Autor: TINO
Escritor argentino “reflotó” el olvidado naufragio donde murieron 6 chilenos
Escritor argentino “reflotó” el olvidado naufragio donde murieron 6 chilenos TEMA DEL DÍA cepa rente a las costas de San E Carlos de Bariloche, sumergidos en el fondo del lago Nahuel Huapi a unos 30 metros de profundidad y en una ubicación que sólo unos pocos conocen, permanecen intactos tras más de unsiglolos restos del Helvecia.
Esta fue la segunda embarcación a vapor que navegó por dichas aguas, después de que el chileno Carlos Wiederhold Piwonka botara allí el vapor Cóndor en noviembre de 1892 (01898, según otros autores), abriendo una ruta comercial hasta entonces inexplorada entre ambas naciones. Wiederhold fue el pionero, y trasél llegaron oleadas dechilenos y argentinos.
De hecho, para el censo de 1899, ya se contaban 850 habitantes en el entonces denominado “Departamento de Nahuel Huapi”. La creciente actividad de intercambio de víveres y provisionesrequirió superar nosólo las distancias terrestres, sino también el lago de 530 kilómetros cuadrados (como referencia, el lago Llanquihue tiene una superficie de 860 km?). Para ello, lanavegacióna vapor se consolidó como el medio de transporte másidóneo. Pero allí donde había esperanzas de prosperidad, tambiénreinó la tragedia.
Así ocurrió la mañana del 31 de diciembre de 1906, cuando el Helvecia se hundiócon sus seis tripulantes a bordo, quienes perecieron en el naufragio por causas que, hasta el día de hoy, permanecenenelámbito dela especulación. La tragedia conmovió y lueal olvido; y tras go fue pasando po después, se sumó el Helvecia. Por lo tanto, esa embarcacióndebió haber representado para esa pequeña comunidad una pérdida muy importante; era perder el 50% dela navegacióna vapor disponible en ese momento. Sin embargo, notamos que los historiadores que escribían sobre el tema nunca lo trataban en profundidad”, sostiene. Él cuenta que, antesde emprender esta investigación, no se sabía con exactitud la fecha del naufragio, ni cuántas eran las víctimas y, mucho menos, susnombres. Entretanto, en el grupo de quienes practican la actividad del buceo (entre los que se cuenta el propio escritor), siempre existía la promesa deaventurarseen la búsqueda de aquel barco perdido.
Noviembre de 2020 fue una fecha que lo cambió todo, pues en medio de la pandemia Sigilenza recibió un llamado del documentalista Nicolás Mazzola, hijo de un maestro del buceo barilochense, quien le pidió su apoyo para comenzar un proyecto destinado a desarrollar un documental que contara lahistoria del vaporsudije: mergido. “Bueno, “Le a ver, Nicolás; sí, está bien, pe ro primero hay queencontrarinmediata su fue lo”, respuesta. así un trabajo Comenzó quelos llevó aindagar pistasen archivos y publicaciones históricas. De manera paralela, se sumó al proyecto audiovisual un tercer socio, Lucas Bonfanti, quien centró su búsqueda en la colección de diarios de época de la Universidad Nacional de Córdoba. Fue através deesta revisión de la hemeroteca que dieron con el primer antecedente valioso: la fecha exactadel naufragio.
Sigilenza, porsu parte, gra: cias a un trabajo casi detectivesco que incluyó consultas conhistoriadoreschilenos y argentinos, además de llamados telefónicos a astilleros extranjeros, logró establecer que el vapor Helvecia llegó desguazadoal lago Nahuel Huapi en el año 1903. Se cree que fue construido en Glasgow, Escocia, y luego traído a la Argentina porelempresario norteamericano James L. Leeds, a través de la Compañía de Maderas del Neuquén Ltda. Comenzó anavegar el 8 dejulio de ese mismo año, tras ser adquirido por la Sociedad Chile-Argentina, a la cual Wiederhold le vendió su parte de la empresa en 1900 para así radicarse en Puerto Montt. Entre sus tantos rastreos en el agua, Nicolás Mazzola detectó un área del lago donde encontró una serie de anomalías para revisar. Así que, en febrero de 2023, los tres investigadores vistieron sus trajes de buceo y, con una cámara de video submarina de deriva que arrastraban desde un bote, realizaron un barrido del fondo del lago. Allí, a unos 30 metros de profundidad, la cámara captó la estructura intacta del vapor. “Laverdad, elbarco estáintacto, están muy buen estado de conservación; obviamente, elagua dulce, agua fría, contribuye enormemente.
