Nuestro Perseo
Nuestro Perseo T ras semanas imaginando maneras para dejar de citar al Abate Molina, convertido en el verdadero señor de los árboles de esta columna, resultó que la manera era intercambiarlo por Perseo, uno de los héroes más famosos de la mitología griega.
Hijo del dios Zeus, que adoptó la forma de una lluvia de oro para concebirlo con Dánae, Perseo acumuló entre sus hazañas la muerte de Medusa, que con su mirada convertía a quien la contemplara en piedra, y el rescate de Andrómeda cuando estaba a punto de ser devorada por el monstruo marino enviado por Poseidón.
Persea lingue es el nombre dado a nuestra "caoba meridional", árbol nativo que habita los bosques templados desde Valparaíso hasta Los Lagos, marcando el límite austral de crecimiento a nivel mundial de especies de la familia de las lauráceas. Pariente del palto o aguacate (Persea americana), el lingue comparte algunas de sus características, como sus hojas aromáticas y la forma de sus frutos.
Puede rozar los 30 metros de altura con su copa globosa, frondosa y abundante en hojas elípticas duras y alargadas, de un color verde claro y platinado, salpicado por puntitos amarillos al florecer y por destellos negruzcos al madurar sus frutos. Esta suma de condiciones estéticas la harían una especie idónea para un uso ornamental, si no fuera porque sus carnosas bayas son tóxicas para humanos y la mayoría de los animales. De hecho, solo se salvan de morir "alingados" por la hoz afilada de nuestro Perseo algunas aves como las torcazas y tencas, que contribuyen a la dispersión natural de sus semillas.
La invisibilidad que intentó proporcionar al lingue su fisurada corteza gris (que los mapuches infusionaron aprovechando sus taninos para tratar disenterías crónicas y afecciones uterinas) no logró esconder un tesoro de color café claro con tintes rojizos y dorados. La excelente calidad, resistencia y durabilidad de su madera la hizo altamente codiciada para ebanistería y fabricación de embarcaciones, puertas, ventanas, e incluso parqué.
Así, al igual que la chonta, luma, sándalo, toromiro, alerce y ciprés de las guaitecas, el lingue fue históricamente amenazado a causa de una explotación intensiva que lo tuvo a punto de desaparecer de una manera bastante poco heroica. Creo que podemos coincidir aquí que antes que verlo convertido, como Perseo, en una constelación, preferiríamos seguir viendo al lingue crecer junto a pequeños arroyos del sur de Chile. Nuestro Perseo Romy Hecht Arquitecta e investigadora UC La excelente calidad, resistencia y durabilidad de su madera la hizo altamente codiciada para ebanistería y fabricación de embarcaciones, puertas, ventanas, e incluso parqué. FRANCISCO JAVIER OLEA.