Autor: ÓSCAR ROSALES CID La Serena
“Las barras bravas son crimen organizado”
“Las barras bravas son crimen organizado” El senador Matías Walker Prieto, quien ha sido un permanente impulsor de una serie de medidas de seguridad en los estadios, afirmó que, desde hace un tiempo, viene planteando que el Plan Estadio Seguro era un programa sin capacidad de resolver la violencia en los recintos deportivos. En entrevista con Diario El Día, el senador sostuvo que las barras bravas son bandas de crimen organizado, por lo que se mostró proclive a establecer medidas más severas a quienes se organizan para delinquir.
En esa línea, recordó que hubo un tiempo en que dichas barras fueron “romantizadas”, dando origen a términos como “barrismo social”, y que, incluso, hubo parlamentarios que presentaron recursos de protección en favor de la Garra Blanca. -¿Considera que Estadio Seguro nació muerto y que debió ser reemplazado hace tiempo? “Sí. Hace mucho tiempo veníamos planteando que Estadio Seguro es un programa sin mayores atribuciones y que tiene muchos cambios dependiendo del gobierno de turno, porque no ha estado sujeto a una política de Estado. Más bien depende mucho de los liderazgos de quien ejerce el cargo.
Yo diría que un buen director de Estadio Seguro fue José Roa, en el gobierno de la Presidenta Bachelet, o Andrés Otero en el gobierno del Presidente Piñera, pero en general es un programa que no tiene mayores atribuciones, porque si bien ha hecho buenas recomendaciones de las medidas de seguridad a implementar en los estadios no ha habido exigibilidad de esas medidas a los clubes.
La Ley de Derechos y Deberes del Fútbol faculta a los organizadores de espectáculos para emplear medios tecnológicos para controlar el acceso y eso es lo que falló, por ejemplo, en el partido de Colo Colo con Fortaleza en el Estadio Monumental, porque precisamente el uso de torniquetes, control biométrico y facial, es lo que impide estos reventones.
Yo lo que he propuesto es que Estadio Seguro sea reemplazado por una agencia de seguridad de los estadios, que trascienda los gobiernos de turno, que tenga una política permanente para que puedan llevarse a cabo medidas de mediano y largo plazo”. -¿Es partidario de que a las barras bravas se las deba tratar como organizaciones criminales? “Eso lo vengo planteando desde el año 2023 y me trataron de exagerado. Nadie le tomó el peso. Lo hablé con las autoridades del Ministerio del Interior, recuerdo haberlo conversado personalmente con el subsecretario del Interior.
Lo dije públicamente cuando aprobamos la ley contra el crimen organizado, que a las barras bravas había que tratarlas como crimen organizado, porque en forma conexa a las barras bravas, hay estos reventones y avalanchas humanas. Bueno, las mismas barras son las que secuestran buses, cometen todo tipo de delitos.
Incluso hay investigaciones por homicidios en curso; hay riñas, peleas con arma blanca, tráfico de drogas y quedan en la impunidad porque no son tratadas como crimen organizado que permitiría, por una parte, poder aplicar penas efectivas y también utilizar técnicas especiales de investigación contra el crimen organizado, como la utilización de agentes encubiertos, agentes reveladores, captaciones telefónicas y que no sigan operando en la impunidad”. -¿Cómo se puede entender que estos grupos, que tampoco son tan grandes, pongan en jaque al fútbol en el país? “Insólito. Primero porque en un momento se romantizaron a las barras bravas. Recuerde que el programa presidencial del Frente Amplio habló de barrismos sociales incluso.
Recuerde usted que diputados de la UDI, como el diputado (Gustavo) Hasbún iban a presentar recursos de protección en favor de la Garra Blanca acompañados por sus líderes, para no hablar solamente de un sector político.
Y no se ha entendido por parte de muchos sectores políticos que nos estamos enfrentando a una expresión más del crimen organizado que tiene a Chile en una crisis de seguridad”. -¿Cree usted que estas barras bravas no han sido desarticuladas y eliminadas porque habría un costo político de por medio? “Yo creo que ha habido desidia. No se ha dimensionado suficientemente lo que significa la gravedad de la organización que hay detrás de las barras bravas, de sus facciones.
Las peleas al interior de las barras bravas no tienen que ver con algo deportivo, tienen que ver, por ejemplo, con tener el monopolio del tráfico de drogas dentro de estas barras y ha costado mucho que la mayoría entienda a lo que nos estamos enfrentando”. -Usted presentó una indicación para que el registro de hinchas esté establecido por ley. ¿Debería ser una obligación legal establecer este registro? “Por supuesto. Hoy día no hay ninguna excusa para no aplicar el registro nacional de hinchas, porque hoy el organizador del espectáculo tiene el derecho de admisión, puede determinar el ingreso al estadio y quien no. En segundo lugar, la Ley de Protección de Datos Personales establece dos principios: el del consentimiento y el principio de finalidad. Yo me enrolé, porque voy al fútbol permanentemente. Uno se demora dos minutos y consiente la utilización de sus datos personales para garantizar la propia seguridad del espectador bajo su consentimiento. Por lo tanto, esto se debió haber empleado hace mucho tiempo. La ANFP lo empleó como plan piloto, pero con poca decisión, con poca colaboración de los clubes.
Lo dijo el ministro Cordero hace mucho tiempo: que los organizadores del espectáculo empleen el control biométrico, el reconocimiento facial, los torniquetes para que no sean guardias privados los que tengan que contener estos reventones, avalanchas humanas, sino que sean medios mecánicos y que no se pueda burlar la prohibición de ingreso”. -Uno de los efectos de lo ocurrido en el partido donde murieron dos hinchas, es que se han suspendido otros encuentros, como el clásico entre la “U” y Colo Colo. ¿Qué opinión le merece esa señal que se está dando? ¿ No se le da la razón a estos grupos delictuales con eso? “Una muy mala señal. Yo me quedo con la primera reacción del ministro Cordero, que lo que había planteado era que el partido se jugara.
Entonces, es una mala señal lo que se hizo con la suspensión del partido, porque, por ejemplo, había muchos hinchas de la Universidad de Chile que tenían su entrada comprada, que estaban viajando de región y al final pagan justos por pecadores. Las sanciones tienen que ser a los responsables, no pueden pagar las consecuencias la inmensa mayoría de los hinchas que pagan su entrada, los socios que están con sus cuotas al día. Por eso también hemos impulsado tanto la reforma a nivel deportivo. Las sanciones tienen que ser individuales, con penas efectivas y prohibición de asistencia a los estadios, pero no puede castigarse a todos los hinchas del fútbol”. MATÍAS WALKER PRIETO, SENADOR. El parlamentario precisó que de esta forma deberían ser tratadas estas organizaciones “que no tienen nada de deportivo”, pese a que, durante un tiempo, se les “romantizó”, aseguró. En ese sentido, llamó a investigarlas y, en caso de ser necesario, aplicarles normas más severas. MATÍAS WALKER PRIETO, SENADOR CEDIDA