La lucha silenciosa de la tiroides en las mujeres
La lucha silenciosa de la tiroides en las mujeres COLUMNAGustavo Constenla Sc Director Escuela de Medicina Universidad Andrés BelloLa tiroides, esa pequeña glándula con forma de mariposa ubicada en el cuello, guarda un poder inmenso sobre el cuerpo humano. Aunquea menudo ignorada, su influencia se extiende a prácticamente todos los sistemas del organismo, regulando desde el metabolismo hasta el estado de ánimo. Pero, cuando algo falla en su funcionamiento, el impacto puede ser devastador, especialmente en las mujeres. Estas enfrentan un riesgo mucho mayor de padecer trastornos tiroideos en comparación con los hombres, pero la mayoría no lo sabe. Imagina a alguien que durante años atribuye su cansancio extremo y su constante aumento de peso al estrés dela vida cotidiana. Este escenario, tan común como trágico, encierra el problema más grande de las enfermedades de la tiroides: su diagnóstico tardío. La fatiga, los cambios de humor o la pérdida de peso inexplicada son síntomas que muchas mujeres ignoran o asu"men como parte de su vida diaria. Pero detrás de ellos puede ocultarse una condición que, si no se aborda, puede llegar a comprometer su salud de manera severa. Lo que hace a estas patologías tan particulares en las mujeres es la relación íntima entre las hormonas femeninas y la tiroides. Durante etapas como el embarazo, el posparto o la menopausia, la fluctua-ción hormonal puede desencadenar desequilibrios en la función tiroidea. Para algunas, esto se traduce en hipotiroidismo, una condición donde la glándula trabaja a ritmolento, dejando al cuerpo sumido en una especie de letargo: piel seca, cabello quebradizo, dificultad para concentrarse, eincluso depresión. Para otras, el problema es el hipertiroidismo, una aceleración excesiva que genera ansiedad, sudoración constante y palpitaciones. Un aspecto desconcertante es que, en muchos casos, las afectadas no buscan ayuda médica de inmediato. El desconocimiento, sumado a la tendencia a minimizar los sínto"mas, crea un caldo de cultivo perfecto para el subdiagnóstico. Así, millones de mujeres conviven con un problema que ni siquiera saben que tienen. Y no es hasta que las complicaciones comienzan a hacerse evidentes el diagnóstico finalmente llega. Sin embargo, hay esperanza. El diagnóstico de las enfermedades tiroideas no es complicado; basta con un simple análisis de sangre que mida los niveles de ciertas hormonas clave. A pesar de esto, es importante considerar más allá delos resultados de laboratorio. Escuchar al paciente, atender sus síntomas y comprender su contexto son pasos fundamentales para evitar diagnósticos incompletos o erróneos..