación, etc. ), cuya responsabilidad recae en el ministro de Hacienda y en la directora de Presupuestos. No son los agoreros ni los pe-simistas ideológicos los culpables. No son la derecha, los gremios, los empresarios, los medios.
Cabe tenerlo presente, porque de tanto escuchar a las voceras podemos terminar creyéndonos que el problema no es que Chile no tenga plata y se hagan mal los cálculos, sino que algunos se aventuren a decirlo. Lo que sorprende no es que el déficit se haya acentuado, sino lamanera como se asumen las tareas de gobierno y a sus responsables; y el maltrato constante a la confianza institucional.
He recordado en estos días que en la interpelación a la que fui sometida como ministra en marzo de 2020, la diputada interpeladora me reprochó que f u n d á r a m o s u n a j u s t e p r e s u puestario del Min i s t e r i o d e l a Mujer en 2018, en la recomend a c i ó n d e l a D i p r e s e n 2017.
“Quiero saber la justi-LO QUE SORPRENDE NOES QUE EL DÉFICIT SE HAYA ACENTUADO, SINO LA MANERA COMO SE ASUMEN LAS TAREAS DE GOBIERNO Y A SUS RESPONSABLES; Y EL MALTRATO CONSTANTE ALA CONFIANZA INSTITUCIONAL. ficación técnica del ministerio, de la ministra que estuvo a cargo cuando se realizó el cambio; no de la Dipres, no de la Dirección de Presupuestos, sino del ministerio”. La respuesta no necesita demasiado espacio: toda la política pública en el Chile de los 30 años descansó en la evaluación de sostenibilidad fiscal de la Dipres. A la parlamentaria del Frente Amplio le parecía de locos y exigía una explicación. Cuando Boric designó a Mario Marcel como futuro ministro de Hacienda, en enero de 2022, una parte del país respiró más tranquila.
Su reconocida seriedad se valoraba, frente a un próximo gobierno del Frente Amplio y a su programa de “transformaciones”. Esa seriedad ha sido sometida a una manera de gobernar, que se lleva por delante las reglas fiscales y la confianza histórica del Ministerio de Hacienda, Dirección de Presupuestos incluida. n.