Está relativamente profundo, es decir, admite buceos no descompresivos, aunque está un poquito fuera de los límites ya de un “open water” normal, o sea, de una credencial de buceo corriente”, explicó Sigilenza, hablando comobuzo profesional.
Esemismo día dieron cuentadel histórico hallazgo a la UN PEDAZO DE HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN A VAPOR SUMERGIDA EN EL FONDO DEL LAGO NAHUEL HUAPI. el entierro de las únicas tres víctimas que el celoso Nahuel Huapidevolvió, el suceso cat Nisi rápidamente en el olvido. quiera las páginas de “El Llanquihue” dieron cabida a esta historia, al menos hasta hoy. escritor radicado desde hace cuatro décadas en Bariloche, Pablo Sigúienza, junto al documentalista Nicolás Mazzola y con el apoyo del investigador Lucas Bonfanti, decidiera que eratiempo dereflotar esta historia para la posteridad.
“Si vos preguntás en geneDebieron transcurrir 114 años para que un abogado, buzo y ral a la gente acerca del vapor Helvecia, nadie tiene la menor idea acá en Bariloche de qué era y qué ocurrió”, comenta Pablo Sigiienza de entrada, escritor aficionado a la historia, quien reconoce haber sentido siempre curiosidad por aquel naufragio. “En ese entonces había solamente dos vapores que navegabanen el lago Nahuel Huapi: estaba el Cóndor y, pocotiemCarlos llabaca carlosilabacadiariollanquihue. cl.
A casi 120 años de la tragedia protagonizada por el vapor Helvecia,. hundido con toda su tripulación el 31 de diciembre de 1906, el abogado y buzo Pablo Sigiienza se sumergió en busca de sus restos para contar por primera vez su historia y revelar la identidad de sus víctimas, en su mayoría chilotes.
Escritor argentino “reflotó” el olvidado naufragio donde murieron 6 chilenos la 1906:""" 1903": np aveo go Nahuel Huapi propiedad de caos un rastreo CEDIDA e ; 2 ñ ri. s LAS DIMENSIONES DEL VAPOR HELVECIA ERAN, APROXIMADAMENTE, 13,44 M DE ESLORA Y 3,60 MDE MANGA, ADEMÁS DE UNOS 2METROS DE CALADO.
CEDIDA cEoDA Prefectura Naval Argentina. gica(del Ministerio de RelacioHabían dado con un dato nes Exteriores), por lo quele pedíuna solicitud por escrito”, contóel diplomático. clave para armar la historia de No tardó mucho tiempo en nos había vuelto una verdadera la embarcación; noobstante, al mismo tiempo sentían que habían llegado aun punto muer llegarlarespuesta quetodos esperaban desde Chile, conla cuto. “A estaaltura del partido, se al se determinó con exactitud de todoslostritrode Relaciones Exteriores de diría que lasidentidades pulantes de la nave.
Enaqueldocumentomecahecho de que no sesupieranlos nografiado por un amanuense (escribiente) constabalacomuvíctimas; nicación que el primer cónsul chileno dela Colonia Agrícola de cuatro, blaban de de Nahuel Huapi, Leonidas Pérez, remitió vía oficio N'1 el 22 deenero de 1907 y que fuerecibido el defebrero por elminisquecomenzóa pesarnoslaidea nombre a esta gente! ”, recorobsesión -yo te al mismo nivel de importancia. que encontrar los restosel nombres de las ni siquiera se sabía cuántas eran. Había autores que te hatres, de ocho personas, comosiuna vida más ouna vida menos fuera intrascendente.
El caso es de decir: “Vaya, hay que darle dó, Chile, el diplomático Federico Puga Borne (diputado, senador y nueve veces ministro de Estado). VÍCTIMAS CHILENAS DOCUMENTO HISTÓRICO Fue entonces cuando acudieron en busca de apoyo al Consulado General de Chile en Bariloche y contactaron al cónsul Javier Matta Manzano, quien además resultó ser un investigador de carrera (eslicenciadoen Historia y Geografía dela U. de que en nuestra Cancillería haAllíse informa de la tragedia quecostóla vida alos siguientes connacionales: el maquinista Santiago Pacheco (quien el día del naufragio ejercía como patróndelbarco); el piloto Comnelio Hernández, procedente del de Chile y egresado de sector Alfaro dela isla Huar (hiSantiago la Academia Diplomática)y““un jo de Francisco Hernández); el fogonero José Avendaño, naturatón de biblioteca”, como él ral de Castro; los hermanos mismose autodefine.
“Vino Pablo Sigilenza desAmadeo y Emilio Leiva, ambos pués de agendar con nosotros, marineros y oriundos de Tenaún (hijos de Desiderio Leiva); lo atendí yo, y me empezó a y finalmente el marinero Rafael contar de la investigación que de QuiAlmonacid, procedente estaban llevando a cabo sobre el naufragio de este pequeño llaipe, provincia de Llanquihue. vapor, el Helvecia, y que hasta “Estas personas no eran inese momento habíanidentificamigrantes, no eran colonos, sidoa tres tripulantes chilenos no que eran seis trabajadores entrelos fallecidos y dudaban chilenosque, como buenos chisobre el número total de persoJotesque eran, sabían de madenas a bordo (.... Yo me mostré ra, sabían de navegación y culmuy interesado porque siemtivaban la chacra”, explica el premehagustado investigar las cónsul Matta, quien ademásrehistorias locales (.. ) y le conté saltó el rol que cumplieron los primeros chilenos que habitaronen Bariloche.
“Estoesmuyrelevante, por de que manos chilenas bía un archivo quese llama of cialmente Archivo General His tórico, que esuna parte dela Di elhecho construyeron esta ciudad, la visión de Planificación Estratéy a NICOLÁS MAZZOLA (1Z0. ), PABLO SIGÚENZA (ATRÁS) Y LUCAS BONFANTI. ceaproximadamente un mesfue publicada en formato de libro por la Editorial argentina PAM! bajo el título de “Vapor Helvecia: Naufragio, olvido y hallazgo” y que durante este año también espera ver la luz como documental. “Paranosotros fue muy importante dar con los nombres de las víctimas, asílo destacamos en el bro. Yo sé que Nicolás también enel documental hace una referencia muy importante aeso. Sétambién que el cónsul Javier.
Matta está planificando algún ipo de homenaje permanente enelconsulado para estas víctimas”, mencionó el autor. que muchos llaman la Suiza Argentina”. Resulta quela mano obrera -la que construyólas casas, piloteaba las embarcaciones, cortaba árboles, hacía las cloacas(o sea, el alcantarillado, dicho enchileno) y tantasotras cosas; la señora que lavaba los platos, la señora que hacía las camas en los hoteles y hosterías en losaños10,20,30, 40todo ese conjunto de personas fue mano de obra chilena, posteriormente invisibilizada por la argentina política de la época, enfocada en la que inmigración europea, no consideraba a los chilenos enla lista de inmigrantes ni de colectividades, porquelas colectividades eran las caucásiVERSIONES DEL NAUFRAGIO En cuanto las causas del naucas”, explica. Pablo Sigiienza estima que fragio, Sigilenza sostiene que este documento coronó una larga investigación que el 16 de abril de este año es decir, haexisten diversas versiones que aún deben ser indagadas en profundidad. Una de ellas haIMAGEN SUBMARINA DONDE SE APRECIA LA INSCRIPCIÓN DEL HELVECIA. bla dela explosión de la caldera, unahipótesis queel escritor cuestiona luego de haber visto las imágenes submarinas del vapor. La segunda versión, en cambio, se apoya en datos concretos. “Determinamos, a partir de información de la época del Servicio Meteorológico Nacional de la República Argenti na(. ), que efectivamente hubountemporal deviento algo común aquícon el lago muy picado y fuerte oleaje. Nosotros nos resistimos a pensar que la causa haya sido un estallido de caldera. Más bien, yo creo que sí, seguramente cuandose hundió, ladiferencia de temperaturas puede haber provocado unagranrajaduraenlacaldera, con un gran ruido y una gran nube de vapor.
Perolo que sospechamos esque hubo accesos mal cerrados, y que al barco, con el cabeceo continuo del oleaje, a medida queiba yendo hacia Puerto Bueno (península de San Pedro), le entró agua y en cada cabeceo se hundiera un poco más, hasta que en determinado momento perdiósu línea de flotabilidad yse hundió de proa”, infiere. Sigiienza explica que el único capítulo del libro que fue novelado fue precisamente este. “Es cómo cre'emosque podría haber sido ese último día y qué podría haber pasado”, dijo. El cónsul Javier Matta, sin embargo, ve como un gran valor histórico lo obtenido en estainvestigación.
“Este libro, y esteartículo que usted escribe, desdemi perspectiva, intentan ser unas líneas de respeto a toda esa enorme masa anónima de hombres y mujeres que vinieronparaacá y construyeron cs esta ciudad”. Estas personas no 6 6 eran inmigrantes, no eran colonos, eran 6 trabajadores chilenos que, como buenos chilotes, sabían de navegación”. Javier Matta Manzano, cónsul general de Chileen Bariloche (viene dela página anterior).